En el marco del cierre de la edición 2023 del programa de formación permanente en “Hidrógeno Verde y Derivados” que realizó el Observatorio de Energía y Desarrollo Sustentable de la Universidad Católica del Uruguay (UCU), algunos participantes del programa y profesores se unieron a una delegación encabezada por la Cámara Uruguayo-Alemana con destino a Chile desde el 23 al 26 de octubre.
La misión consistía en visitar la planta Haru Oni de producción de combustibles sintéticos (“e-fuels”) de la empresa HIF ubicada en la región de Magallanes, la primera de este tipo en el mundo, y asistir a la quinta edición del Green Hydrogen Summit de LAC.
En cuanto a la primera actividad, se destaca la importancia de entender y conocer proyectos pioneros en una industria incipiente. Los participantes fueron guiados por las diferentes etapas del proceso, desde la generación de energía eléctrica, la producción de hidrógeno, hasta la combinación de éste con dióxido de carbono para la producción de gasolina sintética (“e-gasoline”).
En esta columna nos concentramos en el evento que se celebró en Santiago de Chile con la asistencia de más de 800 personas de forma presencial y 1200 de forma remota. En líneas generales, se notó un optimismo importante a nivel de la audiencia y de los diferentes expositores. Sin embargo, todos los paneles hicieron hincapié en los desafíos que presenta el desarrollo de esta nueva industria.
Es en este último punto que nos queremos detener, y principalmente en el primer panel de la conferencia en donde Uruguay, Argentina, Brasil, Colombia y México, con la moderación del Ministerio de Energía de Chile, en el que cada representante detalló la hoja de ruta de cada país y sus principales retos.
En primer lugar, se destaca una coincidencia absoluta en cuanto a que el desafío tecnológico es uno de los más relevantes. La figura 1 muestra el costo nivelado del hidrógeno de las diferentes tecnologías de producción, en la actualidad, y proyectado a 2030 de estar el mundo encaminado en alcanzar cero emisiones netas (escenario “NZE”, por sus siglas en inglés).
Tal como se observa en la figura 1, el costo del hidrógeno producido a partir de eólica y solar (en color verde y amarillo) en muchas ocasiones es todavía alto en comparación con las tecnologías competidoras (donde CCUS es captura, utilización, y almacenamiento de carbono, por sus siglas en inglés, y las áreas en rayas representan el impacto de un impuesto o precio al carbono). Por este motivo, muchas empresas se encuentran invirtiendo en I+D para poder lograr eficiencias o mejoras sustanciales en el proceso productivo. Por tanto, es razonable pensar que la curva de aprendizaje tecnológico hará caer los costos actuales.
La figura 1 también muestra la proyección de reducción de costos con una mirada 2030. En este sentido, los primeros inversores (“first-movers”) tienen un riesgo importante asociado al cambio tecnológico que puede poner en peligro la financiación externa de dichos proyectos.
En segundo lugar, la certificación de hidrógeno o derivado “verde” o “bajo en emisiones” fue otro de los retos en que casi todos los países coincidieron. La necesidad de instrumentar un certificado regional o una homogenización de los estándares de certificación serán claves para que se cumpla con la finalidad última; contribución sustancial a una economía con emisiones netas de gases de efecto invernadero cero (“net zero”).
Asimismo, los representantes Colombia, Brasil, Uruguay y México comentaron la necesidad de involucrar a las comunidades desd etapas tempranas de los proyectos y el desarrollo de políticas públicas destinadas a la información y capacitación de las comunidades en los desarrollos de gran escala.
Por su parte, el representante de Uruguay destacó la relevancia del comprador (“off-taker”) del producto. Dado que todavía no existe un mercado maduro o consolidado, los primeros proyectos serán apalancados en el apetito que tengan los compradores de los productos. En relación a este punto, en el segundo panel sobre factores “habilitadores” o facilitación de la implementación de proyectos, se insistió en la necesidad de alinear incentivos en los destinos de importación como: cuotas mandatorias y progresivas de incorporación de estos productos, fondos de promoción, impuestos al carbono, y prohibición de uso de ciertos combustibles en el mediano plazo.
En definitiva, se observa que los países latinoamericanos identifican prácticamente los mismos desafíos o retos, más allá del énfasis particular que hace cada uno por condiciones propias. Esto confirma que existe un diagnóstico claro de la situación actual y un compromiso importante de alinear esfuerzos en la dirección correcta.
En todo este contexto, muchos expositores hicieron énfasis en la necesidad de repensar los modelos de negocios. En particular, algunas ideas que se desarrollaron a lo largo de los paneles y luego fueron ampliadas en las diferentes reuniones mantenidas, fueron:
· Financiamiento. Pensar en financiamientos a más largo plazo, tasas de interés bonificadas para estos proyectos, períodos de gracia más extensos, modelos de descuento o castigo (tasa bonificada o penalidad sobre tasa ante el acaecimiento de determinados hechos). Esto conlleva una reestructuración de las facilidades de crédito existentes, modificando el retorno inmediato por mediato y con una mirada más amplia enfocada en retornos no monetarios (reducción o captura de CO2, transformación de matriz productiva, generación de una nueva fuente de empleo, etc.).
· Determinación de Precio y Mitigación de Riesgo Comercial. Modelos de compraventa que introduzcan innovación a la hora de la determinación del precio (contrato por diferencia, bonificación o penalización frente al acaecimiento de determinados hechos, el comprador como parte del consorcio que desarrolla el proyecto para asegurar su posterior destino y mitigar riesgos comerciales).
· Flexibilidad y versatilidad de la producción. Incorporación de elementos de innovación en la cadena de producción que permitan manipular el flujo productivo y modificar los productos finales que se obtenga del mismo en función de la maduración de la industria.
· Sponsors. Mitigar riesgos de solvencia financiera de las empresas ampliando la cantidad y calidad de sponsors en los proyectos. La escala mínima de muchos proyectos conlleva una inversión de varios cientos de millones de dólares. La diversificación del aporte de capital proveniente de varios socios en un proyecto deviene esencial por la necesidad financiera que conlleva su ejecución y la mitigación de riesgo de solvencia financiera de dichos sponsors.
La conferencia también dio espacio a que varias empresas presentaran sus proyectos o tecnologías en una feria que se encontraba en el mismo lugar. En la recorrida se observa que existe una cantidad significativa de emprendimientos que ya se encuentran trabajando en los diferentes desafíos tecnológicos con alto grado de desempeño.
En definitiva, la misión a Chile ratifica que existe un rumbo claro en nuestra región con el objetivo de descarbonizar la economía a una escala global. Se espera que 15% del hidrogeno y derivados comerciados internacionalmente provenga de la región, como muestra la figura 2 (color amarillo), en base a los proyectos que han sido anunciados.
Tal como lo muestra la figura 3, Uruguay se encuentra entre los países de Latinoamérica que podrían jugar un rol esencial como país exportador de este tipo de productos, ya que el costo esperado podría alcanzar menos de 2 USD/kg (color rojo).
El camino hacia una economía descarbonizada se encuentra trazado y la velocidad del cambio dependerá del compromiso de propios y ajenos. Un cambio de paradigma se avecina y deviene importante anticiparse a los cambios con la posibilidad de maximizar el retorno que puede implicar el mismo y disminuir pérdidas que se puedan ocasionar.
- Gonzalo Irrazábal es Miembro del Comité Técnico del Observatorio de Energía y Desarrollo Sustentable