En su discurso en el Council of Americas, un par de semanas atrás, sorprendentemente Milei afirmó que es falso que no se pueda crecer con cepo cambiario. Digo sorprendentemente porque el 2 de noviembre de 2022 Milei posteaba en la red X (ex Twitter): “Por ende, el CEPO no sólo recorta la libertad y ataca a la propiedad privada, sino que además atenta contra el crecimiento y es una fábrica de pobres e indigentes... en el fondo, si querés seguir siendo cada vez más pobre, aquí tenés el que te transformará tu realidad en una PEOR.”
La pregunta es: ¿por qué el cepo nunca funcionó y ahora sí va a funcionar? ¿Acaso porque Milei ahora es presidente el cepo sí va a funcionar?
Es más, desde el gobierno se sostiene que no hay que devaluar porque no sirve para nada. Aquí hay un problema de definición, no se trata de devaluar, sino de liberar el mercado de cambios. Devaluar es lo que hizo Milei en diciembre, cuando estableció a dedo un tipo de cambio que consideró de equilibrio. Es decir, un tipo de cambio arbitrario.
Liberar el mercado de cambios consiste en dejar que la oferta y la demanda definan el precio del tipo de cambio. Para oponerse a la liberación del mercado de cambios, desde el gobierno se sostiene que la economía estallaría. La pregunta es: sí como dice Milei, él hizo el ajuste fiscal más grande de la historia de la humanidad, ¿por qué tiene miedo a liberar el mercado de cambios?
Aunque no lo reconozca, sabe que está usando el tipo de cambio como ancla contra la inflación. Es decir, atrasar el tipo de cambio real para contener los precios. Mecanismo que fue utilizado infinidad de veces en la economía argentina y siempre terminó mal porque el mercado termina ajustando por las malas. Cuánto más tiempo mantengan atrasado el tipo de cambio, peor va a ser la salida del control de cambios.
Tanto Milei como su ministro de Economía no tienen apuro por salir del cepo porque perderían un activo clave en el campo de la economía de cara a las elecciones de 2025: es mostrar una tasa de inflación en baja.
El problema es que, al mantener el cepo e intervenir en el mercado de CCL (contado con liqui) para que no se amplíen la brecha cambiaria usando dólares de las exportaciones, el mercado se pregunta cómo hará para pagar los vencimientos de deuda del año que viene.
En 2025, los mayores vencimientos en dólares se concentran en enero y en junio. En enero hay que pagar US$ 3.215 millones y en julio US$ 10.693 millones. A enero hay que sumarle US$ 1.869 millones en concepto de intereses.
De aquí a fin de año muy difícilmente el gobierno vaya a levantar del cepo; en realidad el problema es el control de cambios. Y va a tratar de sostener la actual política cambiaria de ir devaluando el peso o ajustando el tipo de cambio un 2% mensual.La estrategia es lograr que la inflación tienda a cero y los tipos de cambio libres bajen hasta unirse con el oficial y ahí, supuestamente, salir del cepo.
Lograr una inflación cero luce complicado en el corto plazo. Si bien el IPC de julio dio menos que el de junio, lo cierto es que la inflación núcleo, que es la que no incluye los precios regulados como tarifas de los servicios públicos y productos con estacionalidad, estuvo en el 3,8% en julio y viene de mayo y junio con una inflación núcleo del 3,7% en cada mes.
Por el lado de precios mayoristas, en julio aumentaron el 3,1% y en junio habían aumentado el 2,7%. En otras palabras, por el momento al gobierno parece que se le dificulta perforar el piso de algún número cercano al 4% mensual de inflación.
Paralelamente, cabe resaltar que no hay tal cosa como emisión cero que prometió Milei a mediados de julio, entendiendo por emisión cero que la base monetaria (circulante + encajes bancarios) no aumentarán. Comparando la base monetaria de los primeros 16 días de agosto con los primeros 16 días de julio, se observa un aumento de la base monetaria del 4,8%.
El dato es relevante porque, de acuerdo al programa monetario del BCRA, en realidad no va a haber emisión cero. Lo que dice el programa monetario del BCRA es que a fines de 2025 la base monetaria va a ser igual a la base monetaria amplia que había en abril 2024 que sumaba $ 47,7 billones. En otras palabras, van a pagar con emisión monetaria la deuda que tenía el BCRA con los bancos y que ahora el BCRA se la pasó al tesoro.
En la medida que vaya aumentando la demanda de moneda, que es lo que supone el gobierno, el Central va a emitir para cancelar Lecap y Lefi hasta fines de 2025. Esto significa que en ese período la base monetaria va a aumentar 2,6 veces. Que la base monetaria aumente en esa magnitud es posible, lo que dudo es que, con ese aumento en menos de un año y medio, no tenga impacto inflacionario, porque difícilmente la demanda de moneda vaya a crecer en esa magnitud. Tendría que darse un shock de confianza en el peso muy importante como para que semejante expansión monetaria no tenga impacto inflacionario.
El gobierno está en un difícil equilibrio macro. Por un lado, tiene que mostrar que la inflación sigue bajando o, al menos, que no se le desborda nuevamente. Pero, al mismo tiempo, tiene que sostener un tipo de cambio artificialmente bajo que en algún momento le pasará la factura.
En síntesis, el tema del atraso cambiario es algo que todos hablan y saben que en algún momento habrá un ajuste. Por su parte, el gobierno espera que la inflación baje hasta igualar el 2% de devaluación del peso y llegar a cero de inflación para eliminar el cepo, pero también sabe que, si elimina el cepo y no tiene reservas, la situación puede ser insostenible si lo hace en un contexto de incertidumbre económica y política.
La economía todavía no reacciona y, por lo tanto, la carta que tiene para mostrar como éxito es la baja en la tasa de inflación. Esto hace suponer que el atraso cambiario continuará, porque Milei lo necesita para sostener el apoyo de la gente con la baja de la tasa de inflación. Si devalúa, corre el riesgo de tener un mal resultado electoral en 2025 y ahí estaría en serios problemas para continuar con las reformas que quiere implementar.