Aunque advierte que los problemas de la inflación van a seguir configurando la principal preocupación global, Mariano Sardans sostiene que una vez que ese problema comience a superarse en Estados Unidos, el dólar seguirá debilitándose a nivel mundial. Para el director deFDI, gerenciadora de patrimonios, hoy es momento de cuidar las inversiones financieras, “el inversor necesita tranquilidad” en medio de tanta incertidumbre, afirma. En la región, recuerda que “los argentinos siguen sacando sus ahorros en cada oportunidad que tienen”, de la misma forma que “chilenos, colombianos y peruanos”, afirma. Además, destaca la llegada de “expatriados” de diversas nacionalidades a Uruguay, buscando “buenas condiciones de vida y costos fiscales más benignos”. Señala que el inversor uruguayo está “más desdolarizado” y apunta a inversiones en pesos y opina que hay “una muy buena oportunidad” para que Uruguay salga al mercado de deuda con una propuesta en moneda nacional. A continuación, un resumen de la entrevista.
—¿Cuál es el fenómeno que más le preocupa a nivel de la economía global?
—La inflación es lo que está determinando hoy el comportamiento de la economía y seguramente lo siga siendo.
—Pero parecería que comienza a contenerse en los principales mercados…
—Puede ceder algo, pero es un asunto nada menor a nivel global. Lo que sucede es que al gran proveedor de desinflación de los últimos 40 años, China, salió prácticamente del mapa. Hace dos años había sido catalogado como proveedor no confiable; los lockdown, con puertos y terminales prácticamente sin actividad generaron enormes problemas de provisión, lo que determinó que muchas multinacionales obligaron a sus proveedores a salir de China. El primer destino había sido Vietnam por el sistema de puertos que tienen. Ahora, el gran ganador es la India. También a México le ha ido muy bien. En algunos casos, el ganador fue Brasil. La idea de que había que salir de China se reforzó últimamente con la guerra en Ucrania, la postura china próxima a Rusia y los riesgos de una eventual acción sobre Taiwán. O sea, al principio fue la pandemia y luego temas geopolíticos. Las empresas se fueron y también los grandes capitales, que pusieron proa a Singapur. Hay muchas cosas que cambiaron su eje. Ahora, esos destinos de los conglomerados empresariales de los que hablé, Vietnam, México, Brasil, en parte India, ¿pueden producir al mismo precio que China? Al parecer, esa economía de escala, los sistemas de distribución, los puertos, no es fácilmente reproducible en otros países, por tanto eso afecta los precios, ya no está, en diversos rubros, el gran proveedor de desinflación, como decía. Ese no es un tema nada menor. E influye en la economía mundial. En Estados Unidos, tenemos un indicio de menor inflación en los últimos tres meses, pero vamos a ver si se mantiene todavía.
—¿Y cómo está esta coyuntura pegando en los mercados en la actualidad?
— Lo que sube desde que empezó el año es todo lo relacionado con Inteligencia Artificial. Si vemos el S&P y le sacamos las siete empresas que están relacionadas con Inteligencia Artificial, te da cero. Es el nuevo boom, también en los mercados financieros. Y las empresas que producen ese conocimiento, que es puro procesamiento de datos, impactarán muy fuerte en múltiples sectores, generando productividad. Hay una apuesta grande a esos desarrollos y los inversores lo ven como una gran oportunidad. En pocos meses se fueron para arriba, pese a que en muchos casos son todavía una novedad, están recién comenzando a verse.
—O sea que el empuje de los mercados ahora son estas empresas, ¿y el resto?
—Esta planchado, en muchos casos. El mundo está cambiando, hay proyecciones con tasas de interés que ya no son lo que eran. Ahora, si miramos Estados Unidos, con un mercado laboral fuerte, si puede superar los problemas de inflación, a partir de ello no será necesario subir la tasa de interés. Pero hay muchos países que no pueden dar por cerrado el ciclo de subas; si eso ocurre, vamos a tener una baja aún más pronunciada del dólar, con apreciación de las demás monedas.
—¿Mayor baja del dólar aún?
—Es altamente probable, sí. Entonces, lo que viene, es un ciclo quizás muy positivo para los países emergentes productores de commodities, también apreciación de sus mercados de capitales, con la consecuencia de una actualización en la valuación de sus activos.
—¿Para qué activos es un buen momento?
—Depende de la cartera. Hay clientes que en 2020, 2021, cuando las tasas estaban en cero, los teníamos que llevar a adquirir acciones; para darle valor los llevamos a un terreno en el que no estaban acostumbrados ciertos clientes que preferían estar en renta fija. En 2022, los sacamos de las acciones, ya le habíamos agregado valor. Se quedaron muy conformes con una letra del tesoro, en un 5,4, 5.5%. Empiezan a sentirse tranquilo con eso. Es que para nosotros, el dinero se hace trabajando y con su cartera, lo que hacemos es darle aquello que proteja sus valores y lo deje tranquilo. Entonces, si esa tranquilidad es una letra al 5,5%, para qué lo voy a llevar a acciones que sí, son lo más rentable en el largo plazo, pero en el corto trae más volatilidad. Y la gente hoy necesita tranquilidad, eso es lo que nosotros vemos.
—¿Qué está pasando hoy con los capitales argentinos?
—Fuera de Argentina, claramente. Argentina es una gran trampa, entonces la gente, lógicamente, quiere salir. Muchos quedaron atrapados en inmuebles, otrora lo más seguro, y ahora se dieron cuenta que ese inmueble si lo quieren vender tienen que aceptar un 40-50% menos. Algunos liquidan igual y se van, otros esperan una mejor oportunidad porque se resisten a pensar que se pueda haber perdido tanto valor. La gente tiene la expectativa de un cambio político, pero la desconfianza por lo que ya han vivido los lleva a seguir pensando en la posibilidad de sacar fuera todo su capital. Ni siquiera está más en el cofre, o en el colchón, cuando lo más líquido del mundo, como hablábamos antes, les da un 5%. Todos buscan la manera de salir. Pero eso no nos pasa solamente con los capitales argentinos…
—¿Con quiénes más?
—Con los chilenos, peruanos, colombiano que buscan abrir cuentas afuera, buscan sacar sus activos en esos países personas que nunca habían tenido una cuenta en el exterior, jamás en su vida. Y ahora nos lo piden. Hay mucha incertidumbre política.
—¿De qué forma Uruguay capta parte de esos activos?
—Lo que está captando Uruguay en forma gigantesca son expatriados; aquellos que vienen a residir por la vacación fiscal. Y no solamente hablamos de otros latinoamericanos, sino también de europeos que están dispuestos a vivir en un país más caro, pero el ahorro fiscal es inmenso. Ese es el fenómeno más destacado. Puedo hablar de un montón de casos de personas o familias que invierten en una casa, que hacen una refacción importante, que consumen a alto nivel, todo eso es muy importante para el país.
Uruguay se está nutriendo mucho del ingreso de millonarios teniendo la residencia uruguaya. Eso no es menor para el gasto, impacta en la actividad. Y como el país tiene algunas limitantes en materia de servicios, termina presionando sobe los precios.
En cuanto a desarrollar negocios, algunos lo han intentado, trasladando sus operaciones acá. Pero en un mercado chico, con poca productividad, costos altos, a veces no resulta. Ese es el punto.
—¿Cómo opera el inversor local ante el dólar a la baja?
—Con letras, títulos en pesos, indexados, el uruguayo ya lo vivió esto, pagó el costo en su momento y hoy está más propenso a pensar en pesos. Está entrando muchos dólares en el país, a partir de lo que han dejado últimamente las exportaciones, fuertes inversiones y también lo que inyectan en la economía los expatriados de los que hablábamos antes. ¿Quieren una moneda fuerte? La tienen, ¿pero quieren que eso no impacte en los precios?, bueno, hay unas cuantas reformas para hacer, trabar para eliminar, mercados que están operados por muy pocos que ganan mucho, desregulaciones que necesita la economía uruguaya. No hay otro camino.
No hay ningún efecto artificial que esté operando. Incluso, cuando hablan de carry trade y aprovechamiento de este tipo de cambio para hacer operaciones a corto plazo, lo que puede haber de eso son los propios uruguayos, no vemos que estén viniendo de afuera a hacer esas operaciones.
—Hizo mención antes sobre una mayor depreciación del dólar. En el caso de la moneda uruguaya, ¿ese fenómeno sugiere que se puede acentuar?
—No solo el peso uruguayo, también se pareció el peso mexicano, el real… Cuando el tema de inflación esté definitivamente resuelto, el dólar va a caer. Y vamos a ver apreciándose el peso uruguayo más. Es una mala noticia, sí, pero eso va a ocurrir.
—¿Es un buen momento para que Uruguay salga al mercado con una emisión en moneda local?
—En principio, sí. Todo país que pueda financiarse en moneda propia, que sea un neto exportador, como Uruguay, tiene una buena oportunidad. Hay que ver qué tasas se pueden obtener, qué profundidad de inversores se tiene para definir qué emitir. Uruguay hizo un par de buenas emisiones en los últimos años, aprovechando la tasa baja. Ha aprovechado bien los momentos. Y este parece serlo para salir en moneda local.