TEMA DE ANÁLISIS

Conocida es la relevancia de la economía en la imagen de los gobiernos y en la configuración de los contextos electorales. En Uruguay, la literatura académica respalda dicha tesis, corroborando una importante asociación entre la aprobación general de gobierno y las condiciones objetivas de la economía representadas en los niveles de inflación y desempleo (Rius, 1992 y Hunt, 2002), así como con las expectativas económicas personales futuras (Carlin y Hunt, 2015). A su vez modelos multivariados desarrollados en Opción confirman que de las diferentes áreas de gestión (economía, seguridad, educación, políticas sociales, etc.), la satisfacción con la gestión económica es la más influyente en la aprobación gubernamental.

Contexto de crecimiento económico, estabilidad en el empleo y recuperación insuficiente de ingresos

La encuesta “Monitor de Opinión Pública de Opción Consultores Noviembre 2022” se desarrolla en un contexto económico en el que se observan continuidades respecto al tercer trimestre del presente año.

En el transcurso de un año en el cual se proyecta un crecimiento del producto de 5,2%, el empleo se consolida desde octubre del pasado año en niveles relativamente estables, alineados a los existentes durante la fase prepandemia. El desempleo se estabiliza en niveles próximos al 8%, ajustándose a una dinámica estructural observada desde el año 2015, período a partir del cual se registra un crecimiento en las tasas de desempleo.

Otro fenómeno de relevancia para contextualizar la aprobación ciudadana de la gestión económica del gobierno refiere al incremento de los niveles de inflación a partir del segundo trimestre y su impacto en el salario real, así como en la evolución de los ingresos de los hogares. Los 9,05 puntos de inflación acumulada anual al mes de octubre se asocian a niveles de salario real e ingresos de los hogares que no permiten completar una recuperación de los guarismos previos a la pandemia (caída de -4% de salario real y de -1,7% del ingreso a los hogares en comparación con igual período de 2019).

Se estabiliza la percepción ciudadana en relación a “la situación económica del país”

Pasado el shock del segundo trimestre del año, momento en el cual se instala el actual contexto inflacionario, la opinión pública se estabiliza con relación a sus percepciones de la economía. Ya durante el tercer trimestre del año la opinión ciudadana relativa a la situación económica del país no se vio resentida y se estabilizó a niveles alcanzados a partir de la caída registrada durante el pasado mes de mayo.

Como puede apreciarse en el gráfico 1, para la presente medición de noviembre, un 37% de la población considera que la situación económica del país es “mala o muy mala”, un 33% la valora como “ni positiva ni negativa”, y un 29% expresa que es “buena o muy buena”. El saldo de evaluación se posiciona en – 8%, dos puntos por debajo del saldo del trimestre anterior y seis puntos por debajo del saldo observado durante el primer trimestre del año, momento en el cual se interrumpió el ciclo de recuperación de la confianza económica iniciado a partir de la normalización de la situación sanitaria.

Sólo un 28% de la ciudadanía asigna responsabilidad al gobierno respecto a los problemas económicos

El impacto de la evolución de la “situación económica” en la imagen de la gestión del gobierno, se encuentra mediada por la atribución de responsabilidad que realiza la ciudadanía a la conducción económica del gobierno.

Cómo puede apreciarse en el gráfico 2, la ciudadanía atribuye mayoritariamente responsabilidad a fenómenos externos y fuera de su control en la configuración de la situación económica que evalúa con saldo negativo (– 8%). Un 52% cree que los actuales problemas económicos son resultado de “problemas económicos mundiales” y un 15% cree que son responsabilidad de “las políticas económicas llevadas adelante por el anterior gobierno”, mientras un 28% supone que es producto de “las políticas llevadas adelante por el actual gobierno”.

Cabe destacar que el crédito positivo que la ciudadanía otorga al gobierno con relación a su responsabilidad sobre los problemas económicos tiende a la baja, creciendo 10% en el último año la asignación de responsabilidad a la conducción económica del gobierno sobre los problemas.

Saldo negativo de evaluación de situación económica no se traduce en imagen de gestión económica

El mencionado deterioro en la percepción ciudadana de la situación económica acaecido a partir del segundo trimestre del año, no se traduce de manera directa en la imagen de la gestión económica de gobierno, la cual no registra diferencias estadísticamente significativas con relación al pasado trimestre, alcanzando un 39% de aprobación, 33% de desaprobación y un 27% que la califica como ni buena ni mala (gráfico 3). Posiblemente, la disociación entre la percepción de la situación económica del país y la imagen de la gestión económica del gobierno se explique en el efecto amortiguador generado por los efectos de asignación de responsabilidad y los sesgos de las identificaciones partidarias: 68% de los votantes de la coalición multicolor aprueban gestión económica frente a 10% de votantes del FA.

Los segmentos más críticos con la gestión económica del gobierno son los estratos de nivel socioeconómico bajo y la población de Montevideo.

Desempleo, bajos salarios, pobreza y suba de precios: principales demandas económicas de la población

Durante la presente medición las preocupaciones económicas siguen posicionándose como las principales demandas de la opinión pública hacia el gobierno. Un 49% de las expectativas manifestadas por los encuestados refieren a demandas económicas, siendo las más relevantes el desempleo (16%), los bajos salarios (10%), la pobreza (9%) y la suba de precios (8%). Le sigue, en orden de relevancia, la inseguridad, que reúne por sí sola un 22% de las expectativas y registra un descenso en los últimos dos trimestres.

Mejora relativa de imagen de gestión económica de actual gobierno con relación a administración anterior

Transcurridos 33 meses de gestión del actual gobierno, los saldos de aprobación en materia de gestión de la economía superan a los alcanzados por la anterior administración durante el mismo período. Cabe destacar un saldo favorable de 6 puntos porcentuales para la actual administración, en comparación con un saldo negativo de 19 puntos para igual período del gobierno anterior. Como ya hemos desarrollado en anteriores análisis, dichas diferencias no se explican en indicadores objetivos de la economía, sino en diferentes momentums de humor político, signada la anterior administración por el relentecimiento de la economía luego de un prolongado ciclo de crecimiento económico y el shock que dicho fenómeno generó sobre la opinión pública.

Evolución de la aprobación general del gobierno e impacto de la gestión económica
La presente medición del Monitor de Opinión Pública registra para el mes de noviembre un 44% de apoyo a la gestión general del gobierno, un 31% de desaprobación y un 24% de ciudadanos que califica la labor del gobierno como “ni buena ni mala”. Considerados los segmentos que aprueban y desaprueban al gobierno, se registra un saldo de aprobación de +13 puntos.

Si reparamos en la serie histórica, el gobierno comienza la segunda mitad de su mandato mejorando su nivel de aprobación respecto al trimestre anterior, aunque también registra un incremento de la desaprobación, por lo cual el saldo de aprobación (+13%) representa el más bajo del actual período de gobierno. Cuando se comparan los niveles de aprobación del actual gobierno con administraciones anteriores (desde que se cuenta con registros de encuestas de opinión pública), el actual gobierno se posiciona como uno de los mejor evaluados en el término medio de mandato, junto a las dos primeras administraciones frenteamplistas.

La aprobación de la gestión económica, si bien alcanza niveles más bajos que la aprobación de la gestión general de gobierno (saldos +6% y +13% respectivamente), representa uno de sus pilares principales. Debe destacarse, que la misma logra guarismos, al mismo tiempo, sensiblemente superiores a la percepción ciudadana de la situación de la economía del país, desacople que, como ya expusimos, posiblemente se explique en la asignación de responsabilidad de los problemas a factores fuera del control del gobierno.

En síntesis, los niveles aprobación de la gestión económica representan un activo para el gobierno, máxime si se tiene en cuenta su mejor desempeño con relación a la percepción ciudadana de la situación de la economía. De todos modos, variables como la inflación y el ingreso de los hogares posiblemente puedan impactar en la conformación del humor político y en el contexto preelectoral de cara a las elecciones de 2024.

(*) Soc. Agustín Bonino