La importancia (y oportunidad) del hidrógeno verde para Uruguay

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Foto: Getty Images

OPINIÒN

Un combustible muy versátil, y podría llegar a cubrir 22% del consumo final de energía a nivel global en 2050, contribuyendo en forma sustancial de la agenda contra el cambio climático.

La preocupación por el cambio climático a nivel global ha llevado a la búsqueda de soluciones tecnológicas que permitan disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero. En este contexto, el interés por el hidrógeno verde ha explotado, con nuevos proyectos que se anuncian a diario y cada vez más países delineando sus estrategias para integrarse al incipiente mercado del hidrógeno verde. Nuestro país no está ajeno a esta realidad y este año el gobierno está impulsando —con el sector privado acompañando—, la creación de una estrategia país de hidrógeno verde.

¿Qué es el hidrógeno verde, exactamente? ¿Y para qué se puede utilizar? El hidrógeno verde es un combustible que se genera a través de un proceso químico conocido como electrólisis. En este proceso, que se realiza mediante un equipo conocido como electrolizador, se utiliza la electricidad (de fuente renovable) para separar el hidrógeno del oxígeno que hay en el agua.

El hidrógeno se utiliza desde hace muchos años en refinerías de petróleo y procesos químicos, por ejemplo; pero este hidrógeno es generado con fuentes fósiles, que emiten gases de efecto invernadero. La novedad del hidrogeno verde es que en el proceso de generación, se utiliza electricidad de fuente renovable (por ejemplo, eólica, solar o hidroeléctrica) que no emite gases de efecto invernadero. Solamente emite vapor de agua y no deja residuos en el aire. La generación de hidrógeno verde no contribuye al calentamiento global, como sí contribuye el hidrógeno que se ha utilizado tradicionalmente.

La demanda de hidrógeno a nivel global ha crecido sostenidamente en las últimas décadas, y se espera que en las próximas décadas crezca exponencialmente. Además de su uso en el refinado de petróleo y en la industria, un estudio de la Agencia Internacional de Energía proyecta que se utilizará en edificios, en el transporte, en la producción de amoníaco, de combustibles sintéticos y también en plantas de generación de energía. Por ejemplo, el amoníaco derivado del hidrógeno verde podría ser el combustible dominante en la industria marítima a partir del 2030, según un informe de Bloomberg New Energy Finance, y también podría tener un rol importante en la descarbonización de los fertilizantes. El mismo estudio estima que el hidrógeno verde podría utilizarse en la aviación para vuelos de corto/mediano trayecto, e incluso en trenes. Por otro lado, los combustibles sintéticos se utilizarían en la aviación de trayectos más largos.

Michael Liebreich, autoridad en la industria de las tecnologías limpias, diseñó la “escalera del hidrógeno verde”, con 18 usos destacados como “inevitables” o competitivos, y 17 usos clasificados como difíciles o “no competitivos”. Entre estos últimos se encuentran los camiones regionales, vehículos y utilitarios, para los cuales es más competitivo (y adecuado) el uso de vehículos eléctricos.

En definitiva, el hidrógeno verde es un combustible muy versátil, y podría llegar a cubrir 22% del consumo final de energía a nivel global en 2050 según el estudio de Bloomberg. Por lo tanto, puede contribuir de forma muy sustancial en la agenda global contra el cambio climático.

Una gran oportunidad para Uruguay

El surgimiento del hidrógeno verde como un pilar en la lucha contra el cambio climático, presenta una gran oportunidad para países que tienen la posibilidad de generarlo a un costo competitivo. Debido a que el hidrógeno verde precisa de electricidad de origen renovable para la electrólisis, los países con mejores condiciones (por ejemplo, viento, sol y/o agua) para la generación de energías renovables, cuentan con una ventaja, pudiendo generar la electricidad de fuente renovable a menor costo que países con peores condiciones. Este menor costo de electricidad, se traduce también en un menor costo de hidrógeno verde.

Dado que el hidrógeno verde se puede transportar, es posible generarlo en países con buenas condiciones para energías renovables, y exportarlo a países/regiones con gran consumo proyectado (por ejemplo Europa) donde se generaría a precio menos competitivo. Se configura entonces un nuevo mapa de países productores/exportadores de hidrógeno verde, distinto al mapa de actores del petróleo. Países con excelentes condiciones de energías renovables como Chile (eólica, solar) o Marruecos (solar) aparecen bien posicionados para aprovechar la nueva economía del hidrógeno verde. En Chile por ejemplo, se proyecta que la exportación de hidrógeno verde puede asimilarse a la del cobre, su principal producto de exportación.

El hidrógeno verde es también una gran oportunidad para Uruguay. Un estudio reciente publicado por el BID detalla las ventajas competitivas de Uruguay para la producción de hidrógeno verde, como disponibilidad actual de energías renovables así como potencial para nueva instalación de renovables; condiciones atractivas para la llegada de inversiones; y buena ubicación geográfica. La oportunidad del país está tanto en la utilización del hidrógeno verde en el mercado local (por ejemplo para transporte de carga pesada de largo trayecto); así como en la exportación de hidrógeno verde, sumado a derivados como amoníaco, metanol y combustibles sintéticos. El hidrógeno verde y derivados, podría convertirse en un producto de exportación de cientos de millones de dólares para el país en 2030; y miles de millones de dólares anualmente en la siguiente década.

(*) Ignacio Estrada, investigador del Observatorio de Energía y Desarrollo Sustentable (UCU)

Fuentes consultadas:
1) Bloomberg New Energy Finance: “New Energy Outlook 2021”
2) Iberdrola: “El hidrógeno verde: una alternativa para reducir las emisiones y cuidar nuestro planeta”
3) BID: “Hidrógeno Verde, un paso natural para Uruguay hacia la descarbonización”

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