ENTREVISTA
La pandemia no quedó atrás, es importante que se mantengan todos los apoyos hasta que la situación se normalice.
Después de un año de caída de las exportaciones de bienes menor a la esperaba, se confía en tasas de incremento de dos dígitos para 2021. La presidenta de la Unión de Exportadores, Andrea Roth, advierte que los buenos precios internacionales en los commodities son bienvenidos, pero se necesita “poner la mirada más allá de los vaivenes” de los precios internacionales. En esa línea, la institución trabaja en una agenda de corto plazo, que procura mejoras en costos de producción, logística y conectividad y acceso a mercados. Al mismo tiempo, con una mirada a más largo plazo, se trabaja en una estrategia nacional de exportaciones. A continuación, un resumen de la entrevista.
—La caída de las exportaciones en 2020, ¿se ubica dentro de lo esperable?
—Las exportaciones de bienes totales cayeron 12,5% en 2020, creo que fue menor a lo que podíamos habernos imaginado al comienzo de la pandemia, cuando teníamos caídas de dos dígitos todos los meses y la OMC proyectaba caídas anuales de hasta 32%. Además, si comparamos con años anteriores, el resultado fue similar al de 2015 con un contexto muy distinto. Claro que luego uno debe analizar sector por sector y algunos han tenido pérdidas muy grandes, sectores que apuntan al consumidor final o que son insumos para el sector turístico en otros mercados. Por otra parte, si tomamos en cuenta la exportación de servicios —de la que todavía no tenemos los datos de 2020— la caída es bastante mayor porque incluye el turismo receptivo, que fue el más castigado por el cierre de fronteras.
—¿Qué particularidades observó para el exportador durante un año fuera de lo común?
—El golpe más fuerte para los exportadores fue la caída de la demanda mundial, nunca se había dado que la caída del producto se diera de forma simultánea en todos nuestros mercados, que la movilidad estuviera restringida, que nuestros clientes tuvieran problemas para colocar sus productos y que los consumidores no pudieran salir a consumir libremente.
De todas formas, se hizo un esfuerzo importante para mantener al sector exportador funcionando, desde el gobierno hubo mucha receptividad para evitar detener el flujo comercial y desde la Unión de Exportadores se dio un seguimiento constante para que se cumplieran todos los protocolos sin detener ni la producción ni la logística.
—¿Y qué señales percibe cerca de la evolución del comercio exterior en 2021?
—En los últimos meses se están dando buenas señales, en diciembre las exportaciones dejaron de caer, en enero y febrero, pero la pandemia continúa, de a poco las vacunas van llegando a los países y esperamos que se traduzca en la recuperación de cierta normalidad. En ese sentido será un año de crecimiento y esperamos volver los niveles de exportación previos a la pandemia.
De acuerdo con las proyecciones presentadas por el gobierno en la Ley de Presupuesto las exportaciones de bienes podrían aumentar 12,5% en 2021; aspiramos a un incremento mayor, pero dependerá de la evolución de la pandemia y de mejoras de competitividad.
—Los precios de los commodities son una muy buena señal. ¿Suficiente para modificar las tendencias del comercio exterior en 2021?
—Es una buena noticia, va a contribuir a la recuperación, pero tenemos que poner la mirada más allá de los vaivenes de los precios internacionales. Es necesario lograr un aumento sustancial del volumen exportado, diversificar nuestra matriz exportadora y nuestros mercados, aumentar el valor agregado de nuestros bienes y servicios, insertarnos en las cadenas de valor, adecuarnos a las nuevas exigencias de los países y consumidores, sólo así podremos tener un crecimiento sostenible en el tiempo.
—¿Cuáles son los escenarios que proyectan?
—En la UEU venimos trabajando por un lado en una agenda de corto plazo, que apunta a mejoras en la competitividad en tres grandes áreas: costos de producción, logística y conectividad y acceso a mercados. En este sentido buscamos una mayor digitalización, reducción de costos, sinergias, eliminar restricciones y mejorar nuestra inserción internacional.
Por otro lado, estamos trabajando en una agenda de mediano y largo plazo, que es generar insumos para una estrategia nacional de exportaciones. Hablo de insumos porque se trata de algo que debe ser elaborado en conjunto con gobierno, empresarios, academia y trabajadores. Se trata de una política de Estado, hacia dónde queremos que transite el país, ¿cómo lograr duplicar las exportaciones en los próximos años? ¿Qué acciones tenemos que desarrollar para que dentro de unos años podamos exportar nuevos productos o servicios o ampliar los que se exportan hoy? Esas son preguntas para responder entre todos.
Por lo tanto, consideramos que cuanto más rápido y profundo se avance en la agenda de corto plazo, más auspicioso será el resultado exportador en próximos meses y años.
A su vez, este año definimos avanzar en tres unidades nuevas: pymes, género y verde. La primera busca apoyar a las pymes, coordinando acciones con otras instituciones para que más pymes logren exportar y mantenerse en los mercados. En la unidad de género buscamos ayudar a las emprendedoras y empresarias en su inserción internacional y trabajar en aspectos específicos que puedan estar necesitando para desarrollarse. En lo que llamamos Exportación Verde vamos a trabajar en ofrecer a las empresas asesoramiento acerca de programas, apoyos, exigencias de los mercados y tendencias internacionales. Creemos que es fundamental trabajar en estas áreas para ampliar nuestras exportaciones.
—Precisamente, estos días se instaló el debate sobre el sector cárnico, a partir de las declaraciones de Bill Gates. Una evolución de la producción en el sentido que anuncia Gates puede afectar no solo a la carne, sino a otros productos tradicionales del país. ¿Cómo debe pararse el país ante esa realidad?
—Es necesario adaptarse, ya que difícilmente podamos revertir las tendencias. En ese sentido, Uruguay debe mostrar sus atributos —en el caso de la carne la producción natural y sustentable— y apuntar a mercados o nichos donde esos atributos sean valorados.
—El gobierno dispuso el año pasado medidas transitorias (devolución tributos, prórroga de vencimientos, etc.) ¿Entienden que deberían mantenerse?
—La pandemia no quedó atrás, es importante que se mantengan prórrogas y apoyos hasta que la situación se normalice.—¿El sector exportador debe ser considerado en “emergencia”?
—Hay que analizar rubro por rubro, algunos siguen en una situación crítica. Por ejemplo, sectores como lana, cuero y vehículos registraron en 2020 exportaciones 47%, 41% y 36% menores a las de 2019, respectivamente. Esto para las empresas significa reducir la producción, enviar personal a seguro de paro o despedirlo. Cuando la producción se detiene de esa forma es difícil recuperar posiciones.
—¿Entienden que en esta etapa deberían contemplarse nuevas medidas de auxilio?
—Lo relevante antes, durante y después de la pandemia es mejorar nuestra competitividad e inserción internacional, que son las bases para el sector exportador, es decir avanzar en nuestras agendas de corto y mediano plazo. Ese es el mejor auxilio que se le puede dar al sector.
—Los anuncios hechos desde el MEF que apuntaban a una mejora de la competitividad, en algunos casos no cristalizaron debido a la coyuntura. ¿Qué esperan a corto plazo?
—Las medidas que vamos sugiriendo de nuestra agenda de corto plazo se cumplen muy lentamente, debemos acelerar ese proceso.
—La agenda del sector exportador considera clave el acceso a mercados. ¿Qué escenario real tenemos a nuestro frente en la actualidad en ese aspecto?
—En la UEU separamos lo que son factores exógenos y endógenos. No podemos cambiar al mundo, pero sí podemos cambiar lo que hacemos nosotros. En ese sentido es necesario apostar fuertemente al diálogo, la negociación, avanzar todo lo posible en la inserción internacional y buscar nuevos mecanismos para mejorar nuestra llegada al mundo.
—Pandemia mediante, el mundo siguió avanzando en acuerdos comerciales. ¿Estamos “un poco peor” que el año pasado, en términos relativos?
—Mientras Uruguay no avance en nuevos acuerdos y nuestros competidores sí lo hagan vamos a seguir empeorando. En este tema no moverse es equivalente a retroceder.
—Luego de un año con medidas proteccionistas en varios países y negociaciones bilaterales. ¿Cuál será el diseño del libre comercio de aquí en adelante?
—Creo que cada país tiene que buscar sus oportunidades, el mundo está yendo hacia tratados bilaterales y entre bloques, no podemos quedarnos fuera de ese mecanismo. Uruguay no tiene grandes posibilidades de marcar la cancha debido a su tamaño, pero es una voz respetada y tiene que estar en todos los ámbitos de negociación.—¿Consideran beneficiosa y posible una cierta flexibilidad como la que reclama Uruguay para establecer negociaciones con terceros a distintas velocidades?
—Todo lo que permita avanzar en las negociaciones con nuevos mercados es bienvenido, nada es imposible. Es viable la flexibilización, pero depende de las voluntades políticas de los socios del Mercosur y de una diplomacia activa en busca de consensos.
—¿Cuáles deben ser las acciones que emprenda Uruguay?
—Salir agresivamente en busca de acuerdos, sin descuidar los acuerdos ya existentes. El Mercosur es muy importante para muchas empresas, que hoy no tienen una clara alternativa exportadora. Por lo tanto, es necesario firmar más acuerdos sin perder nuestro pie en el Mercosur.
—¿Qué falló para que no se avanzara a la velocidad esperada en el TCL con UE?
—Hay muchos intereses en juego y se dio este enlentecimiento, es una lástima luego de tantos años negociando y habiendo alcanzado un consenso a nivel técnico. Si las dudas de la UE vienen por las políticas ambientales, tal como ha trascendido, Uruguay tiene mucho para mostrar y debemos hacerlo.
—Pero, ¿cómo podríamos aprovechar nuestras ventajas desde el punto de vista ambiental para avanzar, si el acuerdo es bloque a bloque y las críticas de Europa se centran en Brasil?
—Hemos detectado —en algunas reuniones virtuales— que hay europeos que no conocen las políticas ambientales de Uruguay, por ese lado tenemos una oportunidad de mostrarnos. A su vez, es necesario promover un trabajo conjunto entre los países del Mercosur en materia ambiental tanto para coordinar políticas como para su difusión.
—¿Es prioritario procurar un TLC con China?
—Sería un acuerdo muy relevante. En nuestro grupo de trabajo de acceso a mercados estamos estudiando qué países y productos tienen prioridad o dónde hay oportunidades que no se están aprovechando. Es un trabajo en proceso, no tenemos un listado, pero hay empresas que tienen mayor interés en mercados como el estadounidense o el europeo y otras ven más oportunidades en Asia o África.
—Además de los caminos abiertos y en etapa de negociación, ¿Qué otros mercados Uruguay debería considerar estratégicos?
—Cada sector tiene intereses diferentes, hay sectores que necesitan una mayor apertura en Asia, otros tienen la mira puesta en África y Oriente Medio, otros están más volcados a EEUU, China y la UE. Hay que abrir todos los mercados posibles.