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Un mayor desempeño de las acciones en 2022, sustentado por un alza aún por encima de su promedio a largo plazo, derivado de menores restricciones a la movilidad.
Durante el 2021, la economía global experimentó una rápida recuperación, luego de la recesión generada por la crisis por COVID-19. Este mejor desempeño estuvo acompañado por el inicio del proceso de vacunación que favoreció a una paulatina reapertura de la economía global, la que estuvo caracterizada por su disparidad regional.
Las regiones desarrolladas pudieron recuperarse con mayor solvencia frente a las emergentes gracias a su mayor cobertura de vacunación y una mejor capacidad de sus gobiernos e instituciones monetarias para aplicar políticas contracíclicas.
Para este nuevo año se espera que la reapertura económica se vaya fortaleciendo, en la medida en que la situación sanitaria sea contenida. De igual manera, se pronostica un menor crecimiento a nivel global que lo registrado en el ejercicio previo, en la medida en que los estímulos monetarios y fiscales se irán moderando.
En este contexto, mantenemos una expectativa positiva hacia Europa Desarrollada, así como para las acciones del continente durante este año, de tal forma que marque una continuación del actual mercado alcista.
Las bolsas de Estados Unidos lograron obtener un retorno de doble dígito por tercer año consecutivo, dado por la sólida recuperación económica y los positivos resultados corporativos. Para el 2022, esperamos un poco más de lo visto en el año anterior, con un mayor desempeño para las acciones, sustentado por un crecimiento aún por encima de su promedio a largo plazo y derivado de la eliminación de la mayoría de las restricciones de movilidad.
Finalmente, Asia Desarrollada se mostró como una de las regiones más exitosas en cuanto a la gestión de la pandemia. Respecto al desempeño de su mercado bursátil, encontramos favorables valorizaciones en los activos de riesgo, comparado a otras regiones desarrolladas.
Por su parte, para este año los países emergentes presentan una serie de desafíos, razón por la que mantendremos una baja preferencia en estas economías.
En lo que respecta a la renta variable, se mantuvo como el activo que mejor comportamiento tuvo durante 2021. Para este año se espera que la recuperación de la actividad económica, los sólidos resultados corporativos y los mayores avances en los procesos de vacunación impulsen los retornos de la renta variable en los países desarrollados.
En cuanto a la renta fija, las perspectivas de continuo crecimiento económico seguirán favoreciendo el desempeño de los activos de riesgo, en la medida que beneficiará el desempeño de las utilidades. A nivel regional, si bien las plazas emergentes exhiben valuaciones inferiores a las de las plazas desarrolladas, los riesgos que emanan desde las primeras podrían mantenerlas rezagadas, en un contexto de permanente recuperación en sus pares desarrollados.
Posicionándonos en la economía uruguaya, el año 2021 ha estado marcado por una continua recuperación de la actividad económica, donde el crecimiento del PIB logró terminar el año en niveles por encima de los pre-pandémicos.
Esto fue acompañado por la fuerte campaña de vacunación, la apertura de las fronteras y el levantamiento de las restricciones de movilidad, así como por la evolución de la tasa de desempleo.
El déficit fiscal, por su parte, ha experimentado una recuperación lenta pero progresiva, cerrando el año en un nivel cercano al 4,8% del PIB. Con respecto al índice de precios al consumo, por cuarto año consecutivo la cifra anual finalizó por encima del rango objetivo establecido por el Banco Central del Uruguay, que actualmente se posiciona en 7%.
Por último, en referencia a la evolución anual del tipo de cambio, durante el 2021 la devaluación del peso uruguayo se ubicó en torno al 5%, cotizando al cierre del año por encima de los $44, lo cual se alinea con la tendencia devaluatoria generalizada de la región. Para este año, las encuestas de expectativas muestran que los analistas esperan que el PIB continúe en aumento, ubicándose en 3%. Respecto al tipo de cambio, los analistas proyectan una cotización para cierre del 2022 cercana a los $46 por dólar mientras que, en lo que refiere a inflación anual, esperan una cifra cercana al 7%.
Tomando en cuenta las perspectivas económicas que se planten para este año, resulta fundamental contar con el asesoramiento de expertos en la materia a la hora de invertir. En SURA Inversiones ofrecemos a nuestros clientes el respaldo de un equipo de amplia formación, preparado para considerar las mejores opciones financieras para cada perfil, haciendo que los resultados de cada inversión sean óptimos.
(*) Vicepresidente de SURA Asset Management Uruguay