La calificación crediticia que Uruguay tiene a nivel soberano, tiene un fuerte correlato con lo que ocurre en los sectores que están bajo revisión de las calificadoras. Es el caso de la banca, las aseguradoras y los proyectos de infraestructura orientados al mercado de capitales. Gabriela Catri, Ratings Manager de Moody’s Local Uruguay, sostuvo que, en general, “hay un entorno estable para las operaciones en Uruguay”. Los bancos presentan “buenos niveles de desempeño, capitalización y baja morosidad”, lo mismo que ocurre con las compañías de seguros, mientras los proyectos de infraestructura, de más largo plazo, “descansan en un muy buen entorno regulatorio”. Catri advirtió sobre los bajos niveles de penetración de la banca, medida en créditos sobre PIB, “aunque están en ascenso”, y sostuvo que el escaso desarrollo del mercado de capitales obedece fundamentalmente a la demanda, dado “las compañías encuentran en el fondeo bancario la respuesta a lo que necesitan”. La representante de Moody´s afirmó que en la actualidad, “no encuentran vulnerabilidades específicas para los sectores que califican” en el país. A continuación, un resumen de la entrevista.
—¿Cómo califican el desempeño de las instituciones financieras en Uruguay?
—Tenemos un entorno estable asignado a los bancos. Todos los bancos que calificamos, seis, hoy tienen perspectiva estable. El mercado uruguayo tiene una particularidad, debido a que el Banco República representa una parte muy importante, aproximadamente el 46% de los depósitos de la Plaza Uruguaya y casi un 30% de los préstamos. Eso le da una dinámica distinta, cuando comparamos al mercado uruguayo con otros de Latinoamérica. Sin embargo, en líneas generales, lo que observamos en la plaza local son niveles de capitalización razonables, que exceden los requerimientos regulatorios y un nivel de penetración del crédito que ha ido creciendo algo en los últimos años…
—Es un nivel bajo de penetración…
—Sí, medida como el crédito sobre PIB, Uruguay está por debajo de otros mercados comparables de la región, con un 29% de PIB cuando por ejemplo Chile tiene 50%, con un mercado financiero como mayor desarrollo. Si tomamos como referencia todos los mercados de Latinoamérica que calificamos, Uruguay está en la mitad de la tabla en términos de penetración del crédito, aunque ha venido creciendo.
—Esa baja penetración, ¿puede observarse como una señal de debilidad del mercado local?
—No necesariamente, me parece que tiene más que ver con cuestiones de dinámicas propias de los países. Esto no significa que en términos de la rentabilidad de los bancos o que en términos de su balance implique una mayor debilidad. Sobre todo, tomando en cuenta los demás indicadores. Entonces, no es que haya un problema crediticio en los balances de los bancos a partir de esa penetración menor en términos relativos.
—Los buenos indicadores de morosidad a los que refería, ¿son generales?
—Tanto en bancos privados como en bancos de capitales públicos, vemos que se repiten esos niveles saludables de morosidad, con un buen acceso a fondeo, a bajo costo, en base a los depósitos de sus carteras de clientes.
La morosidad del sistema es relativamente baja, inclusive cuando lo comparamos contra otros mercados; por supuesto que dentro del segmento corporativo, cuando uno empieza a observar se encuentran distintos niveles de mora, aunque todos razonables, insisto. Lo mismo ocurre en materia de créditos a personas. Los bancos que tienen un negocio muy grande orientado a individuos se benefician de la granularidad de ese mercado y de los depósitos de ese sector, que básicamente les dan fondeo a un costo súper competitivo al banco.
—Un elemento que surge cuando se consulta a la banca local por esos temas, son los altos costos del sistema. ¿Eso incide en la baja penetración?
—Realmente no lo tenemos evaluado desde ese punto de vista; lo evaluamos en términos de la calidad crediticia y no tenemos nada que nos indique que el tema de los costos es lo que explica la baja penetración, aunque es una hipótesis posible.
—¿El reporte considera alguna señal de vulnerabilidad paras el sistema a corto plazo?
—No estamos observando específicamente en este momento alguna vulnerabilidad para el sector, más allá de las normales, que podrían eventualmente ocurrir por causas coyunturales externas. Pero en líneas generales entendemos que el sector opera en un entorno regulatorio con reglas muy claras y estables a través del tiempo. Eso le da solidez ante situaciones adversas. Y nos lleva a otorgar la perspectiva estable que adjudicamos al sistema.
—El bajo desarrollo del mercado de capitales, ¿no es una señal de debilidad?
—Es que un crecimiento del mercado de capitales debería venir acompañado de una efectiva demanda de proyectos para financiamiento. En nuestro caso, que además del sector financiero cubrimos el mercado de capitales y otros actores no financieros, corporativos y proyectos de inversión, lo que vemos es que muchas veces las compañías encuentran en el fondeo bancario la respuesta a lo que necesitan.
Entonces, tal vez allí se encuentre una explicación de por qué el mercado de capitales corporativo no se termina de desarrollar o no tiene más profundidad, porque por el contrario los bancos suelen ser bastante competitivos en términos de tasa, y de plazos, inclusive si se lo compara contra otros países de la región.
—¿Un mercado de capitales más profundo no podría otorgar otras opciones de acceso al crédito?
—El mercado de capitales, es verdad que no tiene la profundidad de otros países comparables de la región, pero es un mercado que funciona, que tiene un buen regulador, donde las compañías que están en el mercado se mantienen en él y encuentran a los inversores en el mercado.
Pero en su mayoría, el sector corporativo no financiero colma sus necesidades de financiamiento dentro del sistema bancario. Pero más que limitación del mercado de capitales, habla de la fortaleza del sistema bancario. En mi caso he cubierto compañías uruguayas desde hace más de 15 años y esto es algo que se repite.
—En términos comparativos, ¿el mercado uruguayo presenta un nivel de concentración alto en cuanto a la cantidad de instituciones financieras?
—Diría que está en un nivel medio, estándar, a diferencia de otros mercados que tienen otro desafío, porque tienen demasiadas instituciones y siempre parece que hay presión a la consolidación; ese no es el caso del mercado uruguayo y no vemos un problema en ello.
—En el sector de seguros, ¿cuál es la valoración que hacen del mercado?
—Las primas brutas de la industria de seguros en Uruguay crecieron un 12,8% anual en promedio los últimos tres años. Nuestra visión es de una perspectiva estable en su calificación. Es un sector que viene creciendo de manera sostenida en términos de penetración, aunque su nivel sea bajo (las primas brutas representaron el 2,9% del PIB en 2023), como ocurre en la mayoría de los países de Latinoamérica. En este sentido, Uruguay se parece mucho a sus vecinos, lejos de lo que ocurre con ese indicar en países europeos, por ejemplo. Lo importante a tener en cuenta ahora es la tendencia de los últimos años, que muestra un sostenido ascenso. Hablamos de una mejora en líneas generales en la cartera que calificamos, que cumple con exceso los requerimientos regulatorios.
Una característica de este último período es la recuperación en los resultados técnicos, producto de que venimos de dos años de una siniestralidad muy especial y muy alta, y finalmente hemos tenido un año un poco más tranquilo, que se refleja en los resultados técnicos de todas las compañías.
—Una importante porción del mercado de seguros está representado por el sector vida previsional y el automotor. ¿El resto de los segmentos están poco desarrollados?
— Absolutamente; vida profesional es el 43,5% y automotores 22,4% del total, mientras que agropecuario es 1,9%, transporte 1% e incendio 0,6%. Hay mucho por hacer y muchas oportunidades para crecer. Es una característica regional, más que del mercado uruguayo. Entiendo que hay potencial de desarrollo en algunos segmentos, como los seguros de transporte o incendios.
Otros sectores importantes a futuro pueden estar vinculados con nuevas amenazas, como el ciberdelito o cuestiones vinculadas con el cambio climático. En un reciente evento con gente de la industria hacían referencia precisamente a esos sectores. Consideramos que hay mucho potencial para crecer allí.
—En vuestro último informe del mercado asegurador se observa una concentración de inversiones de las compañías de seguro en bonos soberanos. ¿Qué lectura hacen de esa situación?
—Es verdad que hay una concentración en bonos soberanos, pero también es cierto que representa un manejo de las inversiones absolutamente conservador, con lo cual por lo menos desde nuestra mirada como calificadora de riesgo, no es algo que nos preocupe.
—Las tres compañías no financieras que califican, ¿también cumplen con la perspectiva estable?
—Sin dudas. Por un lado tenemos una del sector alimentos y bebidas, que es Conaprole, un emisor frecuente del mercado que tenemos calificado en AAA.uy, la calificación más alta de nuestra escala doméstica. Por supuesto, esto captura distintas cosas, pero entre otras, el liderazgo y la capacidad de generación de flujo, a pesar de estar en un sector, si se quiere, cíclico. Es una compañía que opera con muy bajo nivel de apalancamiento y que tiene mucho acceso a la liquidez.
Luego está Gralado, concesionario de Tres Cruces. Recientemente obtuvo la extensión de su concesión, lo que le da previsibilidad en la generación de flujo de fondos a una compañía que opera con moderado apalancamiento. Su calificación es AA-.uy. Por último tenemos calificada a Isusa, típicamente una compañía de un segmento bastante más cíclico, que ha tenido un año difícil por la seca, pero está recomponiendo nuevamente sus márgenes. La tenemos califcada A-.uy.
—¿Y en cuanto a los proyectos de inversión?
—Ahí tenemos varios proyectos de la Corporación Vial del Uruguay, así como el proyecto del cierre del Anillo de trasmisión de Tacuarembó; ambos casos están calificados muy alto en nuestra escala doméstica. Por otra parte tenemos calificado CAF-AM V, que es un fondo de infraestructura, con proyectos de largo plazo, a los que vamos evaluando en la medida en que van ingresando al fondo.
Para que los proyectos de infraestructura tengan buenas calificaciones, como es el caso, lo que nosotros exigimos, más allá del flujo específico del proyecto, es que operen en un entorno regulatorio estable, lo que es una fortaleza en el caso uruguayo. Entonces, podríamos decir que es fácil calificar proyectos de largo plazo aquí, porque nosotros damos crédito al entorno regulatorio estable de Uruguay.
Todos estos sectores que nosotros cubrimos de manera local, bancos, compañías de seguros, proyectos de infraestructura, necesitan del entorno estable a nivel país, por lo que está totalmente alineado con la calificación soberana que tiene Uruguay.