Álvaro Benvenutto (*)
Durante los meses de enero y febrero, el precio del oro tiende a mostrar importantes subidas, esto se llama "La Fiebre del Oro", una estacionalidad que se sustenta en un fundamento astrológico y una tradición milenaria: El año nuevo lunar chino.
El año nuevo lunar en China se celebra cada 25 de enero. Una de las más famosas tradiciones en esa época es regalar algún objeto que tenga oro, para comenzar el año nuevo, ya que es considerado buena fortuna y prosperidad. Esto genera una mayor demanda del metal dorado, en una época del año en que, precisamente, los chinos poseen mayor poder adquisitivo por las bonificaciones de fin de año. Por eso, invertir en oro durante este periodo puede ser una oportunidad, especialmente este año en el que se suman otros factores macroeconómicos.
¿Que viene pasando?
El oro es conocido por ser uno de los activos de refugio preferidos por los inversionistas en momentos de inestabilidad en los mercados. Es por eso que, en marzo de este año, como consecuencia del conflicto entre Rusia y Ucrania, subió abruptamente su cotización a máximos históricos cercanos a los 2.070 dólares.
Por otro lado, al enfriarse el conflicto sumado al incremento de tasas por parte de los principales bancos centrales del mundo, pero sobre todo Reserva Federal de los Estados Unidos, las rentabilidades en las diferentes divisas y el dólar se volvieron más atractivos para los inversionistas, los cuales se van alejando de sus posiciones en el oro.
Sin embargo, para este año existen algunos argumentos que pueden ser favorables para el oro. La Reserva Federal debería finalizar su proceso de alzas de tasas en la próxima reunión de comienzos de febrero. Esto ya lo ha estado internalizando (y debería continuar haciéndolo) el mercado, lo que evitaría mayores alzas en el rendimiento de los bonos del tesoro, que “compiten” con el oro como activo de refugio.
Por otra parte, este escenario podría continuar debilitando al dólar, más aún si la inflación sigue dando señales de converger a niveles inferiores, situación que también apoyaría mayores alzas en el precio del oro.
Finalmente, una eventual recesión en Estados Unidos y un escenario aún más bajista para la renta variable, apoyaría una mayor demanda de activos de refugio, donde el oro se vería mejor posicionado que otros pares.
Como se observa en el gráfico que muestra el rendimiento promedio mensual del oro desde el año 2000, se ve claramente una tendencia alcista en enero, febrero y agosto, siendo los tres meses con mejor rendimiento.
- Rendimiento promedio en enero desde el año 2000: +2,67%
- Rendimiento promedio en febrero desde el año 2000: +0,96%
- Rendimiento promedio en agosto desde el año 2000: +2,20%
¿Cómo se podría invertir en oro?
La manera más tradicional es la posibilidad de adquirirlo de forma física, pero tiene sus desventajas, ya que debemos resguardarlo y al momento de liquidarlo necesitamos alguien dispuesto a adquirirlo.
Otra opción puede ser invertir de forma indirecta, en acciones de empresas mineras que se dediquen a la extracción de este metal. Su valor se encuentra fuertemente correlacionado a los cambios de precio en la cotización de este activo.
También se puede a través de un ETF (fondo que cotiza en bolsa), que esté enfocado en este activo, algunos ejemplos de estos ETF son GDX y NUGT.
Finalmente, existe la posibilidad de hacerlo a través de la compra y venta de contratos por diferencia (derivados financieros que reflejan el valor de un activo subyacente). Esto permite aprovechar las variaciones de precio, tanto al alza como a la baja.
(*) Trading Executive de Capitaria Uruguay