La ganadería argentina desfallece

| En 2008 el stock cayó 1,3 millones de cabezas respecto al año anterior y las exportaciones bajaron un 45% en cuatro años

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JOSÉ CRETTAZ | LA NACIÓN

A casi cuatro años del comienzo del control de precios y las restricciones a las exportaciones, la actividad ganadera pasa por uno de sus peores momentos. En 2008, el stock (medido por la vacunación antiaftósica) cayó 1,3 millones de cabezas respecto de 2007; las exportaciones se redujeron el 45% desde 2005 (el país pasó del tercero al séptimo lugar en el ranking de principales exportadores) y el año pasado se incumplió por primera con los envíos de la cuota Hilton; el proceso de liquidación de vientres lleva dos años ininterrumpidos; y aunque se faenan más cabezas, se produce menos carne porque el peso de los animales es menor.

El precio de la hacienda se mantiene en los mismos niveles que en 2005, pero en el mostrador el consumidor paga ahora un 60% más que en aquellos meses. Como la ecuación económica no cierra, y desesperados por la sequía, los productores aceleraron en 2008 el proceso de liquidación de vientres: en algunos meses la matanza de hembras superó el 50% de la faena. En los primeros 10 meses del año último, se faenaron 280.000 hembras más que en el mismo período de 2007.

Según un trabajo del movimiento CREA, si las variables mantienen sus tendencias actuales, para 2011 el país deberá importar carne. Para algunos analistas, la escasez empezará a notarse en marzo o abril próximos y se sentirá primero en novillos gordos. Tal vez entonces, después de cuatro años, reaccione el precio del kilo vivo, que en los últimos meses cayó el 25% y se ha mantenido en los niveles de 2005, afectado por el cierre de las exportaciones. El 87% de los ganaderos maneja menos de 500 cabezas. Hoy, para comprarse un kilo de helado necesita más de 10 kilos de novillo. "Para el invernador, el costo de producir un kilo de novillo aumentó el 25% en 2008 y superó con creces el ingreso por su venta. Esto significa que la invernada o el engorde de novillos, particularmente de pesados dejó de ser rentable", dijo el vicedecano de la Facultad de Agronomía de la UBA, Juan José Grigera Naón.

RETROCESO AUTÓCTONO. El retroceso sufrido por la ganadería argentina es un fenómeno completamente local. En el mismo tiempo, Brasil se consolidó como principal exportador e internacionalizó sus mayores empresas frigoríficas -que tienen una posición preponderante en nuestro propio mercado-; Uruguay superó a la Argentina como exportador, y Paraguay, duplicó sus embarques en los últimos cuatro años. Es más, países sin tradición ganadera ingresaron al selecto grupo de mayores exportadores: Colombia, por ejemplo, pasó de vender en el extranjero 13.000 toneladas en 2005, a 170.000 toneladas en 2008. Y Vietnam, que hace cuatro años no exportaba un kilo, el año pasado exportó 145.000 toneladas.

En 2009 también podrían incumplirse los envíos de cuota Hilton. "Falta cubrir entre el 70% y 75% de la cuota, lo que debería enviarse en los próximos cinco meses por lo que existe el riesgo de no cumplir", opinó Grigera Naón. Los precios de la carne de calidad Hilton ayudan: tras tocar un promedio de 7.000 dólares, la tonelada de carne ya vale 12.500 dólares. El efecto más inmediato de la crisis económica parece haber pasado, y hasta Rusia -el mercado más afectado y uno de los principales para la carne argentina- empieza a volver lentamente a la normalidad. En los últimos dos años, cuando se prevé que la demanda mundial crezca un 10% hasta 2015, la Argentina dejó de abastecer a 30 países.

Según el Instituto de Estudios Económicos de la Sociedad Rural (IEE), los costos de la ganadería sufrieron un aumento cercano al 40% en 2008, impulsado por el encarecimiento de fertilizantes, agroquímicos y sueldos, entre otros. En lo que va de este año, los incrementos rondan el 20%, con leves bajas en los precios de los insumos. La peor parte de la crisis la están llevando los criadores, que están produciendo a pérdida, dado que sus dos principales ingresos, ternero y vaca, están a precios similares que el año pasado, pero con costos crecientes.

Por la baja preñez que dejará la sequía, en la zafra de 2010 habrá un faltante significativo de terneros, por lo que habrá menos novillos. "Necesitamos doce millones de cabezas por año y tendremos diez millones. Como el consumo no bajó, no habrá animales para satisfacer la demanda", arriesgó Carlos Oddino, docente de la Universidad Austral. Sin embargo, en el corto plazo, las fuentes difieren sobre cómo evolucionará el abastecimiento de hacienda. Para el consultor Víctor Tonelli, "la oferta va a caer de manera inminente y con efecto de largo tiempo; estimo que caerá el equivalente a un consumo menor a los 60 kg per cápita". En cambio, para Grigera Naón, "para los próximos meses del año el abastecimiento está garantizado pero por la faena de hembras, lo que hipoteca el futuro". Para el presidente de la Cámara Argentina de Feedlots, Juan Eiras, "la oferta va seguir alta porque por la sequía se encerró mucha hacienda, lo que asegura oferta para marzo y abril".

PRECIOS DISTORSIONADOS. La carne argentina tiene fama de ser la mejor del mundo. A tal punto que, quizá para justificar el precio del plato, en los menús de los restaurantes europeos más prestigiosos suele aclararse el origen criollo del bife. Sin embargo, en los mercados concentradores locales, ese alto valor del producto final no se refleja en lo que se paga por su imprescindible materia prima, la hacienda en pie.

Según un relevamiento del Instituto de Estudios Económicos (IEE) de la Sociedad Rural, en septiembre último -antes de que el coletazo de la crisis económica llegara a la ganadería- en Estados Unidos el kilo vivo de novillo se pagó US$ 2; en Uruguay, US$ 1,90; en Paraguay, US$ 1,70, y en Chile, US$ 1,80. En la Argentina, ese valor apenas llegó a los US$ 0,70.

Los precios actuales de la hacienda en pie son los mismos que en 2005, pero en el mostrador los consumidores pagan la carne más de un 60% más cara que en aquel año. Según un relevamiento del movimiento CREA, sólo en 2008, mientras que el precio promedio de los seis cortes de novillos subieron el 14%, y el pollo -la carne alternativa- lo hizo el 18%, el precio del kilo vivo de novillo cayó el 13%.

Productores y frigoríficos acusan al eslabón minorista -distribuidores, carnicerías y supermercados- de no haber trasladado la baja de la materia prima al producto en la góndola. "Por el crecimiento de feed lot (incentivado por los subsidios) y la obligación de derivar el 75% de la res de exportación al mercado interno, la oferta doméstica fue excesiva. En estas condiciones y con precios al consumidor que se ajustaron en abril de 2008 -que se basó en valores de animales livianos de cerca de $ 4 el kg-, los intermediarios mayoristas y los minoristas no trasladaron las bajas del ganado al precio al público y, pese a la caída del recupero, incrementaron sus márgenes en más del 15% respecto de lo habitual", afirmó Tonelli.

Eiras sostiene que "un ternero tendría que tener hoy un piso de $ 4,50 -según el valor sugerido por la Secretaría de Comercio Interior-, más la inflación oficial de 2008, pero se hace costoso colocarlo a $ 3,20". Para Grigera Naón "el precio del kilo vivo ha disminuido fuertemente en los últimos meses por la crisis internacional, que afectó las exportaciones de carne y subproductos. La caída de los precios recibida por los productores ronda entre el 20 y 26%, respecto de los valores a agosto de 2008", agregó.

En los remates feria del interior, la baja de los precios fue todavía mayor en categorías como la vaca. Por la sequía, que obligó a vender, en ferias de Daireaux y Villaguay "una vaca buena con cría se llegó a pagar entre $ 400 y $ 450, muy lejos de los $ 1.000 que se pagaban hace un año", dijeron en el IEE.

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