OPINIÓN
¿Cómo lograrán que no se desborden aún más las variables económicas de aquí a noviembre?
El resultado de las PASO dejó al gobierno más golpeado que a Macri en las PASO de agosto de 2019. El kirchnerismo no esperaba perder en más distritos de los que perdió en las elecciones de 2017, cuando Juntos por el Cambio hizo una muy buena elección.
El kirchnerismo perdió en lugares impensados para ellos, como fue la derrota en Santa Cruz o en el Chaco, bastiones del kirchnerismo.
El kirchnerismo ganó en 7 de los 24 distritos electorales, un resultado adverso para el peronismo nunca visto. Los 7 distritos en los que ganó representan el 13,48% del padrón electoral. En otras palabras, ganó en distritos de poco peso electoral dentro del padrón electoral y con mucho empleo público y planes sociales. Ganó en Formosa, Salta, Tucumán, Catamarca, La Rioja, San Juan y Santiago del Estero.
En definitiva, el oficialismo perdió en los distritos de mayor peso electoral pero también en bastiones k. Esto hace pensar que luce bastante complicado que el oficialismo logre dar vuelta este resultado electoral de las PASO en el mes de noviembre. Es que seguramente, puso toda la maquinaria electoral en funcionamiento para estas PASO y no le quedaría muchas lagunas donde puedan ir a pescar más votos.
Es más, en las PASO suele votar menos gente que en las que se eligen los candidatos y difícilmente ese mayor caudal de votos vaya a parar, mayoritariamente, al oficialismo.
Por ahora, Alberto Fernández intenta recuperar iniciativa formulando anuncios de leyes que llevarán su tiempo ser implementadas. Anunció la ley de compre nacional, ya utilizada mil veces y siempre fracasada, la ley de hidrocarburos y el proyecto de ley de presupuesto que supone un acuerdo con el FMI, algo bastante difícil de lograr considerando el esfuerzo fiscal que tendría que hacer el gobierno para empezar a poner en orden las cuentas públicas, en particular el fenomenal desborde de Leliq y su gasto cuasifiscal.
El resultado del domingo 12 de septiembre generó una crisis política dentro del PJ que se traslada a toda la población con una crisis institucional.
Cristina Fernández salió furiosa a atacar a Alberto Fernández haciéndolo responsable de la derrota en las PASO e incluso parece haber mandando a su tropa a atacar al presidente.
Es más, la carta abierta que publica Cristina Fernández criticando la gestión de Alberto Fernández, dice que el presidente generó un fuerte ajuste fiscal que hizo perder las elecciones. Un verdadero disparate conceptual porque todo el 2020 hubo un fenomenal déficit fiscal financiado con una muy fuerte emisión monetaria que se traduce en las actuales tasas de inflación.
Y en 2021, salvo un par de meses en que el gobierno levantó el pie del acelerador en el gasto público, el déficit fiscal sigue creciendo y el BCRA vuelve a acelerar la emisión monetaria para financiar el déficit.
Tanto es así que este año terminará con un déficit fiscal de 11% del PIB cuando se toma el déficit del tesoro y la pérdida que tiene el BCRA por la colocación de bonos para absorber parte de la emisión monetaria.
Además, el gobierno viene atrasando el tipo de cambió oficial y las tarifas de los servicios públicos, de manera que de lo menos que puede hablarse es de ajuste fiscal. Hay un gran desajuste fiscal. Todo lo contrario a lo que dice la vicepresidente.
De cara a las elecciones de noviembre, el gobierno tiene 3 opciones económicas para seguir. A saber:
1) Reconocer sus errores de populismo e ir a una política económica de disciplina fiscal y monetaria. Este escenario tiene casi cero posibilidad de ocurrir porque el beneficio político de adoptar medidas económicas racionales se verían con posterioridad a las elecciones, con lo cual no le sirve al gobierno para ganar votos.
2) Mantener el actual ritmo de aumento del gasto público para financiar planes sociales, subsidios económicos, etc. En rigor, a partir de junio ya había empezado esta política de expansión del gasto con la correspondiente expansión monetaria. En efecto, el gasto primario, sin incluir los intereses de la deuda pública, subió un escalón a partir de junio y se mantuvo en julio y agosto, lo cual obligó al BCRA a volver a emitir para financiar al tesoro. En agosto el BCRA emitió $ 200.000 millones para financiar al tesoro y en los primeros días de septiembre lleva emitidos $ 140.000 millones.
3) En vez de mantener el actual ritmo de aumento del gasto público, podría aumentarlo al menos hasta las elecciones, que parece la opción más posible, con lo cual cabe esperar un aumento de la emisión monetaria en los próximos meses con el consiguiente impacto inflacionario.
La gran interrogante es si el gobierno logra llegar a noviembre sin que se le desborden las variables económicas, en particular el tipo de cambio blue.
En este punto el BCRA hará todas las maniobras habidas y por haber para tratar de frenarlo. No obstante, los disparates económicos empiezan a aparecer para tratar de atraer votos, creyendo que con más populismo pueden revertir el resultado electoral.
Con la actual crisis institucional, por una cuestión de interna del gobierno, la economía va a llegar más golpeada a noviembre. Pero el tema es, con un gobierno tan debilitado por sus peleas internas y la escasa credibilidad, ¿cómo aguanta la economía durante dos años? Pero el tema de fondo ya no es la intrascendencia de Guzmán como ministro de Economía, sino que el problema son Alberto Fernández, Cristina Kirchner, La Campora y Máximo Kirchner.
Serán dos años de larga agonía económica o bien con saltos de crisis que vayan debilitando más a un gobierno ya debilitado por sus torpezas y ahora por la crisis interna dentro del peronismo. Algo que no es nuevo en la historia del PJ.