Con 1.6 millones de ocupados, hay aproximadamente 392 mil ocupados informales, con un sesgo cincuentón o mayor, trabajando en empresas pequeñas, ingresos bajos y no necesariamente con intención de movilidad laboral.
Aclaración metodológica
En el proceso de mejora de las estadísticas que viene realizando el INE, y ahorrando explicaciones metodológicas complejas, para caracterizar a la población informal se ha optado por recurrir a una base de microdatos que —los caracteriza — y que no es la misma que releva la evolución mes a mes. Primero veamos la evolución mes a mes.
La evolución de los informales
En general adoptamos la variable de no registro a la Seguridad Social como una proxy para medir la informalidad del trabajo que, tal como lo refleja el gráfico 1, se ha reducido luego de la pandemia. Su efecto sobre el mercado de trabajo se dio casi exclusivamente sobre el empleo informal e incluso su posterior evolución continuó siendo a la baja. Recién en 2023 el trabajo informal comenzó a incrementarse, acompañando la sólida recuperación del mercado de trabajo en su conjunto.
El cuadro 1 da cuenta de la evolución de ocupados a partir de las cifras informadas por INE y se puede verificar como del aumento de 40 mil ocupados, 25 mil correspondieron a trabajadores formales y 15 mil a informales.
La lupa en los informales:
Como vimos en el cuadro 1, a partir de la información mensual del mercado de trabajo que aporta el INE, y convirtiendo las tasas a personas (lo cual no es un ejercicio trivial) tomando también cifras de INE, llegamos a contar con un promedio de 1.698.000 personas ocupadas en 2023, de las cuales 1.336.000 estaban formales y 361.000 informales.
Hasta aquí utilizamos los datos mensuales de mercado de trabajo y pasamos a ver los microdatos, lo cual implica “correr un poco la lupa”, pero entendemos que permite caracterizar a los informales y poder entender diversas variables que lo definen.
¿Dónde están?: El Gráfico 2 da cuenta de la distribución geográfica de los informales, verificándose que durante 2023 aproximadamente un 30% de los informales estaban en Montevideo y un 70% en el Interior del país, en especial en las ciudades de más de 5.000 habitantes.
Tanto el gráfico 3 como el 4 aportan otra caracterización acerca del perfil de los informales: ¿Cuál es su edad? y ¿Cuál es el tamaño de las empresas que trabajan? Respecto a la primera inquietud (gráfico 3), los datos nos aportan que una tercera parte tiene más de 50 años, y otra tercera parte tiene entre 36 y 50 años. Y en cuanto al tamaño de las empresas en que desempeñan sus labores, es notorio el sesgo hacia las micro y pequeñas empresas, prácticamente acumulando un 90% en las primeras y un 8% en las segundas.
¿Cuál es el perfil educativo de los informales? Resulta interesante también relevar el perfil educativo de los informales. Al respecto, como lo señala el gráfico 5, prácticamente la totalidad (93% de los declarados informales en 2023) finalizaron la primaria común, mientras que ya esa cifra se reduce drásticamente cuando se pasa al ciclo básico: cuando se considera el liceo, solo el 42% de los informales finalizó secundaria con el ciclo básico liceal.
¿Cuál es el ingreso de los informales? Cuando se analiza las variables de ingreso, por ejemplo, considerado el ingreso por trabajo que colectan de forma individual los trabajadores informales y por otro lado la totalidad de los ocupados, se perciben diferencias considerables. El promedio del ingreso por trabajo para los informales resultó en 17.300 pesos, aproximadamente. Pero los asiduos concurrentes a esta columna sabrán de la preferencia de la mediana como medida de tendencia central debido a que “limpia” de alguna observación rara que pueda estar distorsionando a la media como medida representativa. En ese caso, la mediana (en el gráfico 6 se representa con el percentil 50) resultó en 13.000 pesos. En ambos casos —media y mediana — esto aleja en un 37%-38% de las cifras de ingresos por trabajo del total de ocupados durante el pasado año. Incluso cuando comparamos la variación de ingresos respecto a 2022, vemos que, en el caso de los informales, el ingreso real crece 2,3% en mediana, en el total de ocupados permanece estancado, también en mediana.
A su vez, cuando intentamos ver alguna referencia respecto a la relación de ingresos —informales versus total de ocupados— respecto a la pre-pandemia, la distancia relativa se mantiene: tanto en 2019 como en 2023 los ingresos por el trabajo eran el 37% aproximadamente del ingreso del total de los ocupados, como vimos tanto en media como en mediana.
A su vez, al detectar estos niveles de ingresos, se despierta la inquietud acerca de si las personas que trabajan en la informalidad viven en condiciones de pobreza o no. Para ello debemos recordar, en primer lugar, que la pobreza es un concepto que se mide a nivel de hogar, considerando todos los ingresos que reciben el hogar que vive la persona, no solo por concepto del trabajo, sino por otro tipo de fuentes: jubilaciones, pensiones, transferencias sociales, entre otros. Luego de contar con todos esos ingresos, se realizan algunas estimaciones para saber si cada persona de ese hogar logra pasar un umbral monetario que le permitiría cierto bienestar. Dicho esto, yendo a comprobar si estas personas que fueron identificadas como informales durante 2023 fueron identificadas con ingresos de su hogar suficientes o no para vivir bajo la pobreza, vimos que un 19% de los informales estuvo en hogares que vivieron bajo la pobreza. Seguramente pertenecen a hogares en donde otros integrantes aportan otro tipo de ingresos y/o reciben transferencias sociales, y quizás ese fuere un motivo de la informalidad de su trabajo.
A su vez, cuando se busca testear acerca de la movilidad laboral de los informales, se encuentran dos preguntas que pueden dar ciertos indicios: una refiere a la calidad de subempleo, es decir, si la persona trabaja menos de 40 horas semanales: en este caso un 28% sí trabaja menos de 40 horas y por tanto un 72% llega a las 40 horas semanales. Luego, enfrentada la persona a la pregunta si a pesar de tener trabajo, está actualmente buscando otro, un 67% manifiesta no estar buscándolo.
Reflexión
Cual tomografía computada, hemos caracterizado a la informalidad desde muchos cortes y variables, pudiendo estimular al lector una serie de conjeturas acerca de cómo abordar un tema que tiene muchas implicancias económicas y sociales. En este caso nos atrevemos a profundizar en una que nos estimula una lectura rápida de estas cifras: en primer lugar, que, si bien hay margen para poder reducir la informalidad, parecería que existe cierta característica de histéresis que no solo está vinculado a los shocks del mercado de trabajo (como decíamos la pandemia expulso prácticamente a los informales) sino también a bajos niveles de productividad por bajos niveles de capital humano.