Obama y Krugman están equivocados

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HERNÁN BONILLA | COLUMNISTA INVITADO

Los economistas cuyas opiniones influyen en el debate de las ideas que marcan el curso de las políticas que siguen los países, y en particular Estados Unidos y Europa, deben extremar los cuidados a la hora de emitir juicios. O al menos deberían. El comentario viene a cuenta de la irresponsabilidad con que el Premio Nobel de Economía Paul Krugman argumenta a favor de aumentos astronómicos del gasto público, de la deuda, incluso de la inflación, como medidas positivas para estimular la actividad económica. Escudado en el prestigio casi mítico que da el Premio Nobel, incurre permanentemente en contradicciones que pocas veces son señaladas y, por el contrario, le sirven para ir recogiendo aplausos de distintos auditorios.

Las políticas keynesianas, sin embargo, no sólo ya condujeron a crisis económicas en el pasado, van a volver a provocar inflación y estancamiento en el siglo XXI. Veamos entonces qué dicen los keynesianos y porqué están equivocados.

KRUGMAN VS. KRUGMAN. Paul Krugman culpa de la crisis a la desregulación, a las "grandes corporaciones", a la Reserva Federal (Fed) y propone que el Estado vuelva a ocupar un lugar preponderante en la vida económica. Sin embargo, existen numerosas agencias regulatorias en los Estados Unidos que realizan una intensa actividad, las "grandes corporaciones" poco tienen que ver con las causas de la crisis, como veremos enseguida, y la acción del Estado sí está en el centro del tema.

Pero particularmente sobre política monetaria Krugman tiene una posición muy vulnerable, ya que fue uno de los mayores defensores de la política expansiva seguida por la Fed, ¡al punto de recomendar crear la burbuja inmobiliaria! Lo dice él mismo en una columna del New York Times: "Para combatir esta recesión, la Fed necesita responder con mayor brusquedad; hace falta incrementar el gasto familiar para compensar la languideciente inversión empresarial. Y para hacerlo Alan Greenspan tiene que crear una burbuja inmobiliaria para remplazar la burbuja del Nasdaq" (1). La posición del Premio Nobel 2008 es, por decir lo menos, increíble.

CAUSAS VERDADERAS. Bien miradas las causas de la crisis poco tienen que ver con la desregulación o el capitalismo salvaje. Repasémoslas brevemente:

1. La política monetaria de la Fed orientada a "incentivar" la reactivación fue la principal causa. La baja de la tasa de interés de referencia desde 2001, que llegó a estar al 1% durante buena parte de 2003 y 2004, creó la ilusión de hacer parecer rentables proyectos que no lo eran y para los que no existían recursos suficientes. Cuando la baja de la tasa de interés se debe a que existe un mayor ahorro, obviamente van a existir los recursos para llevar adelante los proyectos de inversión. En cambio, si la baja la realiza la Fed artificialmente se crea una ficción que conduce a que se intenten proyectos que necesariamente van a terminar fracasando, y eso es lo que ocurrió. Veamos ahora porqué la crisis se concentró en el sector inmobiliario.

2. La regulación local en varios Estados encareció la vivienda haciendo que ésta fuera una buena alternativa de inversión. Los Estados o ciudades que presentan los mayores aumentos de precios en las viviendas tienen en común que el factor que se encarece es la tierra, por la regulación que limitó su uso. Los precios de la tierra más que se duplicaron en Los Ángeles entre 2000 y 2005, por ejemplo, debido a las políticas de preservación de zonas históricas, de protección del ambiente o de espacios verdes. Esto llevó a que viviendas modestas costaran más de un millón de dólares en condados como San Mateo, donde más de la mitad de la tierra fue regulada.

3. La regulación federal que buscó "volver accesible" la vivienda también explica porqué la crisis se desató en el sector inmobiliario. A partir de 1977 con la Community Reinvestment Act comenzaron los esfuerzos del Gobierno Central para lograr que más personas accedieran a la vivienda propia. La regulación buscaba presionar a las instituciones financieras para que bajaran los criterios que utilizaban para otorgar créditos, presión que también ejercían agencias gubernamentales como el Department of Housing and Urban Development (HUD) y la Office of Federal Housing Enterprise Oversight (OFHEO). El panorama se completa con la American Dream Downpayment Act y la Equal Credity Opportunity Act que buscaban sustituir el criterio de las empresas financieras por el de los planificadores estatales en el otorgamiento de créditos hipotecarios.

4. La presión política ejercida desde el Congreso y desde el Ejecutivo sobre las instituciones financieras explica porqué comenzaron a otorgar créditos a quienes no estaban en condiciones de afrontarlos. Los bancos, a diferencia de otros tipos de empresas, dependen de permisos del gobierno, lo que los deja especialmente vulnerables a la presión política. Se convirtió en práctica normal exigirle a los bancos determinadas cuotas de créditos dirigidos a sectores "vulnerables" so pena de impedirles realizar fusiones, adquisiciones y otros tipos de operaciones perfectamente legales.

5. El mejor ejemplo de cómo se combinaron la regulación y la política para provocar la crisis son las empresas para-estatales Freddie Mac y Fannie Mae. Por su naturaleza fueron las más expuestas a las presiones del "crédito barato" y alcanzaron niveles de exposición al riesgo elevadísimos, más allá del que cualquier empresa privada hubiera aceptado.

Existen otras causas de la crisis, pero con las expuestas basta para concluir que no fue producto de las políticas "neoliberales" sino de las estatistas, a través de una mala política monetaria, empresas para-estatales, agencias regulatorias y presión política. En todas las causas subyace un mismo factor; el estatismo llevado adelante por políticos y burócratas con vocación mesiánica. La regulación existió, pero fue mala y en el sentido de inflar aún más la burbuja creada por la política monetaria. ¿Más regulación puede solucionar algo? No. Si la regulación fue parte del problema ¿qué nos hace pensar que aumentarla va a solucionar algo? Más regulación es el grito de la tribuna, pero hasta la fecha no hemos leído un solo argumento convincente en su favor.

CONCLUSIONES. Desde que se desató la crisis financiera de 2008-2009 temimos que una mala interpretación condujera a políticas equivocadas. Lamentablemente eso es lo que ha ocurrido desde entonces. Obama lleva adelante una política que se parece demasiado a la que siguió Roosevelt después de la crisis de 1929 y que prolongó innecesariamente la recesión. No son las viejas y fracasadas recetas social-demócratas las que van a sacar a las economías norteamericana y europeas de la débil situación económica en que se encuentran.

El gobierno norteamericano parece empeñado en contradecir la formidable tradición de libertad de la que Estados Unidos es ejemplo. De espaldas a las bases que sentaron los padres fundadores, Obama sigue el proceso de socialización de la economía que inició Bush, el que compromete seriamente el futuro. Los rescates a las grandes empresas, la reforma del sistema de salud, el aumento impositivo y de la deuda no van por el buen camino. Reservas culturales le sobran al pueblo norteamericano para resistir este embate desde el poder político y son decenas o centenares los movimientos que se organizan desde la sociedad civil a través de fundaciones, centros de estudios, universidades y las más diversas instituciones para dar la pelea. De su éxito depende que Estados Unidos siga siendo el ejemplo de lo que puede lograr un pueblo libre.

(1) Paul Krugman, New York Times, 2/8/02. Citado por Juan Ramón Rallo, Los keynesianos cebaron la crisis subprime, Cato Institute, https:// www.elcato.org/node/4422.

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