Opacidades, chacras e intereses creados: desafíos para Orsi

Las reglas imponen las relaciones de poder en cada momento y las relaciones económicas están intrínsecamente vinculadas ese poder. Marcos normativos, medios de comunicación, y, redes sociales, son un contrapeso.

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Reunion del frente Amplio de cara al balotaje
Reunion de Yamandu Orsi y Carolina Cosse, formula presidencial del Frente Amplio, con Fernando Pereira, presidente del Frente Amplio, para ajustar estrategia de la campaña politica de cara al balotaje de la Elecciones Nacionales, en su sede en Montevideo, ND 20241028, foto Ignacio Sanchez - Archivo El Pais
Ignacio Sanchez/Archivo El Pais

El año 2024 se llevó consigo dos grandes referentes del análisis y periodismo económico y político del Río de la Plata. Por un lado, Carlos Steneri, un apreciado colega, y, por otro, el periodistaJorge Lanata, que no necesita presentación.

Carlos Steneri fue un referente de la economía y sociedad uruguaya por más de 40 años. Columnista de la casa, asesor de gobiernos, influyendo siempre con sus opiniones, a través de medios de prensa y distintos foros.

Jorge Lanata, un periodista con una impronta y coraje únicos. Protagonista de su sociedad y de la política, creando medios escritos, programas de radio y televisión, lo que significó un aporte decisivo en la opinión pública argentina.

Dos referentes de medios de comunicación con temperamentos muy distintos, y, ambos, con gran predicamento en el ámbito político y económico. En el caso de Steneri, integrándose a un medio existente en Uruguay (Diario El País) y en el caso de Jorge Lanata, creando sus propios medios en Argentina (ie: Página/12, Crítica, etc.), virtualmente independientes de sectores políticos, ideológicos o religiosos.

Ambos irrepetibles.

Importancia de los medios

Creemos que lo esencial del periodismo económico y político, es ayudar a entender las claves de funcionamiento de la economía y la sociedad, para lograr un desarrollo en sentido amplio, preservando el talante crítico, desprendido de fanatismos o defensa de intereses espurios.

Incidir en la manera de ver de la sociedad, a través de medios de comunicación, fue siempre tan importante como la creación de “think tanks” y centros de generación de información y pensamiento.

Así se crearon Búsqueda (1972), El Observador (1991), La República (1988) y centros de estudios como CERES (1985), CINVE (1975), CLAEH (1957), el Cuesta Duarte (1989) y el CED (2016). Todos han sido resultado de un esfuerzo por incidir en la opinión, la información, y la discusión de los principales temas del desarrollo socio-económico del país.

Hoy hay demasiados desafíos para el gobierno entrante y la discusión abierta en todos estos ámbitos va a mejorar el conocimiento y la conciencia colectiva.

Asuntos clave no fueron resueltos ni por el FA en quince años, ni por la Coalición en cinco. Quizás faltó arrojo para reformular y proponer ideas nuevas. La inercia y la inacción se enquistan y así le pasó al FA durante sus últimos años en el gobierno. El resultado fue que la coalición prosperó debido a esa inacción y culto a la postergación, a costa de ahogo de las iniciativas de las empresas e individuos y la libertad de los usuarios. Parecería que el Frente Amplio no está dispuesto a repetir aquella indolencia.

La coalición también se equivocó por una lectura distorsionada del mandato de cambio y de las prioridades. Primó una obsesión por recortar, no de reformar (estado, estructuras, cometidos), y regular o desregular mejor, aunque se lo intentó en parte con la LUC. Pandemia y sequía mediante, el talante se mantuvo. El Olmo es un árbol de origen europeo que se adapta bien a otros climas, pero “no da peras”.

De todos modos, la responsabilidad es del presidente al elegir quienes interpretaran mejor el papel a cumplir, según el mandato recibido y las prioridades en cada situación. Orsi, aclaró que él es el responsable último y así debe ser. Tendrá que mostrar su ponderación y lectura de la realidad, para sostener, o no, a su equipo, según los desafíos que se le irán presentando.

La coalición hizo un esfuerzo importante por aprobar ciertas leyes que hicieran la diferencia, pero las mejoras fueron dispersas, de escasa intensidad y en demasiados frentes, pero el aprendizaje sirve para todos.

Al final del día, ni la LUC, ni el presupuesto, ni la reforma de la seguridad social cambiaron sustantivamente la realidad. La Ley presupuesto tuvo un talante restrictivo en una fase débil del ciclo (complicado) y más laxo luego, en la fase de recuperación de la economía, cuando se redefinieron las urgencias, en función de necesidades de infraestructura, demandas de sectores vulnerables y recomposición de salarios y jubilaciones. Ahí se empezaron a ver resultados, mientras en la Educación y la Seguridad hubo esfuerzos importantes, pero no alcanzaron. Finalmente, la reforma de la seguridad social no atendió reclamos de la oposición, para abarcar no solo la contribución de los trabajadores.

Esperanzas en el criterio del presidente

Uruguay es caro, trabado y exageradamente corporativo para la mayoría y este tema no lo pudieron resolver ni el FA ni la Coalición. Siguiendo el mismo camino, el resultado es obvio.

Creer que se puede ser caro con “fundamento”, y, que no dependa del coraje e iniciativa para reformar, aligerar la vida y actividad de las personas y empresas y no pagar las consecuencias, es ilusión. Apostar que la promoción de grandes sectores va a arrastrar al resto, es fantasía.

Zonas francas, puertos libres, cambio de matriz energética, las inversiones con PPA y PPP, las primeras grandes inversiones forestales de compañías multinacionales, la forestación en general, las tres plantas de celulosa, la planta de Pepsi en Colonia, los primeros hoteles cinco estrellas, el desenvolvimiento de las IT y las grandes inversiones portuarias (con concesiones tan importantes como controvertidas), no se desarrollaron por “la mano invisible”, sino gracias a instrumentos que promovieron ese crecimiento.

La política y la economía están íntimamente entrelazada. La política condiciona la economía y al revés. La primera determina las reglas de juego, las relaciones de poder, las genera y las tolera, tanto a oportunidades como a inequidades.

El periodismo tiene su papel en términos de visibilizar esas relaciones y disminuir su opacidad. Nos consta que en economía el periodismo ha sido y es discreto. Hay información a la que no se accede y otra que no se comparte. A veces es prudencia, otras, confidencialidad, pero puede ser aversión al riesgo o intereses creados.

Se requiere de analistas informados que sepan analizar y explicar, como Carlos Steneri, y, otros, como Jorge Lanata, cuyo papel sea correr el velo, para lo que se requiere capacidad, honestidad y coraje. La épica editorial “Que Tupé” de Washington Beltrán, es una luz que, todavía brilla en algunos caminos.

Las reglas imponen las relaciones de poder en cada momento y las relaciones económicas están intrínsecamente vinculadas ese poder. Marcos normativos, medios de comunicación, y, redes sociales, son un contrapeso.

Si no funcionan bien las reglas, hay que cambiarlas, en distintos mercados y en el ámbito regulatorio o desregulatorio hay mucho para hacer. El presidente tiene en qué ocuparse.

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