TEMA DE ANÁLISIS
Todos los gobiernos de la región, más allá de su orientación, deben afrontar profundas reformas.
“América Latina es la región más golpeada por la pandemia: a nivel global fue la que sufrió las medidas de reducción de movilidad más estrictas y al mismo tiempo la mayor contracción de la actividad económica y este año tiene un intenso calendario electoral”, dijo el director del Centro de Estudios para la Realidad Económica y Social (Ceres), Ignacio Munyo. Su conclusión surge del monitoreo permanente del panorama económico y político de América Latina que Ceres realiza como reporte regular a instituciones con sede en Washington DC, y a sus asociados en Uruguay.
Un equipo de economistas, periodistas y analistas políticos hace el seguimiento permanente de cada país de la región, y en este año con especial atención al impacto económico de la pandemia y al importante ciclo electoral con renovación de autoridades en varios estados. Algunos de los integrantes de ese equipo, compartieron con Economía & Mercado consideraciones sobre lo que está pasando en la región.
La economista Florencia Betancor dijo que “previo a la pandemia, toda Latinoamérica ya era la región con peor desempeño económico, con tasas negativas en Nicaragua y Argentina, y muy bajas en Ecuador, México y Chile” que oscilaban entre 1% y 2%. Añadió que “el crecimiento promedio entre 2017 y 2019 para Perú, Bolivia y Honduras rondaba el 3%” y que “al llegar la crisis por Covid-19, los países más golpeados fueron Perú y Argentina, con caídas del PIB cercanas al 11% y 10% en 2020”, seguidos por México, Honduras, Bolivia, Ecuador y Chile (entre -8,2% y -5,8%), mientras que Nicaragua registró una contracción del 3%.
“Para fines de 2021, se espera que Chile logre volver a los niveles de actividad económica prepandemia, mientras que, para el resto de los países, si bien se proyectan tasas de crecimiento positivas, la recuperación será más moderada”, dijo Betancor. Añadió que, si se comparan estas proyecciones “con las perspectivas previas a la pandemia, se espera que América Latina sea la región que registre, en promedio, la mayor diferencia, con brechas cercanas al 10% para Perú, Honduras y Bolivia”. Por su parte, se prevé que Nicaragua se ubique 1,9% por debajo, y brechas de entre 7,2% y 4,8% para Ecuador, México, Chile y Argentina”.
En este contexto, el proceso político electoral sigue su curso. En Ecuador, el 11 abril ganó en segunda vuelta Guillermo Lasso (52% de los votos): la población votó un cambio de rumbo con giro a la derecha ante el colapso sanitario y económico. El mismo día, en Bolivia, fueron las elecciones regionales, y el partido de Evo Morales (MAS) se quedó solo con 3 de los 9 gobiernos departamentos (en donde vive 30% de la población del país): un freno de mano ante el colapso sanitario y económico. También el 11 de abril, pero en Perú, no hubo ganador en primera vuelta y quedó elegido un Parlamento fragmentado. La segunda vuelta presidencial (6 de junio) será entre un candidato con ideas claramente del centro para la izquierda (Pedro Castillo, 19% en primera vuelta) y una del centro hacia la derecha (Keiko Fujimori, 13%). El 15 y 16 de mayo en Chile será la elección de constituyentes, gobernadores regionales, alcaldes y concejales. El 6 de junio; México tendrá las elecciones legislativas más grandes de su historia, y en algún momento del año las habrá en Argentina. A partir de octubre tendremos elecciones presidenciales en Chile, Nicaragua y Honduras.
¿Cómo viene las economías de los países que tienen elecciones? ¿Habrá cambio de rumbo ante el colapso sanitario y económico? ¿Qué dicen los economistas responsables de cada uno de los países de la región que en los próximos meses tienen elecciones?
Sofía Spektor, que en el equipo de Ceres hace el seguimiento de Chile, consideró que “la economía chilena está mostrando señales de recuperación; porque el indicador mensual de actividad registró una variación interanual del 6,4% en marzo y el alza del precio del cobre favorece la normalización de las cuentas fiscales”. Destacó que ese país está discutiendo un paquete de medidas fiscales que comprenden la postergación y exoneración de impuestos, así como también ayudas sociales. También se ha aprobado el tercer retiro del 10% de los fondos de las Administradoras de Pensiones, medida que complica el sistema de seguridad social.
El economista Martin Alesina, responsable de cobertura de Ecuador, dijo que el nuevo presidente Lasso “tomará el mando el 24 de mayo, con una sociedad polarizada políticamente, una economía endeudada y con serias dificultades para volver a crecer luego casi una década”. Explicó que “su plan de rescate se centra en fomentar el libre comercio para impulsar el empleo”.
Sobre México, la responsable del análisis de este país, Natalia Di Candia, explicó que “a medida que avanza la vacunación, la economía da señales leves de recuperación, luego de tres trimestres de crecimiento cerrando marzo con una tasa de 0,4%”. Agregó que, pese a ese dato, “preocupa la crisis de los semiconductores que tiene directa incidencia en el sector exportador más importante: el automotor, la tendencia a la baja en la inversión y el consumo interno. Se está discutiendo una reforma fiscal con atenta mirada de inversionistas y empresarios”. El 6 de junio, en México se eligen 500 diputados federales y todos los cargos federales y locales en 32 entidades del país.
El 6 de junio también habrá elecciones en Perú: un país que ha tenido inestabilidad política, con cambios repentinos de presidentes, pero manteniendo baja prima de riesgo país. El economista Lucas Cobham expuso que “la pandemia ha dejado expuestas las carencias en el sistema de salud y la vulnerabilidad de un mercado laboral con altísimos niveles de informalidad (75%) de Perú. Y agregó que “la polarización del sistema político y la fragmentación del parlamento electo tranca muchas de las reformas necesarias y añade incertidumbre”. Para Cobham, “las propuestas de los candidatos respecto al sistema de pensiones, o la reforma tributaria, por ejemplo, son diametralmente opuestas”.
Por su parte, el economista Gonzalo Silberstein, dijo que el PIB de Nicaragua “creció por última vez en 2017 y desde entonces registra una caída acumulada del 9%”, y que “similar comportamiento se observa en el salario promedio que cae desde 2018 cerrando enero en valores 8.5% debajo de 2018”. El 7 de noviembre, Daniel Ortega buscará ser reelecto presidente de Nicaragua, en lo que sería su cuarto período consecutivo.
Sobre Honduras, Silberstein indicó que “las elecciones el 28 de noviembre encuentran a un país que busca reactivar su consumo con políticos de todos los partidos implicados en causas de corrupción, 6,4% de caída del producto per cápita en 2020, 68% de la población en situación de pobreza y remesas equivalentes a 17% del producto”. El actual presidente, Juan Orlando Hernández dejará el cargo tras su reelección en 2016, no sin dudas sobre la constitucionalidad y transparencia.
Argentina, por su parte, vive un año muy especial. El encargado del seguimiento de este país, Martín Mautner, sostuvo que “a pesar de cierta estabilidad en el mercado cambiario desde octubre, en los últimos meses se ha observado una escalada en la inflación que hace casi inviable la meta presupuestal del 29%”. Dijo que ahí “aparecen recetas ya conocidas, como intensificar controles de precios o mantener tarifas subsidiadas” y “queda pendiente alcanzar un acuerdo con el FMI para reestructurar la deuda contraída en el gobierno anterior”.
El director del equipo, el economista Munyo hizo una apreciación que combina política y economía: “Hoy, el 55% de los países de América Latina y el Caribe (59% del PIB y el 62% de la población) se encuentran liderados por gobiernos inspirados por ideas ubicadas del centro hacia la derecha, mientras que el resto por gobiernos con ideas del centro a la izquierda”. En función de eso, opinó: “Más allá de las alternancias o cambio en los equilibrios de poder (impulsadas en mayor o menor medida por la crisis del COVID-19), todos los gobiernos de la región, cualquiera sea su orientación ideológica, tendrán por delante el gran desafío de implementar las reformas necesarias para lograr crecimiento económico con sostenibilidad social”.