Una primera evaluación de 2021: mejor a lo esperado

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Giovanni Cancemi - Fotolia

TEMA DE ANÁLISIS

La incertidumbre está en el mercado laboral, con algunos convenios desalineados de las pautas salariales.

La actividad económica cuenta con buenas perspectivas en el segundo semestre. El mercado laboral ha recuperado empleo, sin embargo, en un contexto de incertidumbre para los próximos trimestres, una parte de los convenios salariales se desalinea de las pautas oficiales.

Actividad: “efecto rebote” + dinámica en indicadores de alta frecuencia

Partamos de la identidad contable que iguala Oferta Agregada con la Demanda Agregada. Esta igualdad permite verificar cómo la disponibilidad de bienes y servicios que se genera a partir de la producción local (PIB) e importaciones, se destina a diferentes demandas: consumo público y privado, inversión y exportaciones.

Los datos de Cuentas Nacionales disponibles al momento (abajo, a la derecha en el cuadro adjunto) indican un crecimiento interanual en el primer semestre de 3,8% del PIB y 14,3% en las importaciones. Respecto a la Demanda Agregada, en igual periodo de comparación, el Consumo Privado creció 1,3% y la Inversión en Activo Fijo se incrementó 21,0%.

¿Cuál es la conclusión de estas cifras? La economía uruguaya “rebotó” en tanto creció respecto a una base de comparación interanual baja (del primer semestre de 2020). El crecimiento desestacionalizado del segundo trimestre señaliza también una dinámica de corto plazo ya en la primera mitad del año, más allá de ese “efecto rebote”.

Apelando a variables de mayor frecuencia que la de las cuentas nacionales (llamémosle alta frecuencia), es posible tener un escenario de cómo resultó el comportamiento de la actividad en la segunda mitad de 2021.

En ese sentido, desde el lado de la oferta agregada, se ha generado un importante dinamismo en indicadores vinculados a la construcción, a la actividad ganadera (tanto en su fase primaria como industrial) e incluso a la industria manufacturera. Por ejemplo, como se aprecia en el cuadro del centro a la derecha, la venta de energía eléctrica y de nafta, así como la faena de bovinos muestran mejores comportamientos en los meses posteriores al primer semestre. En lo que refiere a la venta de energía eléctrica tras tener una variación nula en el primer semestre, en julio-octubre creció 3,2%. Al desagregarla por sector se destaca el incremento de la venta hacia la industria que promedió un aumento de 14,1% luego de crecer 8,3% promedio en el primer semestre.

Desde el lado de la demanda agregada, intentando aproximarse a la evolución del consumo privado -a través del comportamiento del IVA- y de la inversión en activo fijo -a través del comportamiento del volumen de importaciones de bienes de capital-, también se destaca un mayor dinamismo en el comienzo del segundo semestre.

El empleo acelera recuperación con ajustes salariales desalineados

En el caso del mercado de trabajo, el empleo, aunque aún por debajo de los niveles pre-pandemia, acelera su crecimiento a lo largo de 2021. Tal como se señala en el gráfico que aparece arriba a la izquierda del cuadro, la tasa de empleo creció 0,7 puntos porcentuales en el promedio de enero-junio de 2021 respecto a igual periodo de 2020, mientras que en julio-septiembre el crecimiento alcanzó a 1,7 puntos porcentuales, verificando nuevamente la importante dinámica de los meses relevados del segundo semestre. La oferta de trabajo, medida a través de la tasa de actividad, mostró también un mayor dinamismo en estos meses del segundo semestre -respecto a la primera mitad del año- y además han evolucionado por debajo de la tasa de empleo.

Otra variable del mercado de trabajo que muestra una variación importante fue la cantidad de Subsidios por Desempleo: como se aprecia en el gráfico superior a la derecha del cuadro, en el primer semestre prácticamente no se verificó una variación significativa, mientras que a partir de junio sí se confirma una caída importante de la cantidad de personas con subsidios por desempleo (25.387 personas).

Pero para intentar entender alguna señal adicional de esta variable, resulta interesante considerar la cifra a octubre y los tipos de subsidios que se están utilizando por parte de las empresas. Al mes de octubre, 51.379 personas recibían subsidio por desempleo, de las cuales 20.385 personas lo hacían bajo la causal despido, y el restante 30.994 lo hacía bajo las causales reducción de horas y suspensión. Mientras que la primera se encuentra cerca de 9 mil personas menos que en el promedio de 2019, las otras dos causales se encuentran por encima de los niveles promedio de 2019. En especial la causal despido en octubre era un 33% inferior a las cifras promedio de 2019.

Avancemos en cómo se distribuyen de acuerdo al tipo de subsidio: un 43,7% de la causal suspensión utiliza el tipo parcial utilizado durante la pandemia, mientras que la causal reducción de horas lo utiliza en un 77,4%. ¿Por qué este cambio? El recurrir al tipo parcial podría estar señalando la incertidumbre por parte de los empresarios respecto a una demanda futura algo incierta que no le lleva ni a despedir ni a retomar a ese recurso humano y prefiere continuar con el tipo parcial.

Sin embargo, por otro lado, las negociaciones salariales han estado cerrando en varios casos con pautas de incrementos de salarios por encima de las oficiales, lo cual indica una priorización relativa mayor al precio (salario) que al quantum (empleo), en especial asumiendo que es más probable que en los próximos trimestres nos veamos más “dentro de la curva de demanda de empleo” (aumenta una variable si se reduce la otra) que “trasladando dicha curva” (fuerte crecimiento económico que permita aumento de cantidad y precios).

Del análisis de los primeros 44 convenios firmados, 9 de ellos correspondieron a sectores muy afectados por la pandemia, y 35 a sectores menos afectados. Cuando se considera la recuperación salarial acordada (el gráfico ubicado en el centro del cuadro, a la izquierda) en estos últimos sectores (en los primeros se da un incremento nominal de 3% en enero de 2022), un 70% (24 convenios) acordaron ajustes igual o por debajo de la pauta de recuperación de 1,6% (determinada para los sectores menos afectados y que no son microempresas) y un 30% (11 convenios) determinaron incrementos superiores.

Cuando se agrega otra variable clave —en especial para la desindexación salarial— como es la cantidad de correctivos, también se verifica cierto alejamiento de las pautas. Como se aprecia en el cuadro de abajo a la izquierda, e incluyendo en este caso a los convenios de los sectores más afectados, un 27% (12 de 44 convenios) determinaron dos o más correctivos.

(*) Consultoría económica de PWC.

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