Recuperación con sesgos en el mercado de trabajo

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Foto: Getty Images

TEMA DE ANÁLISIS

La reactivación del mercado laboral avanza a buen ritmo. Sin embargo, esto no significa que no existan efectos adversos de mediano plazo, y sesgados hacia ciertos segmentos de la población.

La caída del empleo se registró principalmente en la población con menor nivel educativo- y el aumento de la inactividad se concentró en las personas con nivel terciario incompleto y que se dedicaron a estudiar.

Set de análisis para el mercado de trabajo: empleo y actividad

Como se ha señalado en varias columnas pasadas, el mercado de trabajo requiere ser abordado a partir de un set de variables como el empleo y la actividad: la primera refleja la demanda de trabajo por parte de las empresas y la segunda muestra la disponibilidad de las personas para ofrecer su trabajo en el mercado.

Desde un punto de vista teórico, es notoria la necesidad de utilizar estas dos variables: en un caso (empleo) la dinámica proviene de la decisión microeconómica de las empresas de maximizar sus ganancias mientras que en el otro caso (actividad) proviene de la decisión microeconómica de las personas que optan por decidir la cantidad de horas de ocio y trabajo que maximiza su utilidad.

Dicho esto, y por lo menos desde este espacio, queda desestimulada la tentación de representar la coyuntura del mercado laboral a partir de la tasa de desempleo. ¿Una baja de la tasa de desempleo es siempre una buena noticia? No. La primera condición para ser considerado desempleado es que la persona busque activamente trabajo y no lo encuentre (y a su vez esté disponible para trabajar). En momentos adversos de la economía, la persona puede desestimularse y dejar de estar activamente buscando trabajo, con la paradoja de que dejaría de ser desempleada, bajaría la tasa de desempleo y esa persona pasaría a ser parte del grupo de inactivos.

Es por este motivo por lo que preferimos recurrir al set de variables que presentábamos al inicio, empleo y actividad, para entender lo sucedido durante la pandemia y los efectos de mediano plazo que van más allá de la recuperación de estas variables.

A inicios de la pandemia se dieron dos fenómenos: cayó de manera importante el nivel de ocupación y aumentó el nivel de inactivos. A partir de mediados de 2020 comienza una recuperación que se produce a un importante ritmo, encaminándose la economía a retomar los niveles de empleo y de actividad en los próximos trimestres. Esto se puede apreciar en los dos primeros gráficos que se observan al final de esta nota.

Por otro lado, un análisis de la afectación del mercado de trabajo también debería considerar en qué segmentos de la población se dieron las peores consecuencias. Para el caso del empleo analizaremos cómo fue la reacción de los diferentes segmentos de ocupados de acuerdo con su nivel educativo y/o al sector de actividad de la empresa en que trabajan y/o el departamento o región en el que se desempeñan los trabajadores. Para el caso de la inactividad, se considerará el nivel educativo y/o el departamento o región en que residen.

La lupa en el empleo

Al considerar los resultados de la Encuesta Continua de Hogares se toman en cuenta efectos netos que agregan lo que sucede en diferentes segmentos de la población analizada. Por ejemplo, la caída promedio de 60.490 empleos durante 2020 responde a una cifra neta que proviene de un dato de creación de empleo y otro de destrucción de puestos de trabajo, siendo este último superior al primero.

Cuando se busca desagregar el comportamiento del empleo de acuerdo a la variable educativa (que se define considerando hasta cuál nivel educativo ha avanzado la persona, habiendo finalizado o no cada una de las etapas) se aprecia que la variación de 60.490 empleos entre 2019 y 2020 se concentró de forma exclusiva en los segmentos de la población menos educada: el gráfico que se ubica al centro a la izquierda, da cuenta de esto, señalando que algo más de 107 mil personas con “hasta primaria completa” perdieron su empleo en 2020 mientras que la caída fue próxima a los 54 mil empleados con primaria completa, pero sin haber finalizado secundaria o UTU. El sesgo educativo se completa con una creación de puestos de trabajo -pero que no logran compensar la mencionada caída— en personas con nivel educativo terciario incompleto y completo. Es de notar que estas cifras responden a promedios del año 2020, cuando en gran parte de ese año se dio el comienzo de la recuperación del mercado laboral.

A su vez, cuando se agrega al análisis el sector de actividad al que pertenece la empresa en que se desempeña ese empleado, y se considera la variación total del empleo y la variación en los niveles educativos por debajo de primaria completa, se verifica que en gran parte de los sectores la pérdida de empleo se concentró en estos niveles educativos. Como se verifica en el gráfico del centor a la derecha, en los segmentos de empleo con “hasta primaria completa” se da una caída generalizada, en prácticamente todos los sectores, y a su vez, en gran parte de los sectores esto explica la caída total del empleo en 2020. Por ejemplo, en el caso del comercio, la caída total del empleo en 2020 resultó de algo más de 18 mil personas, mientras que en el segmento de “hasta primaria completa” la caída fue superior, aproximadamente de 21.500 personas.

Igual sesgo se produce cuando se analizan la pérdida de empleo de 2020 por nivel educativo en diferentes regiones del país. Como se indica en el gráfico de abajo a la izquierda, en todo el país, con diferente intensidad, se dio una caída más intensa en el segmento de ocupados con educación “hasta primaria completa”. El sesgo es mayor en el caso de los departamentos más grandes como Montevideo, Maldonado, Canelones.

La lupa en los inactivos

Respecto a los inactivos, entre 2019 y 2020 se da un incremento de 53.860 por todo concepto (estudiantes, jubilados, pensionistas, entre otros), y el aumento es de 29.550 personas si se deja por fuera a jubilados y pensionistas. Uno de los principales motivos que explica esta reducción de la cantidad de personas que buscan trabajo es por estudio.

Al incorporar la variable educativa al análisis, en el caso de los inactivos también se da una caída importante (algo superior a las 64 mil personas) en el nivel educativo de “hasta primaria completa” que en este caso —a diferencia del empleo— más que se compensa con un incremento de los inactivos en el resto de los niveles educativos. Esto significa que durante 2020 hubo 64 mil personas más —que en 2019— con educación de “hasta primaria completa” que se volcaron al mercado laboral, seguramente buscando compensar ingresos que cayeron en sus hogares.

Asimismo, el incremento de la inactividad en 2020 se dio por un aumento de 53.000 personas que, con nivel terciario incompleto, salieron del mercado laboral y declararon dedicarse a estudiar.

Cuando se considera por regiones, la mayor inactividad se da en términos absolutos en Montevideo, Canelones y Maldonado, por el motivo mencionado anteriormente: personas con nivel terciario incompleto que se declararon inactivas por motivo de estudios.

(*) Consultoría económica de PWC.

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