Una investigación reciente de Flavio Cunha —y colegas de Rice University y de un par universidades chinas— analiza un programa para disminuir el bullying en el liceo. Estudian a 2.246 niños que tienen entre 12 y 13 años de edad. Antes y después del programa, los citados profesores recogen datos acerca de la inversión de los padres en los hijos, y del bullying que reportan los niños.

¿Qué efectos tuvo el programa? Cunha y colegas encuentran que la intervención logró que los padres aumentaran la inversión de los padres en sus hijos, la empatía con ellos, y redujo los incidentes de bullying.

¿Cuánto costó el programa? Si tomamos en cuenta el costo total del programa y la cantidad de incidentes de bullying que se evitaron, el costo de cada incidente evitado es de 12,5 dólares. Esta estrategia para reducir el bullying es lo suficientemente barata como para escalarla y aplicarla en muchos centros educativos. Es así que el estudio de los citados investigadores da pistas para el diseño de políticas públicas de prevención del bullying.

A continuación, van algunos de los descubrimientos de la investigación.

Dimensión del problema

De acuerdo a la Unesco, un tercio de todos los jóvenes del mundo son víctimas de bullying. Sufrir estos acosos deteriora el rendimiento académico del niño y ataca también su salud mental. Las consecuencias negativas pueden aún persistir cuando se conviertan en adultos. Los descubrimientos en psicología sugieren que la empatía —es decir, la habilidad de detectar las emociones de los otros— ayuda a evitar los incidentes de bullying en el centro educativo. En este sentido, la empatía promovería los comportamientos prosociales e inhibiría las acciones antisociales.

Las soluciones encontradas hasta el momento no dejan de ser muy costosas y difíciles de expandir a mayores escalas para que puedan beneficiarse todos. Y, para peor, no han sido evaluadas científicamente.

El programa en detalle

Los citados investigadores diseñaron, implementaron y evaluaron un programa de bajo costo y altamente escalable, dirigido a los padres. Busca promover la empatía en los niños que están comenzando el liceo a través de educar a los padres y hacerles coaching.

¿Por qué dirigirse a los padres? Los avances en materia de psicología del desarrollo muestran que los padres y el ambiente del hogar juegan un rol central en el desarrollo socio-emocional de los niños.

¿Por qué enfocarse en niños que están en los primeros años de la educación secundaria (12 y 13 años de edad aproximadamente)? Porque la inversión que hacen los padres (en tiempo, dedicación, etc.) en desarrollar habilidades sociales de los hijos —como por ejemplo la empatía, la sociabilidad, y la capacidad de tener perspectiva ante las propias acciones— tienden a tener mayor rendimiento en los períodos de la adolescencia temprana.

El programa dura cuatro meses. Consiste en ocho actividades quincenales de lectura entre padres e hijos. También incluye cuatro películas orientadas a movilizar la empatía. Tanto padres como hijos acceden a estos materiales a través de una aplicación (WeChat) para celulares que registra el progreso que van haciendo. Los docentes del centro educativo les envían a los padres los detalles de actividades que han de realizar. Esta comunicación tiene lugar los viernes, normalmente a las 19:30 horas. Se eligió ese día y hora por dos razones: para no hacer trabajar a los docentes los fines de semana; y para facilitar que los padres interactúen más con sus hijos (los fines de semana están más tiempo juntos).

La intervención anima a los padres a interactuar con sus hijos para mejorar su salud mental, promover el desarrollo de las habilidades no cognitivas, y corregir los eventuales malos comportamientos.

En la primera quincena se enseña a los padres los distintos conceptos con los que van a trabajar. En la segunda quincena, se les enseña a aplicarlos.

Luego de que termina cada actividad, se anima a padres e hijos a redactar un pequeño ensayo, reflexionando sobre lo aprendido en la actividad. Y ese ensayo se sube a la plataforma.

Descubrimientos

Al comenzar el programa, cerca del 40% de los niños habían sufrido bullying en el semestre anterior. Los 2.246 provenían de 48 centros educativos. Los investigadores los dividieron, al azar, en dos grupos. Uno de los grupos recibió el programa y el otro no. La estrategia de evaluación fue comparar a los niños que participaron en el programa respecto a aquellos niños que no fueron invitados a sumarse al programa.

El programa resultó efectivo para aumentar la empatía y la sociabilización positiva. Redujo también el acoso escolar por parte de los compañeros de clases, Sin embargo, el programa no logró reducir todo tipo de bullying (el psicológico, por ejemplo). Sí fue muy efectiva para reducir el bullying físico.

En suma, algunos aspectos destacables para el diseño de política pública: a) es clave involucrar a los padres en los programas anti - bullying; b) se han de buscar programas que sean baratos de aplicar, así se pueden escalar a todos los centros educativos; c) una herramienta que hace posible que los programas sean escalables son las intervenciones que usan tecnologías de comunicación e información (hoy en día el acceso a la tecnología móvil es casi universal en nuestro país, incluso dentro de las personas de bajos recursos); d) si no se quiere tirar dinero armando programas que no funcionan, es esencial diseñar intervenciones que se puedan evaluar científicamente desde el primer momento.

-Alejandro Cid es Decano de la Facultad de Ciencias Empresariales, Universidad de Montevideo.