El año 2024 marca el inicio del Régimen Fiscal Sostenible (RFS), según lo establece la Ley Complementaria (LC) N° 200, de 30 de agosto de 2023. El principal objetivo de este régimen es garantizar la sostenibilidad de la trayectoria de la deuda pública en relación con el PIB, preservando las inversiones públicas y algunos gastos prioritarios. Sin embargo, el año 2024 trae consigo desafíos adicionales, no solo en la estructuración del RFS, sino también en la adaptación del presupuesto de este año a las reglas fiscales existentes. La combinación de estos factores añade incertidumbre al escenario fiscal, incluso ante nuevas reglas para conducir la política fiscal.

En términos generales, el RFS combina metas para el resultado primario y limitaciones para el crecimiento del gasto primario, apuntando centralmente a estabilizar la relación deuda-PIB. El presupuesto 2024, según lo previsto en la Ley N° 14.822, de 2024, fue elaborado y aprobado respetando el RFS, es decir, cumpliendo la meta de déficit cero y otras normas. Sin embargo, el cumplimiento del RFS sólo fue posible debido a varias limitaciones presentes en el presupuesto del año.

Los objetivos para el resultado primario continúan definiéndose anualmente a través de directrices presupuestarias, ahora con la nueva incorporación de los llamados “intervalos de tolerancia”.

Las directrices para el presupuesto de 2024 establecen un objetivo para el resultado primario entre un déficit de R$ 28,5 mil millones (-0,25% del PIB) y un superávit de R$ 28,5 mil millones (+0,25% del PIB).

A su vez, el crecimiento real del gasto primario sujeto al RFS corresponde al 70% del crecimiento real de los ingresos, realizado en el período de julio de 2022 a junio de 2023, en comparación con el mismo período del año anterior. Este mecanismo pretende conseguir que los gastos crezcan por debajo de los ingresos, promoviendo una mejora gradual del resultado primario en el medio plazo. Es fundamental señalar que este escenario no siempre se observará, ya que, además de la reducción del 70% (o del 50%, en caso de incumplimiento de los objetivos), el gasto primario de la Unión también estará sujeto a un rango, con límites mínimos del 0,6% (piso) y límites máximos del 2,5% (techo) para el crecimiento real.

Para calcular el límite de gasto (techo) para 2024, se utilizó el valor de R$ 1.964,1 mil millones. A este valor se le aplicó una variación del 1,7%, correspondiente al 70% del crecimiento real de los ingresos primarios, sumado a la tasa de inflación del 3,16% acumulada en los 12 meses hasta junio de 2023.

De esta forma, se alcanzó el límite de R$ 2.060,6 mil millones para gastos primarios en 2024.

Sin embargo, la LC 200, de 2023, precisa que en los casos en que la inflación acumulada en 12 meses finalizados en diciembre sea superior a la observada en junio, la diferencia en el cálculo en el cálculo del límite nominal del gasto primario sujeto al RFS podrá incrementarse mediante créditos complementarios durante la ejecución presupuestaria. Este complemento, por regla general, no forma parte del cálculo de límites futuros, excepto este año. Este factor añadió incertidumbre al límite de gasto para 2024, dejando R$ 32,4 mil millones condicionados al cumplimiento de los parámetros previamente estimados. En este contexto, se observa que, al momento de elaborar el presupuesto, el gobierno estimó una inflación de 4,85% para 2023 (enero a diciembre), sin embargo, la inflación real fue de 4,62%.

Durante la sanción del presupuesto de 2024 (1), el Presidente de la República vetó R$ 5,6 mil millones relacionados con modificaciones de la comisión. La justificación del veto se basó en la contradicción con el interés público, argumentando que la dirección de recursos a las enmiendas de la comisión comprometía “programas relevantes que requieren una recomposición, aunque sea parcial, por lo que es necesario vetar parte de los créditos relacionados con el PR 8 modificaciones, por valor de R$ 5,6 mil millones, contrarias al interés público” (2).

Recetas inciertas

Además de los gastos vinculados a la apertura de crédito adicional, el presupuesto de 2024 fue diseñado sobre la base de ingresos inciertos, cuya realización depende no sólo de la aprobación de propuestas legislativas, sino también de la ejecución de los montos inicialmente previstos en tales proyectos. Para demostrar la compatibilidad del presupuesto de 2024 con la meta fiscal establecida en las directrices presupuestarias, se consideraron medidas inciertas por valor de R$ 168,5 mil millones. La Tabla siguiente presenta la composición de estos recursos y su estado actual de procesamiento.

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Aunque las principales medidas se han convertido en ley, aún existen incertidumbres sobre la aprobación de las demás. Además, es importante señalar que los proyectos han sufrido cambios durante su procesamiento, por lo que es posible que los valores inicialmente esperados no se cumplan en su totalidad. Por tanto, los riesgos asociados a este punto siguen siendo elevados.

Estos dos puntos ponen de relieve riesgos importantes para el primer año del RFS. El presupuesto fue elaborado considerando varias condiciones (3) que resaltan la brecha entre ingresos y gastos, lo que podría resultar en un distanciamiento entre el resultado efectivo y las metas establecidas en el RFS.

El escenario fiscal para 2024 presenta una intersección compleja entre el establecimiento del Régimen Fiscal Sostenible y la adaptación del presupuesto a sus reglas. La introducción

Los “intervalos de tolerancia” en las metas para el resultado primario y en los límites para el crecimiento del gasto primario apuntan a proporcionar una mayor flexibilidad en la conducción de la política fiscal, pero también añaden incertidumbre a la gestión presupuestaria de corto plazo.

-Vilma da Conceição Pinto es Directora de la Institución Fiscal Independiente (IFI). Publicado en Cojuntura Económica, FGV / IBRE.

1) Disponible en: https://cutt.ly/BwZPuvxp.

2) Disponible en: https://cutt.ly/CwZPu0TP.

3) Sólo dos de ellos fueron enumerados en este artículo, pero el presupuesto tiene otros puntos de incertidumbre. Uno de ellos corresponde a las reservas asociadas a la regla de oro, cuyo objetivo es impedir que el gobierno se endeude para pagar gastos corrientes.