OPINIÓN
Hay indicios de que el proceso de recuperación económica prácticamente ha concluido tras la caída del 9% en el segundo trimestre de 2020.
A principios de septiembre, el IBGE dio a conocer el desempeño de la economía brasileña en el segundo trimestre de 2022. El equipo de economía aplicada de FGV/IBRE esperaba un crecimiento del 1% frente al primer trimestre de 2022 y del 2,9% frente al segundo trimestre de 2021 Los resultados publicados fueron ligeramente mejores, respectivamente 1,2% y 3,2%.
Hay indicios de que el proceso de recuperación económica prácticamente ha concluido tras la caída del 9% en el segundo trimestre de 2020. En el segundo trimestre de 2022, la economía estaba un 3% por encima del nivel previo a la epidemia, es decir, en el cuarto trimestre de 2019. Pero la señal más clara de que la recuperación se ha completado son los datos de “otros servicios”, el segmento más afectado por la crisis y una recuperación más lenta. Otros servicios representan aproximadamente el 15% de la economía pero el 34% del empleo. En el segundo trimestre de este año, el segmento mostró una fuerte recuperación, 4,4% por encima del cuarto trimestre de 2019, 3,3% por encima del primer trimestre de 2022 y 13,6% por encima del segundo trimestre de 2021.
El siguiente gráfico muestra la trayectoria de la economía brasileña en forma trimestral, con ajuste estacional, desde 2007. La base 100 está en el cuarto trimestre de 2022. La tendencia para el período posterior a la gran crisis brasileña de 2014 a 2017 se calculó con base en el período del primer trimestre de 2017 al cuarto trimestre de 2019. La tendencia de crecimiento en este trienio fue de 1,3% anual. Con la última publicación del IBGE, la economía estaba, en el segundo trimestre de 2022, un 0,29% por debajo de la tendencia anterior.
Además de buenas noticias en la actividad económica, hemos tenido grandes noticias en el comportamiento del mercado laboral. La tabla siguiente presenta una instantánea del mercado laboral en el segundo trimestre de 2022. Cada fila de la tabla representa la tasa de cambio en relación con tres bases de comparación diferentes. En la primera columna del cuadro se encuentran las tasas de crecimiento de la población ocupada (PO) y en la segunda columna, para la masa salarial, el resultado de multiplicar la PO por el ingreso medio.
La PO creció 2% con respecto al primer trimestre de 2022, 11,1% con respecto al segundo trimestre de 2021 y, en el segundo trimestre de 2022, estuvo 6,2% por encima del nivel previo a la pandemia.
A modo de comparación, en la economía de EE.UU., que se ha estado recuperando muy rápidamente, el PO está solo un 1% por encima del nivel anterior a la crisis.
La última tabla presenta una comparación de la trayectoria de recuperación de las economías brasileña y estadounidense después de la crisis provocada por la epidemia, para el producto interno bruto (PIB) y para los principales componentes de la demanda agregada. En todas las series consideré el nivel 100 para el cuarto trimestre de 2019. Tanto la economía brasileña como la estadounidense están un 3% por encima del nivel previo a la pandemia.
Hay diferencias de composición en la recuperación. En Brasil, la inversión volvió mucho más fuerte, también como resultado del nivel muy deprimido que prevalecía antes de la crisis.
Y la reanudación del consumo fue más intensa para la economía americana. En cualquier caso, existe un gran paralelismo entre las sendas de recuperación de las dos economías.
¿Qué esperar para la segunda mitad de 2022? La sorpresa positiva en la primera mitad de este año la tuvieron dos motores. Primero, las fuerzas de reapertura de la economía. Como hemos visto, el principal motor de esta recuperación, el segmento de otros servicios, ya se ha normalizado. El segundo mejor impulsor de desempeño fue la expansión fiscal en un año electoral, debido al ciclo de la política de gasto público.
Este motor seguirá estando con nosotros en el segundo trimestre. Finalmente, hay un tercer motor que debería mantener un desempeño ligeramente positivo en la segunda mitad del año. En el segundo trimestre de 2022, la nómina real, como ilustra el cuadro, creció un 4,1% respecto al primer trimestre y un 4,8% interanual.
Así, es posible que los factores enumerados en el párrafo anterior sigan compensando la contracción monetaria y terminen el año con un crecimiento entre el 2,5% y el 3% y con una tasa de desempleo en torno al 8,5%. El nuevo presidente, o el actual, si es reelegido, cuando ocupe la presidencia del Palacio do Planalto, mirará hacia 2023 y verá una economía de pleno empleo con una inflación muy por encima de la meta. El ciclo político en el gasto hablará más fuerte. En 2023 tendremos contracción fiscal. De lo contrario, será muy difícil para el Banco Central cumplir con la meta de inflación en 2024.
(*) Investigador Asociado en FGV IBRE. Artículo publicado en el Blog Cojuntura Económica del instituto Brasilero de Economía de la Fundación Getulio Vargas.