Será difícil conciliar objetivos: salario y empleo

Recuperar la capacidad de compra perdida durante cuatro años como se aspira sin afectar a la producción y al empleo implica que el aumento del salario real se produzca naturalmente por el comportamiento de las fuerzas del mercado laboral.

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Getty Images

Un diagnóstico básico sobre el mercado laboral actual incluye a lo que está ocurriendo con el empleo y a lo que está sucediendo con el salario real. En primer lugar, la referencia es a cuál es el nivel del empleo, la cantidad de gente trabajando y cuál es el número de personas que desea trabajar pero que no encuentra empleo o no encuentra, entre otras razones, el que le gustaría tener o el asociado a su capacidad, oficio o profesión. En segundo lugar y como se sabe o intuye, la referencia es también a cuál esel nivel actual del salario real, a la capacidad de compra del ingreso laboral y a su evolución.

A partir del diagnóstico básico es probable que se analicen y discutan, desde el inicio de la nueva administración de gobierno que asume en marzo, y en especial en oportunidad de las negociaciones salariales habituales, las medidas que se deberían tomar para solucionar lo que se entienda que son problemas y las consecuencias que esas medidas puedan tener sobre la situación del mercado que resulte por la aplicación de ellas.

Diagnóstico

Los datos más recientes de la Encuesta Continua de Hogares del Instituto Nacional de Estadística (INE), que corresponden al mes de noviembre, muestran que, en tendencia bajista, la tasa de desempleo es 7.3%, la menor desde octubre de 2016 y más baja que el 10,1% de desempleo de febrero de 2020, el último mes de la administración de gobierno que retornará al poder en un par de meses. En síntesis hay menos personas desempleadas y 235 mil personas más trabajando que en aquella ocasión, el mes anterior al de la pandemia del Coronavirus.

Por su parte, el último dato de la capacidad de compra de los trabajadores en general, que es el del salario real de octubre pasado y que también tiene al INE como fuente, muestra que su nivel es históricamente, el más alto, aunque solo levemente por encima del que se tenía al final de la administración anterior y luego de una lenta recuperación tras sucesivas caídas por la pandemia y por los otros factores exógenos conocidos que han afectado a la situación económica del país y que indujeran medidas para la preservación del empleo, más que para aumentar o mantener la retribución laboral. No obstante, el análisis de los últimos cuatro años y ocho meses apunta a que, recién al cabo de ellos, la capacidad de compra de los trabajadores ha sido mayor que la que existía en febrero de 2020. En definitiva, ha habido una pérdida de poder de compra desde el comienzo del 2020 hasta el tercer trimestre de 2024.

Perspectivas

De acuerdo con las características de la nueva conducción que tendrá el Ministerio de Trabajo a partir de marzo, es altamente probable que las medidas que se impulsen desde ese lugar desde un principio y durante las negociaciones salariales que se realicen, sean con el objetivo de una rápida restitución de la capacidad de compra de los salarios que se perdió hasta la recuperación del salario real actual. Al menos esa preocupación de la coalición que gobernará desde marzo y del PIT-CNT, ha sido la razón para desconocer hasta ahora, el históricamente alto nivel al que ha llegado el empleo. Y mi referencia a ese objetivo salarial principal no es solo por los antecedentes de la nueva conducción ministerial, a llevar adelante por un reconocido miembro representante de la central y del movimiento sindical que difícilmente pueda abdicar de propuestas claramente contrarias al buen funcionamiento del mercado laboral, no conciliando los derechos de trabajadores y empresarios. No concibo que alguien crea que un representante histórico del movimiento sindical desista de contemplar relativamente más los intereses que siempre defendió y que dejan de lado, con consecuencias indisimulables, principios básicos microeconómicos así como derechos empresariales de propiedad. Es a esta altura reprochable que, como la evidencia nos pueda demostrar que, como los antecedentes —a mi juicio— no se entienda lo que la evidencia siempre muestra, que mayor salario real por decreto, derivará en menor empleo como respuesta. Recuperar la capacidad de compra perdida durante cuatro años como se aspira sin afectar a la producción y al empleo implica que el aumento del salario real se produzca naturalmente por el comportamiento de las fuerzas del mercado laboral. Pero los antecedentes —sindicales y de izquierda comunista de la nueva conducción mostrarán que no se cree en el mercado ni en la propiedad privada de los medios de producción.

Las consecuencias económicas que tendría el fortalecimiento salarial no solo van por el aumento del desempleo debido a la menor producción, sino también por la sustitución de trabajadores por alternativas más eficientes, menos costosas. Situaciones de ese tipo que llevan, además, a la imposición de nuevas restricciones con prohibiciones de sustituibilidad, directas o impositivas.

La gestión desde el Ministerio de Trabajo es siempre un complemento muy importante, aunque no lo integre, del equipo económico de un país como el nuestro. La orientación debe apuntar en el mismo sentido que la de quienes desarrollan la gestión macroeconómica y económica, enfocadas en lograr objetivos claros como el crecimiento de la actividad, la estabilidad de precios y el equilibrio en el sector externo de la economía. Los antecedentes con los que cuento hoy me llevan a anticipar que será difícil la conciliación de esos intereses con los de la nueva conducción ministerial.

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