Durante el último mes, en el escenario internacional se ha ido confirmando una mayor resiliencia económica de Estados Unidos, destacando las publicaciones de las ofertas de trabajo disponibles y el aumento de las nóminas no agrícolas, ambos con registros por sobre las expectativas y reflejando que, a pesar del elevado nivel de tasa de política monetaria, el mercado laboral se mantiene sólido. Por otro lado, el avance mayor al esperado en las ventas minoristas de septiembre generó preocupación respecto a la continuidad del proceso desinflacionario e impulsó un aumento en los nodos largos de la curva del Tesoro, afectando también los rendimientos de la renta variable.
En tanto, el estallido de la guerra entre Palestina e Israel sumó incertidumbre frente a un potencial escalamiento e impulsó el precio del petróleo. En cuanto al cobre, octubre fue un mes volátil ante rumores de un posible estímulo fiscal y de infraestructura en China, junto a un crecimiento en el país asiático mayor al esperado. Toda esta situación con los commodities generó mayor volatilidad en los mercados, llevando a los inversores a privilegiar los activos más seguros. Ante este contexto de resiliencia económica y de tasas, junto con el aumento de los riesgos geopolíticos, decidimos reducir el riesgo en nuestros portafolios y cambiar el posicionamiento desde la sobreponderación en renta variable a una posición neutral.
En materia de bolsas desarrolladas y emergentes, redujimos la exposición en la renta variable a través de Latinoamérica por ser una región altamente correlacionada con el mercado y que se ve más perjudicada en estas coyunturas. En ese sentido, preferimos la renta variable estadounidense, dado que continúa mostrando fortaleza en su economía y presenta históricamente mejores retornos en escenarios de mercados a la baja.
Por el lado de la renta fija, en el transcurso de octubre la tasa a diez años alcanzó momentáneamente el umbral del 5%, apoyando la idea de que los niveles actuales son lo suficientemente restrictivos para evitar nuevos aumentos de tasa por parte de la Reserva Federal. En este sentido, la coyuntura actual favoreció que mantengamos un sesgo hacia una mayor duración en los portafolios en la medida que el espacio que tienen las tasas para seguir subiendo es acotado.
Una mirada al mercado local
En lo que concierne al mercado local, las expectativas de los analistas respecto al crecimiento se mantuvieron relativamente estables, con una variación de 0,78% del producto para el cierre del 2023 ubicándose 0,3 puntos porcentuales por sobre la lectura anterior. El magro crecimiento de este año sería compensado con un mayor dinamismo económico en 2024, cuando se espera un aumento de 3,1% en el Producto Interno Bruto (PIB), impulsado por un mejor desempeño relativo del sector agroexportador.
La inflación local continuó descendiendo y se ubicó en 4,1%, manteniéndose por cuarto mes consecutivo dentro del rango meta del Banco Central del Uruguay (BCU). En cuanto al tipo de cambio, se proyecta un dólar a $40 hacia el cierre del año, evidenciando una reducción en la apreciación de la moneda local en comparación a los meses anteriores.
En forma consistente con este ajuste, que de materializarse podría impactar en forma directa sobre los precios de los bienes transables, las proyecciones inflacionarias también evolucionaron al alza, aumentando dos décimas para situarse en 5,2% hacia el cierre de este año, manteniéndose, de cualquier manera, dentro del rango objetivo del Banco Central.
Ante estos escenarios de volatilidad y de tasas es sustancial contar con una lectura correcta basada en información oportuna y fidedigna del mercado al momento de invertir. Por ello, en SURA Investments seguimos comprometidos con robustecer nuestro modelo de asesoría para acompañar a las personas en la construcción de sus metas patrimoniales.
- Gerardo Ameigenda es Country Manager de Uruguay en SURA Investments