Todo el mundo hacia Argentina: fundamentos y características del turismo de compras

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Foto: El País

TEMA DE ANÁLISIS

La favorable relación de precios con el vecino país es histórica y no se vislumbra una reversión.

A partir del levantamiento de las restricciones para viajar al exterior, imperantes durante la pandemia, y alentado por la favorable relación de precios con el país hermano, las visitas a Argentina y el turismo de compras en particular han mostrado un crecimiento sustancial. ¿Cómo evolucionaron los fundamentos? ¿Cuál es la mirada del consumidor? ¿Qué podemos esperar?

La situación relativa de precios con argentina o Tipo de Cambio Real (TCR) bilateral efectivo con el vecino país, se encuentra en el nivel más bajo en más de 30 años. El TCR muestra la situación relativa de precios de un país respecto a aquellos con los cuales comercia. El TCR bilateral muestra la relación de precios de un país respecto a una canasta similar de otro país.

Para el caso de Argentina, dado que hay múltiples cotizaciones del dólar, también hay múltiples posibles indicadores de TCR bilateral Uruguay-Argentina. En el gráfico 1 se incluyen los que resultan de considerar el dólar oficial y el blue, dos de los más destacados entre tantos (contado con liqui, turista, bolsa, etc.). De los dos graficados, el relevante para los uruguayos que viajan a Argentina es el blue, dado que la amplia mayoría de los consumos se hacen a dicha cotización. Así, se observa que el nivel actual denota un nivel reducido, que implica que nosotros estamos caros para ellos y ellos baratos para nosotros.

Además del nivel, también importa la brecha, es decir, la diferencia entre el tipo de cambio oficial y los tipos de cambios paralelos. A mayor diferencia, mayores son los incentivos para que personas o empresas le “saquen” los escasos dólares que administra el BCRA, a la atractiva menor cotización oficial por un lado (para importar o para viajar al exterior más “barato”, por ejemplo), y para vender dólares en el mercado paralelo, eludiendo pasar por el BCRA (sub-declarando exportaciones o vendiendo a los “arbolitos”, como los turistas). La brecha actual es de algo más del 100% (el oficial en $A 140 y el blue en $A 290, gráfico 2).

La favorable relación de precios para comprar al otro lado del río, ha llevado a que los precios de varios de nuestros productos queden completamente desarbitrados para el consumidor. Así lo atestigua el Indicador de Precios Fronterizos (IPF) que calcula la Universidad Católica en el Campus Salto, que constató en julio la mayor diferencia de precios desde que se realiza la medición (2015). En efecto, la canasta de bienes de consumo que se utiliza resultó 173% más cara en Salto respecto a Concordia (gráfico 3). Estas constataciones, como era de esperar, son compartidas por los consumidores: según nuestras mediciones, casi un 85% percibe que los precios de productos de supermercado de nuestro país son “muchísimo mayores” o “mucho mayores” que en Argentina. La percepción que estamos caros respecto a nuestro vecino es mayor aún entre los residentes del interior, por su exposición más directa y frecuente a dicha realidad.

Como consecuencia de lo anterior, el turismo emisivo regional, en particular las visitas a argentina, ha aumentado en forma notoria en los últimos meses. Así, en el segundo trimestre hubo unas 424 mil visitas al vecino país, el mayor registro de los últimos años, con un gasto por US$ 147 millones (gráfico 4). Los datos del segundo trimestre de este año fueron similares a los del mismo período de 2015, cuando las visitas fueron de 403 mil y el gasto total de US$ 160 millones. En dicho año, la situación tenía algunas similitudes con la actual, con una brecha importante entre el dólar oficial y el blue, aunque con un TCR bilateral algo mayor. Tanto el TCR bilateral como la brecha, evolucionaron en lo que va del tercer trimestre en el sentido de impulsar aún más el turismo de compras, con un tipo de cambio que aumentó más que la inflación. Así, sólo en el fin de semana largo del 24 al 28 de agosto, unos 60 mil uruguayos cruzaron la frontera, según datos de la Dirección Nacional de Migración.

Los consumidores de nivel socioeconómico alto, y algo más los del interior que los de Montevideo, son los que en mayor proporción han visitado el vecino país en el último mes (julio). En efecto, aproximadamente 15% de los encuestados dice haber ido a Argentina en dicho período, pero este registro sube a más de 30% para el nivel socioeconómico alto y se ubica cercano a 20% para aquellos que residen en el interior (gráfico 5). De quienes han visitado el vecino país, más de la mitad ha comprado y traído bienes a nuestro país, destacándose las compras de indumentaria. Pero también son significativas las compras y trasiego de productos de la canasta básica, como café, yerba, té, refrescos, salsas, productos de limpieza del hogar y productos de aseo personal, entre otros. Algunos de estos productos, como era de esperar, aparecen como los más encarecidos en Salto respecto a Concordia en el IPF. Incluso, la diferencia de precios es tal, que la compra de productos argentinos se hace no solo cruzando la frontera sino comprando en ferias o directamente a terceros que traen la mercadería: más de un 20% ha comprado productos argentinos a este tipo de proveedores en los últimos 3 meses. Este fenómeno es más claro entre aquellos segmentos que tienen menor capacidad de compra: jóvenes, y especialmente los de nivel socioeconómico bajo.

Es difícil visualizar una reversión de los fundamentos del TCR bilateral y, por tanto, del turismo de compras en los próximos trimestres; incluso, el fenómeno podría intensificarse. Así, un 30% de los encuestados manifiesta tener pensado visitar Argentina en los próximos 3 meses, siendo esta propensión bastante homogénea por nivel socioeconómico, lo que sugiere que los segmentos medios y bajos podrían estar sumándose en forma creciente a este fenómeno (aunque propensión no necesariamente implica concreción). Y si bien el principal motivo esgrimido es el de vacacionar, con 35% de las respuestas, el turismo de compras acumula 36% como motivación principal (gráfico 6). Los cambios en los fundamentos que podrían motivar un descenso de estas intenciones parecen poco probables.

Así, si bien es posible que se verifique un importante incremento de la inflación en los próximos meses, que presionaría al alza los precios en dólares de Argentina, es difícil suponer que este proceso no sea acompañado por subas similares o incluso mayores del tipo de cambio paralelo. Esta suba neutralizará el potencial encarecimiento en dólares motivado por la aceleración de los precios, dejando la situación en niveles similares a los actuales. Si así fuera, especialmente los comercios de nuestra frontera, aunque también nuestros productores e importadores de los bienes en cuestión, continuarán enfrentando presiones recesivas, vía disminuciones de los volúmenes vendidos y de los precios a los cuales pueden efectivamente comercializar dichos productos.

(*) Alejandro Cavallo, Director Consultoría Económica

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