¿Cómo inician el sprint final ambas fórmulas presidenciales? La encuesta de Opción Consultores, realizada entre el 2 y el 9 de noviembre de 2024, revela un escenario altamente competitivo y abierto de cara al balotaje presidencial en Uruguay. Yamandú Orsi lidera con un 48,5% de intención de voto, seguido de cerca por Álvaro Delgado con un 45,1%. Un 6% de los encuestados permanece indeciso o considera votar en blanco o anulado. Estos resultados otorgan una leve ventaja al Frente Amplio en la última semana, en un contexto en el que la campaña podría ser decisiva.
¿Cuáles son los votos que definirán la elección?
El principal desafío del FA es aumentar su caudal electoral de octubre (43,9%), a partir de atraer a votantes “rebeldes” de la coalición republicana, entre los cuales, según la encuesta citada, lograría un 12% de los votantes de partidos socios del PN en la coalición (2,4% del electorado total), así como captar votantes de los partidos no alineados al FA ni a la coalición (3,39%), segmento en el cual la fórmula del FA recoge un 38% de intención de voto (1,4% del electorado total).
Mientras tanto, la coalición tiene como principal desafío fidelizar a sus votantes de octubre, 47% del electorado total, y buscar atraer a votantes de partidos no alineados, segmento en el cual obtiene un 24% de intención de voto, levemente por debajo del desempeño del FA en el segmento (0,81% del electorado total).
Este análisis parte de la hipótesis de una fidelización casi total del FA y del PN de sus votantes de octubre, lo cual podría ser puesto en tela de juicio, tomando en cuenta que las encuestas suelen ser respondidas por personas con mayor interés en la política que la media, y, en ese sentido, seguramente exista un caudal de votos poco firmes tanto entre votantes del FA como del PN en octubre.
Los datos muestran que, aunque las campañas deben abarcar a todos los perfiles de votantes, los indecisos y los votantes “poco firmes” se concentran en mayor medida entre personas con menor nivel educativo, jóvenes y, también, aquellos con opiniones neutrales sobre la gestión del gobierno actual. Es importante destacar que Orsi parte con una imagen más favorable entre los segmentos jóvenes y de nivel socioeconómico bajo, lo cual podría explicar su ligera ventaja con la que inicia la recta final de la campaña.
¿Qué diferencias podemos encontrar entre las campañas de ambos contendientes?
Álvaro Delgado ha optado por una estrategia que enfatiza su experiencia y capacidad de gestión, liderando un proyecto político asociado a la continuidad de gobierno —“reelegí un buen gobierno”—, sin referencias partidarias ni a la identidad coalicionista. La comunicación se centra, en mayor medida, en su persona y en sus cualidades como articulador: gestor experiente, capaz de conducir al país en escenarios complejos, como ya lo habría demostrado en la pandemia. Esta estrategia busca proyectar una imagen de estabilidad y continuidad, apelando a una "mayoría silenciosa" que, brindaría el triunfo a la fórmula.
Por su parte, Yamandú Orsi ha adoptado una estrategia que busca trascender los márgenes partidarios, incorporado una nueva estética que incluye símbolos patrios como el escudo nacional, con el eslogan "Sabremos cumplir". Orsi se presenta como un líder cercano, una persona de origen popular, honesta; un profesor, con capacidad de diálogo y de construir puentes, con la experiencia para dar un salto en las políticas públicas que el país necesita, con énfasis en el empleo juvenil, la inversión, seguridad, la educación, salud y las políticas sociales. El mensaje es de cambio, pero claramente en un tono moderado.
En resumen, la campaña de Delgado enfatiza la seguridad y la estabilidad, mientras que la de Orsi se centra en un cambio enfocado en mejorar las políticas con un enfoque más inclusivo y popular.
¿Qué papel juegan las imágenes de los presidenciables en las campañas?
Ambas campañas registran coincidencias, como el destaque del perfil humano y dialoguista de ambos candidatos, capaces de unir y construir puentes para gobernar, así como con la experiencia suficiente para concretar sus promesas de gobierno.
Sin embargo, existen diferencias apreciables en sus estrategias de comunicación. La campaña de Delgado se centra más en su persona, enfatizando sus cualidades de liderazgo y su experiencia gubernamental. Su mensaje adopta un tono que combina lo intimista con lo solemne, buscando conectar emocionalmente con el electorado. Por otro lado, la campaña de Orsi no coloca al candidato en un primer plano tan prominente. En su lugar, tanto las imágenes como el contenido de su comunicación dan mayor protagonismo a los ciudadanos y a las propuestas programáticas, presentando a Orsi como un facilitador de las aspiraciones colectivas, más que como una figura central.
¿Cuán importante son los programas y las propuestas?
Es vox populi de todos los análisis, que la discusión programática ha brillado por su ausencia en el trascurso de la campaña, y la realidad es que en la era de la economía de la atención, las discusiones programáticas no parecen concitar la atención de la gente.
Por ello, es probable que los mensajes de ambas campañas se focalicen en acentos programáticos que evoquen a ciertas emociones del electorado, más que a propuestas concretas. Probablemente si formulásemos una encuesta que consulte diferencias programáticas entre ambas fórmulas, pondríamos en apuros a buena parte de los encuestados.
¿Qué peso tiene la identificación emocional de los votantes con las campañas?
En el contexto mencionado, las referencias a “acentos” programáticos evocan en mayor medida a valores que podrían ser efectivas en movilizar emocionalmente a los ciudadanos.
En el caso de la campaña de Delgado, estos “acentos” refieren a estabilidad, seguridad y continuidad en mantener y profundizar un segundo piso de transformaciones, en lo que refiere a la generación de empleo, salario, seguridad y educación, en contraposición a un potencial retroceso e inestabilidad social y económica.
En el caso de Orsi, refieren a mejorar la gestión de gobierno —sabremos cumplir—, brindándole al gobierno un tamiz más popular, inclusivo, igualitario y honesto, en contraposición con un gobierno más alejado de la gente común, más elitista que beneficia a los maya oro.
Conclusión
El balotaje se perfila como una contienda ajustada donde cada voto será crucial y para lo cual, la campaña resulta determinante. La efectividad de las estrategias de campaña serán la clave en el desenlace de la elección, siendo la conexión emocional de los votantes con los candidatos y los valores que estos representan, un elemento central en el descenlace de una elección en la que los segmentos a conquistar serán en mayor medida jóvenes, de menor nivel educativo y con menor interés en la política
Ficha Metodológica de la encuesta: Encuesta Telefónica de alcance nacional. Fecha de realización: 4 al 9 de noviembre de 2024. Universo: Mayores de 18 años residentes en el territorio nacional. Marco Muestral: Números rango de telefonía celular. Muestra: 1150 casos. Muestreo: Aleatorio simple.
- El sociólogo Agustín Bonino es Director de Opción Consultores.