"Tarde o temprano, algo así iba a pasar. Lo que sorprendió es la velocidad con la cual desde noviembre de 2022 hasta hoy estas cosas se fueron lanzando», responde el argentino Gerry Garbulsky, sobre si era posible prever el impacto de la inteligencia artificial generativa (IAG) en el mundo.

Garbulsky es físico por la Universidad de Buenos Aires y PhD en Ciencia de Materiales por el MIT. Es orador y conductor, creó el podcast Aprender de Grandes, es director de TED en Español, organizador de TEDx Río de la Plata y fundador de El Mundo de las Ideas. A ese currículum sumará su presencia como uno de los oradores del primer Summit de IAG de Montevideo, que organizará Cacique Group el 23 de junio en el Aeropuerto de Carrasco. Además de Garbulsky disertarán otros destacados conferencistas como Santiago Bilinkis, Eduardo Mangarelli y Maia Brenner.

Su visión sobre este nuevo fenómeno es que a larga la inteligencia artificial y la robótica sustituirán todo lo que los seres humanos hacen. «Hay una carrera en todo el mundo por lanzar prácticamente todas las semanas y a veces más de una vez por semana, novedades en el frente de la IAG que nos dejan boquiabiertos», reflexionó Garbulsky.

Ante esto, el experto invitó a usar la creatividad para explorar cuáles serán los roles relevantes que generen valor aunque alertó que una opción es que el ser humano deba dedicarse solo al ocio, una realidad compleja a la hora de encontrar un propósito. «Es bastante difícil poder sentir que tenemos un propósito, que nos podemos realizar y todas esas cosas que el trabajo aporta hoy. La gran discusión es cuánto tiempo falta para eso y la respuesta es ‘no sé’», indicó.

Como preparación ante este escenario, Garbulsky aconsejó involucrarse con estas nuevas tecnologías para «seguir siendo relevante en lo que cada uno hace». Según el experto, en ciertas actividades el impacto es más obvio e inmediato. A modo de ejemplo citó el trabajo de traducción o de diseño gráfico. «Mucha gente que hacía traducciones se acaba de enterar de que ChatGPT puede hacerlo casi tan bien como lo hacía uno y a cero costo. O los casos de quienes hacen diseños gráficos editando en Photoshop. Ahora hay extensiones de ese programa con inteligencia artificial que hacen cosas increíbles que eran impensables hasta hace muy poquito tiempo. Entonces, esa gente tiene que pensar cuál va a ser su rol como traductor, como diseñador o lo que haga cada uno de nosotros en este nuevo contexto», apuntó.

Por caso, el Garbulsky explica que quien escribe textos creativos a partir de ahora tendrá que pasar a ser experto en cómo hacer una buena consigna, «un buen prompt» y un buen editor, para que la IA sea quien escriba los textos y luego, el ser humano sea quien lo termine de armar. «No hay que desesperar, pero sí involucrarse en esto para seguir siendo relevante», remarcó.

Además de la velocidad vertiginosa con la que la IAG cambia la realidad, Garbulsky explicó que la diferencia principal para el ámbito laboral con las versiones anteriores de IA es que estas reemplazaban los roles más repetitivos, automáticos, de poco valor agregado en el trabajo. Luego, con la evolución abordó otras tareas más específicas de alta especialización y que no son definitivamente mecánicos.

«Lo que hace la IAG es meterse en un ámbito que pensábamos que todavía estaba un poco más lejos y es el más humano, el que tiene que ver con la creatividad, con unir cosas que estaban separadas, con resolver problemas. Así que, mientras que la gente que sentía que agregaba mucho valor en su trabajo estaba más o menos tranquila respecto al riesgo que tenía su trabajo por el advenimiento de la inteligencia artificial, con la inteligencia artificial generativa, eso empieza a temblar también», opinó.

Esta avanzada en uno de los bastiones más humano, es lo que sorprende y desafía a futuro, agregó. «Mucho de lo que uno puede especular ahora tiene que ver con los efectos más obvios de estos cambios, pero seguramente los más profundos en el mediano y largo plazo hoy sean imposibles de anticipar», cerró el experto.