EMPRESAS

fabiana culshaw

Más de 200 productos y servicios en las áreas de detección y control microbiológico en Uruguay. Eso es lo que ha producido AravanLabs en los últimos cinco años. La mitad de esos productos y servicios son nuevos en el país.

La innovación es el lema del laboratorio y, en ese marco, en 2020 patentó un equipo capaz de realizar muestreos en el aire para detectar patógenos en el ambiente. «La novedad es que las muestras son tomadas del aire mismo —generalmente se toman de superficies— y el análisis identifica si hay o no presencia de indicadores microbiológicos, como virus o bacterias; no solo está acotado al virus de SARS-CoV-2. El equipo puede ser utilizado en la industria alimentaria en general y en la de producción intensiva de animales», explicó Ana Laura Macció, bióloga, cofundadora y CEO de AravanLabs.

«Nuestra tecnología ya se está utilizando mucho en la industria frigorífica este año debido a que China comenzó a exigir a sus proveedores del exterior, entre los cuales se encuentran frigoríficos de Uruguay que realicen controles ambientales antes de exportar», afirmó Macció.

Esta área, en la que profundizarán en 2021, se suma a otras de producción de insumos que ya venía realizando la empresa para detectar si los alimentos están libres, por ejemplo, de difteria, salmonella u otras bacterias. La demanda creció en 138% desde que comenzó la pandemia del COVID-19.

«Somos los primeros productores nacionales de esta clase de insumos. Previo a la instalación de nuestra empresa, todo era importado», agregó la bióloga.

La generación de conocimiento en microbiología en base a tecnología de avanzada le ha permitido a AravanLabs abrir nuevas líneas de negocios a lo largo de los años, diversificar mercados y exportar servicios, fundamentalmente a América Latina.

El crecimiento de la empresa se catapultó en 2020, cuando sus socios decidieron producir insumos para el muestreo de COVID-19. Así, desde abril producen con impresoras 3D hisopos nasofaríngeos para las muestras de ese virus y los tubos que contienen un medio de transporte viral, donde se colocan dichos hisopos.

La decisión fue un acierto y llevó a duplicar el personal. Antes de la pandemia, el laboratorio estaba integrado por 10 personas y ahora son 20.

«Conocimos los beneficios de la impresión 3D y aspiramos a desarrollar más insumos para laboratorios y biométricos con esa tecnología», anunció Mació.

La primera impresora 3D la recibieron como donación del futbolista Fernando Muslera, precisamente para fabricar hisopos. «Muslera quería apostar a la sustentabilidad y al autoabastecimiento de Uruguay en relación al COVID-19», relató Macció.

Parte de esos hisopos fueron donados, pero también desarrollaron una nueva línea de producción que potenció al laboratorio. Luego, sus socios compraron cinco impresoras 3D más, dos de ellas hoy dedicadas al equipo de muestreo de virus en el aire.

A futuro, el laboratorio seguirá invirtiendo en innovación para ofrecer soluciones a las nuevas demandas a partir del contexto de vacunación por la pandemia. A corto plazo, el plan es centrarse en los servicios de control microbiológico, apostando a ventas sostenidas durante el período post COVID-19.

La empresa realizó el trámite ante el Ministerio de Salud Pública como fabricante de dispositivos terapéuticos, lo que le abre opciones de impresión 3D para nuevos insumos en diversas áreas médicas.