AFTER WORK

Lucía Escardó rescata botellas de vidrio que tenían como destino ser desperdicio. Luego, con creatividad y mucha paciencia, las transforma en piezas artesanales bellísimas y únicas.

Su emprendimiento se bautiza Quimera arte en vidrio y está instalado en el Espacio Cultural CRA (La Floresta, Canelones), pero por fortuna sus creaciones llegan a todo el país.

La colección actual cuenta con unos 15 productos, entre los que se destacan queseras, vasos, jarras, especieros, frascos, bowls y copetineros.

Escardó reúne su materia prima gracias a la colaboración de particulares, restaurantes (como Baco, Jacinto, Delishop) y la bodega Familia Deicas.

En su taller, tras analizar cada botella, le suma su creatividad como diseñadora. Mide, corta, pule y hace renacer el vidrio con nuevos usos y formas.

El diseño y color de las botellas se luce en cada objeto. Los hay transparentes, en gamas de verdes, azules y también en vidrio esmerilado.

En sus manos «joyas» como las botellas italianas Acqua Panna dieron paso a la línea Acqua. A partir de su reciclaje, es posible tener en hogares locales vasos cuyo origen está en Toscana, región de Italia con tradición en la fabricación de vidrio (Murano).

«Puedo afirmar, sin dudar, que el vidrio de esta botella es cristalino y sólido a la vez», señala Escardó en su web.

Además de ayudar a reducir el volumen de vidrio en vertederos, el hecho de comprar piezas recicladas también contribuye a cuidar el planeta.

«Para hacer un vaso convencional, se extraen recursos valiosos del suelo, se realizan largos y contaminantes procesos de producción y luego de usado, se tira. Quimera aprovecha el vidrio ya fabricado y le da una nueva oportunidad», advierte.

Tras realizar sus piezas, Escardó entrega cada pedacito que le sobró a Arenas de vidrio, una iniciativa que se dedica a reciclar esta materia prima. Y todo vuelve a empezar.