CLAVE
BBVA ha sido el primer banco español en sumarse a ‘Every Action Counts’, una coalición promovida por la Alianza por las Finanzas Digitales Verdes.
Esta coalición nace con el objetivo de involucrar, mediante iniciativas tecnológicas y digitales, a al menos 1.000 millones de ciudadanos en todo el mundo para impulsar la acción y la conciencia ecológica en 2025.
Las finanzas digitales verdes están destinadas a financiar iniciativas con un objetivo de desarrollo sostenible.
Con ellas, se pretende acelerar la reasignación de capital hacia activos neutros en carbono y desbloquear nuevas fuentes de financiación climática y socialmente justa.
El cambio climático es el mayor desafío de nuestro tiempo, según Naciones Unidas.
Las finanzas verdes digitales, que incluyen un amplio abanico de tecnologías como el ‘big data’, la inteligencia artificial, el ‘blockchain’ y el Internet de las cosas (IoT), ofrecen soluciones innovadoras para ampliar las finanzas sostenibles, y la perspectiva de un sistema financiero más eficiente, accesible y menos vulnerable.
Por tanto, pueden resultar útiles para superar estos desafíos ya que pueden aplicar modelos tecnológicos e innovadores para fomentar inversiones sostenibles, así como reconocer y recompensar sus resultados.
En ese sentido, Antoni Ballabriga, director global de Negocio Responsable de BBVA, reconoció la importancia de conectar digitalización y sostenibilidad «para desplegar todo el potencial del sector bancario y del sistema financiero a la hora de contribuir a los ODS y al Acuerdo de París».
«Ante un mundo cada vez más preocupado por cuidar y preservar el medioambiente, también son cada vez más las empresas que invierten en proyectos que intentan reducir el impacto medioambiental o fomentar políticas sostenibles», comentó Óscar Fuente, director y fundador de la escuela de negocios IEBS.
Añadió que también han aumentado «los inversores que incluyen estas variables en sus algoritmos de inversión».
Marianne Haahr, directora general de la Alianza por las Finanzas Digitales Verdes (Green Digital Finance Alliance, GDFA por sus siglas en inglés), explicó que este planteo implica el «despliegue de tecnologías emergentes o capacidades digitales para crear nuevos servicios, productos, estrategias y modelos comerciales que trabajen hacia las ofertas enfocadas en finanzas verdes que demanda el usuario actual».
Se trata, según Fuente, de un término que se utiliza cada vez más en muchos países y que hace referencia a una serie de políticas y acuerdos institucionales para atraer inversiones de capital privado a industrias verdes: «Esto engloba desde la protección del medioambiente hasta la conservación de energía limpia a través de servicios financieros».
Las finanzas verdes pueden adoptar diversos formatos, «como el de los bonos verdes, préstamos verdes, seguros verdes y otros derivados financieros».
Haahr explicó que las finanzas digitales verdes tienen el potencial de escalar el cumplimiento del Acuerdo de París sobre el Cambio Climático y los objetivos de desarrollo sostenible al abordar las barreras existentes.
El Acuerdo de París es el mayor pacto vinculante frente a la crisis climática y establece un plan de acción mundial para limitar el calentamiento global.
Entre las ventajas de este tipo de finanzas, Haahr subraya que «ayudan a abordar la asimetría de información entre los inversores y la economía real al ofrecer datos en tiempo real a nivel de activos».
También menciona que permiten monitorizar cambios: «por ejemplo, rastrear las emisiones de un activo automáticamente».
«En resumen, la tecnología verde es una vía para acelerar la reasignación de capital hacia activos eficientes en carbono, así como para desbloquear nuevas fuentes de financiación climática y socialmente justa», puntualizó.