Los últimos grandes estrenos de Hollywood se han convertido en fracasos que están dejando secuelas financieras en los estudios detrás de esas producciones.
La adaptación del clásico animado de Disney Blancanieves se estrelló en la taquilla. La película, que tuvo un presupuesto de US$ 250 millones -sin contar los gastos de marketing-, recaudó en su fin de semana de estreno apenas US$ 43 millones en las salas de EE.UU. y Canadá, una cifra muy inferior a los US$ 65 millones que proyectaban los expertos en el negocio cinematográfico. El decepcionante resultado financiero, según señalaron varios medios, coincide con las críticas sobre la calidad de la cinta, que fue calificada como mediocre.
La producción, de la que se esperaba que fuera uno de los grandes estrenos del año de Disney, se ha visto salpicada por una serie de polémicas que han afectado su desempeño en la taquilla. La elección de la actriz Rachel Zegler, de ascendencia latina, para el rol principal fue cuestionada en masa por cinéfilos que acusan al estudio por adoptar un enfoque woke. Las críticas también arreciaron cuando se confirmó que los famosos Siete Enanitos del cuento serían recreados con CGI en lugar de ser interpretados por actores. El filme también ha estado en el ojo de la tormenta luego de que Zegler cuestionara públicamente la cinta original (1937). Ella y su coprotagonista, la actriz Gal Gadot, se han visto envueltas en una polémica por sus afirmaciones contrapuestas acerca de la guerra en Gaza.
Ahora la esperanza de Disney de recuperar al menos la inversión en la película es que despeguen las ventas de entradas en las salas alrededor del mundo. En su fin de semana de estreno, la cinta recaudó US$ 44 millones en los mercados internacionales.

El público fuera de EE.UU. ha ayudado a Marvel Studios a acercarse al punto de equilibrio en su inversión para Capitán América: un nuevo mundo. Estrenada el 13 de febrero, la última aventura del superhéroe acaba de superar esta semana la marca de los US$ 400 millones en ingresos a nivel mundial. Sin embargo, aún debe alcanzar la meta de US$ 425 millones para cubrir el desembolso que realizó el estudio entre la producción (US$ 180 millones) y los costos de marketing.
Llegar apenas al punto de equilibrio con uno de sus principales estrenos del año demuestra el declive de la marca Marvel -que fue algo así como el Rey Midas del cine de la última década- y cierto cansancio de las audiencias ante la proliferación de contenido sobre superhéroes. Este agotamiento se refleja en ingresos que distan de igualar los éxitos de US$ 1.000 millones como la saga de Los Vengadores o Capitán América: Civil War.
Marvel intentará volver a cautivar a los espectadores con el debut de los Cuatro Fantásticos: primeros pasos, previsto para julio, mismo mes en que Warner Bros. presentará su nueva versión cinematográfica de Superman.
Ese estudio viene del fracaso de Mickey 17, una película de ciencia ficción protagonizada por Robert Patinson y dirigida por Bong Joon-ho, el realizador de la recordada cinta ganadora del Oscar, Parásitos. Su exhibición en salas dejará una pérdida de US$ 75 millones.
Crisis profunda
Los fiascos no se limitan a las salas de cine. Netflix lanzó el 14 de marzo Estado eléctrico, una cinta que combina ciencia ficción, acción y aventuras protagonizada por Millie Bobby Brown y Chris Pratt, la cual costó más de US$ 300 millones y ha cosechado malas críticas de la prensa. Entre los usuarios de la plataforma, el interés por esa producción se ha disipado; luego de su semana de estreno el filme cayó del primer al quinto lugar de las películas más vistas en el servicio de streaming.

El gasto en Estado eléctrico representa el 1,5% de lo que la compañía invertirá en contenido este año, informó The New York Times. Al año, la plataforma destina US$ 18.000 millones a series y películas.
Pero la crisis del cine va más allá de estas malogradas superproducciones, ya que afecta a toda la industria. Hollywood esperaba que 2025 fuera el año en que la taquilla volviera a los niveles prepandemia, pero hasta el momento, va un 5% por detrás de 2024 y un 38% por detrás de 2019, indicó The New York Times.
El desenlace económico de los próximos estrenos pautará si Hollywood está dispuesto a seguir invirtiendo cientos de millones en contar historias.
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