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Ciudad de la Costa, Canelones, vive un momento de explosión demográfica y sus efectos se sienten en el sector comercial. La apertura de locales que ya crecía en los últimos años, se aceleró con la pandemia, un efecto que es muy notorio en El Pinar, sobre todo en su principal arteria, la avenida Pérez Butler (un tramo de ocho cuadras), aseguró Horacio Yanes, director de Turismo de la intendencia canaria.

Hace unos tres años, Ciudad de la Costa contaba con unos en 120.000 habitantes. Hoy, pandemia mediante, se estima que llegaron a vivir unas 30.000 personas más, agregó. «Hay un despertar de la ciudad en forma acelerada, vertiginosa y positiva. Si bien El Pinar, por las características de sus terrenos, de estar fraccionados con áreas más grandes que el resto de la zona, no es el que recibe más población, su característica de barrio jardín lo vuelve atractivo para los turistas», aseguró. Un solar en otras zonas promedia 480 metros cuadrados (m2); en El Pinar, más de 1.000 m2.

Según Yanes, lo que se vive en esta zona a nivel comercial fue una aceleración de un proceso natural que se venía dando. «Si bien cerraron muchas, otras tiendas abrieron por la reinversión. Es muy variado, hay  restaurantes buffet, exclusivos, cervecerías, casas de té. La visión es de consolidación como espacio de negocios y, específicamente en El Pinar, se visualiza una zona concentrada que atrae a empresarios de otros lugares y marcas importantes. Se han instalado de Montevideo, Las Piedras, La Paz, que también son empresas familiares» amplió.

Solo en esa arteria de la zona existen unos 100 comercios, indicó Yanes. Sobre avenida Giannattasio en total hay unos 2.000, comparó.

Rodrigo Souto, vicepresidente de la Cámara de Comercio de Ciudad de la Costa, aclaró que no existe un relevamiento oficial, ni público ni privado, acerca de las aperturas comerciales en El Pinar. Sin embargo, estima que en el último año se instalaron un mínimo de 30 empresas. «La pandemia hizo que abrieran varios locales. Gente que se quedó sin trabajo vio la oportunidad de abrir su empresa por el crecimiento demográfico. Se inauguraron muchos conjuntos de locales con cinco o seis espacios y están llenos», dijo, quien es propietario de Imprenta Siuk, con más de 20 años en Solymar.

Uno de ellos está ubicado sobre la avenida Pérez Butler, esquina Santa Paula. Los seis locales que allí se construyeron durante la pandemia se ocuparon «en tiempo récord», indicaron desde la empresa NK Construcción, responsable del emprendimiento. Tras la compra del terreno en 2019 por unos US$ 120.000, se inauguró en noviembre de 2020 y cinco de las seis unidades ya estaban alquiladas antes de terminar. El restante, al mes. «Hay muy alta demanda, no había colocado los techos y ya querían reservar. Nunca pensé que fuera tan rápido, hay lista de espera» dijo el informante. El precio de alquiler del local de 35 m2 y una terraza propia (15 m2 más) es $ 26.000 y $ 42.000 el más grande (dos pisos y 60 m2).

Jean Christophe Tijeras, CEO de Grupo Disco, coincide en que es una zona en crecimiento. El grupo adquirió el tradicional Supermercado La Cabaña en 2014 al considerar «que se trataba de una zona con gran potencial». Ahora asegura que «es un área de la costa que cada vez está más bella, que crece día a día y que ya tiene una dinámica propia, que acompaña también a nuevas necesidades de los uruguayos respecto a su calidad de vida», valoró.

Mónica Foliadoso es segunda generación al frente de La Espiga de Oro, una marca de pastas, empanadas y restaurante con más de 40 años en Solymar y 15 en El Pinar. Indicó que al cerrar 2020 las ventas sobrepasaron los números prepandemia. «La gente estaba desesperada por salir y se notó mucho movimiento los fines de semana, donde todos los negocios trabajamos más. El delivery creció mucho, ya es más de un 50% de la venta, algo que se venía dando y se disparó por la pandemia», dijo.

Por su parte, Yanes destacó que el incremento «no es golondrina ni especulativo» y ahora el desafío de la Intendencia es dar un orden «amigable» y sobre todo «optimizar la seguridad». «Hay un desafío muy grande desde lo turístico; por ejemplo, organizar el corredor gastronómico, que no tiene una visibilidad colectiva. Hay que lograr que El Pinar se consolide como un destino turístico y comercial», valoró.

Chelato vende unos 800 tickets entre sábado y domingo

En 2020, la heladería Chelato eligió El Pinar para abrir una de sus 30 franquicias. Tras desembolsar US$ 30.000, en diciembre de ese año abrió un local de unos 60 metros cuadrados, donde además brindan cafetería. «Hacía dos años que queríamos local y no encontrábamos. En plena pandemia reservamos uno en el espacio nuevo que se armó y ahora los sábados y domingos vendemos unos 800 tickets, y es de las que más está vendiendo», explicó su director, Nicolás Baladón.

Casa Sanz abrió en diciembre de 2020 y desde el inicio dio ganancias

Desde Montevideo, en diciembre llegó Casa Sanz, del rubro deportivo. Al frente están los hermanos Leandro y Agustín Sanz, segunda generación, quienes dicen que la apertura no fue antes por falta de locales. «Nos dábamos cuenta que Pérez Butler crecía y sería la futura Arocena. Se liberó uno y lo alquilamos», dijo Agustín. Con inversión de US$ 2.000 más ayuda de casa central, desde el inicio dio ganancias. «Estamos bien, pero no descartamos ampliar si seguimos creciendo».

Chivitería Marcos vende 2.500 pedidos al mes

«En tres meses, el local de 30 m2 ya vende 2.500 pedidos al mes, como el de Lagomar, que tiene más de un año». Jonhatan Blanco, franquiciado de Chivitería Marcos, asegura que la apertura de su quinto local, en el que invirtió US$ 20.000, «colmó las expectativas». «Vienen más clientes de lo que estimábamos y sin hacer publicidad», aseguró. Por eso, evalúa mudarse si queda un local libre más grande, «porque necesitamos duplicar el espacio en un año», destacó.

Cervecería Volcánica abrió hace una semana y espera ampliar a más días

Uno de los más nuevos es la cervecería Volcánica, que abrió su cuarto local la semana pasada en El Pinar, en un espacio para 150 personas. Lo hizo en sociedad con el salón de Té La Soleada. Tras una inversión de US$ 20.000, abrirá de jueves a sábados, pero Luis Campelo, su propietario, asegura que si logran llenarlo «ampliarán a más días». «El ‘hormigón (por la avenida Butler) se convirtió en una zona gastronómica todo el día, es la que más se mueve de Ciudad de la Costa», opinó.

De la Espiga ya vende por encima de los números prepandemia

En 2006, la tradicional marca La Espiga de Oro, con más de 40 años en Solymar, abrió en El Pinar en Pérez Butler y Rambla Costanera. Primero, con sucursal de pastas, luego anexaron empanadas y, por último, el restobar. Hoy, en su local de 200 m2 trabajan entre 25 y 30 personas y, según Mónica Foliadoso, quien dirige la empresa familiar junto a sus hermanos Christian, Gastón y Marcelo, «El Pinar creció mucho este último tiempo, la gente lo adoptó como lugar turístico».