La incertidumbre que reina sobre la evolución de la economía doméstica y su eventual impacto sobre la capacidad de consumo derivó en una fuerte baja de la demanda de "tiempos compartidos", según la multinacional del sector RCI, instalada desde 2005 en Uruguay, donde tiene su centro de atención telefónica para Latinoamérica.
La compañía de intercambios vacacionales ya comenzó a sentir los efectos de la crisis mundial en sus ventas con bajas cercanas a un 20% a nivel local, mientras que en Estados Unidos, México y El Caribe se llegó a cifras de retracción de hasta 50%.
En diálogo con El Empresario, Luis Mirabelli, vicepresidente de Desarrollo de Negocios de Group RCI Sudamérica, explicó que la crisis afecta sobre todo por la falta de crédito, pero advirtió que quienes ya son dueños de un tiempo compartido viajan más que los que van a hoteles, ya que abonaron de antemano.
En Uruguay hay unos 30 establecimientos afiliados, principalmente en Punta del Este. El mes pasado se sumó Sugar Loaf Ocean Club & Spa, en Piriápolis, pero a la cadena de lujo de la compañía, The Registry Collection, siendo el primer establecimiento en Uruguay en integrarla. Allí, el derecho de uso de una casa por ocho semanas al año ronda los US$ 80.000.
Participar en la red
Aunque los costos son variables, los establecimientos que se afilian a RCI deben pagar para integrar la red alrededor de US$ 20.000 por un contrato a 10 años. A su vez, luego de que un desarrollo comienza, el cliente que compra su fracción al establecimiento, también abona en la primera cuota US$ 250 por la membresía de RCI.
Si luego quiere intercambiar el uso de su propiedad con la de otro miembro, también debe abonar un extra.