Los últimos dos años han marcado dos puntos de inflexión en la firma de servicios profesionales CPA Ferrere: en 2021 asumió Leonardo Isoardi como nuevo socio director, y a fines de setiembre pasado se oficializó el retiro de los socios Bruno Gili y Gabriel Oddone, quienes lideraron la creación del departamento de Consultoría hace 20 años. Estos cambios responden a la política de retiro que definió la empresa como una forma de promover la meritocracia y la generación de oportunidades para sus profesionales, explicó Isoardi a El Empresario.
Más allá de la renovación de liderazgos, el ser dinámicos está pautando el presente y el futuro de la firma. Isoardi detalló que en esta etapa tienen como objetivos «profundizar» los servicios que brindan desde Uruguay hacia el mundo y redoblar su apuesta en tecnología, donde ya están trabajando en un piloto con inteligencia artificial (IA) para optimizar procesos. Sobre estos planes, el clima de negocios en Uruguay y su visión del liderazgo, conversó el socio director de CPA Ferrere.
-En 2021 asumió como socio director de CPA Ferrere, tras la salida de Nelson Mendiburu, y ahora acaban de retirarse dos socios históricos como Bruno Gili y Gabriel Oddone. ¿Cómo ha sido esta etapa para la firma?
-La meritocracia está implícita, está en nuestro ADN desde el día uno. Entonces tenés que tener ciertas reglas para que eso funcione y suceda. Una de ellas es que los familiares directos no pueden trabajar en la firma. Y también tenemos una edad de retiro fija que son 60 años. Eso nos lleva a tener un orden respecto a los nuevos líderes. En general, prevemos iniciar ese proceso (de recambio) dos o tres años antes, pero el caso de Bruno y Gabriel era diferente, entonces empezamos en 2017. Ya hace dos años que asumieron Alfonso (Capurro)y Simón (Waisrub) en Consultoría, y fortalecimos con Florencia Etcheverrigaray y Alfredo Poggi en áreas más tradicionales como BPO (Business Process Outsourcing).
¿Cómo se vive eso en la interna? Es natural, cuando se va acercando el momento lo vamos previendo, pero además al ser con tanta anticipación el recambio fue muy gradual. De hecho, en el último año todos los proyectos nuevos los empezaron a liderar Alfonso, Simón, Gonzalo Icasuriaga, uno de nuestros socios en Consultoría, y a partir del 1° de octubre también Gabriel Silveira. Ellos cuatro son los nuevos líderes de Consultoría.
Sin dudas, Bruno y Gabriel fueron dos pilares que nos ayudaron a construir CPA, que lideraron Consultoría por 20 años hasta llevarlo a un nivel impensado. Por supuesto que vamos a extrañar eso y a ellos como personas. Estuve con ellos 17 años, jugás de memoria, y esas son las cosas que tenemos que ir acompasando.
-¿En qué momento de la empresa se da esta renovación?
-Tuvimos una pandemia que nos pegó como a todos. Hoy estamos muy contentos y fuertes con que este nuevo liderazgo nos va a llevar a un próximo nivel. Somos un grupo -tenemos Ferrere Abogados y CPA Ferrere- con más de 1.000 personas entre Uruguay, Paraguay y Bolivia, además CPA tiene oficina en Guatemala, y eso nos encuentra muy fortalecidos en las áreas de negocios como BPO, donde lideramos. También estamos incorporando servicios y líneas que queremos explorar.
-¿En qué consisten?
-Una cosa que nos caracteriza es el dinamismo y la cantidad de proyectos, si bien tenemos ciertas líneas marcadas. Tenemos servicios tradicionales -BPO, Payroll, Auditoría, Impuestos- y ahí reforzamos con cuatro socios: Florencia Etcheverrigaray, Alfredo Poggi, Agustín Cravea y Jimena Zeballos. ¿Qué queremos con esto? Además de (impulsar) esas áreas tradicionales, estamos incorporando tecnología. Ya venimos en ese proceso desde hace varios años pero ahora le estamos dando una fuerza mucho mayor.
Estamos también en lo que es automatización y digitalización. Tenemos un departamento muy grande de transformación digital que ayuda a las empresas a transformarse y lograr eficiencias con la tecnología. Aquí nos dividimos por verticales, y eso lo vamos a seguir profundizando.
Y luego tenemos líneas más nuevas. Una es ciberseguridad, donde tenemos dos canales: uno interno, entonces miramos las tecnologías nuevas y las incorporamos, y otro sobre todo en servicios, donde ofrecemos una propuesta realmente potente. Tenemos toda la parte legal, data privacy, base de datos, procesos, pero a su vez tenemos otra que ayuda justamente a implementar la tecnología basado en partners.
-¿La expansión también puede ser a nivel geográfico?
-Es verdad que está CPA Ferrere, Ferrere Abogados, que estamos en Paraguay, Bolivia... pero en esencia somos un solo grupo y brindamos la misma calidad en todos lados. En servicios tradicionales tenemos la lógica de tener oficinas propias. Por ahora las que tenemos son éstas, si bien siempre miramos oportunidades activamente. En Consultoría las fronteras son más difusas. Hace tiempo que prestamos servicios a Argentina, México, Chile, Paraguay, a un montón de lugares donde no tenemos oficinas, y lo que queremos hacer va más en esta segunda «avenida», o sea, profundizar los servicios que prestamos desde Uruguay hacia el mundo. Creemos que tenemos el talento, no solo nosotros, sino Uruguay.
Q profundizar los servicios que prestamos desde Uruguay hacia el mundo. Creemos que tenemos el talento, no solo nosotros, sino Uruguay.
«Uruguay apunta a las inversiones consolidadas»
-Trabajan con empresas e inversores extranjeros. ¿Cuál es su visión sobre las fortalezas y debilidades del país?
-Empiezo por las desventajas. Uruguay es caro y eso se profundizó con el tipo de cambio. También somos un país chico con una cierta inserción internacional. Pero, tenemos una gran fortaleza: somos una democracia consolidada, que funciona, donde las instituciones y la reglas se respetan. Esto compensa lo otro y lo tenemos que cuidar. Los inversores cuando llegan lo primero que valoran es esto y es por eso que vienen. El que invierte en Uruguay sabe que va a resignar dos o tres puntitos de inversión, pero (el negocio) es estable y tiene reglas claras. No es el inversor que pone su dinero, tiene rentabilidad inmediatamente y al año se va. Te diría que desde antes de la pandemia Uruguay está en el camino de captar inversiones consolidadas, que son más difíciles que estas otras.
Después, vemos que valoran mucho el clima de negocios. Eso es extremadamente valorado sobre todo en la región, entonces anteponen eso a las desventajas. La inversión directa viene bien, hay muchas empresas que les sirve (venir a) Uruguay, pero tenemos esos puntos para mejorar.
-La IA irrumpió para revolucionar los negocios. ¿Cómo ve ese fenómeno aplicado a su sector?
-Con la aparición de OpenAI cambió todo, es increíble no solo lo que podes hacer, sino cómo lo podés hacer y lo fácil que es acceder a esa tecnología. Es una revolución y hay que subirse a ella. Hoy estamos trabajando en un piloto con IA para mejorar procesos.
-¿Qué implica ese piloto?
-Se trata de intentar hacer más dinámica la relación con el cliente. Buscamos poder hacer determinados reportes, que el cliente pueda acceder a través de una plataforma nuestra y que pueda tomar esa información él solo. Para eso la IA está embebida. Nos estamos subiendo a esta ola para que haya cambios y eso va a redundar en una mayor eficiencia y rapidez.
Creo que va a haber una gran reconversión a tareas de mayor valor agregado. Y nos tenemos que sumar a eso, no hay que tenerle miedo a la IA.
-Un punto crítico en torno a la IA es la privacidad de los datos. ¿Cómo cuidan ese aspecto?
-Somos muy celosos de los datos. De hecho, fuimos una de las primeras firmas certificadas en tecnologías de la información. En este caso no se ponen los reportes y se los inserta en el chat o en la web, sino que esto está en un sitio con todas las seguridades. Hoy es un piloto innominado y, es más, los casos que utilizamos no son reales.
-¿Qué impacto tendrá este salto tecnológico en el empleo dentro de los servicios profesionales?
-Creo que va a haber una gran reconversión a tareas de mayor valor agregado. Y nos tenemos que sumar a eso, no hay que tenerle miedo a la IA, por supuesto con el cuidado en la confidencialidad.
-Dada la gama de perfiles de profesionales que integran una firma como Ferrere, ¿logran conseguir el talento que necesitan?
-El mercado está mucho más «caliente» que antes. Ahí tenemos dos situaciones distintas. En los servicios tradicionales, el desafío más grande es darle una excelente propuesta de valor a la gente para seducirla y que pueda hacer carrera con nosotros. En ese sentido, tenemos el sistema híbrido de dos días por semana en la oficina, early friday y otros beneficios. En donde estamos más vinculados a la tecnología, hay un ecosistema de cooperación y competencia que funciona pero es bastante perverso. Muchas veces trabajamos con empresas de software que a su vez nos compiten por los mismos recursos, entonces tenemos que hacer el doble de esfuerzo para ser más atractivos. Ahí ves cómo el mercado laboral necesita más gente. Del otro lado también, porque los que hacen contabilidad, impuestos, se están tirando más hacia lo tecnológico. Nosotros queremos captar el mejor talento sin importar la orientación sexual, política, la raza, ni el país donde esté. Por ejemplo, tenemos personas -pocas por ahora- que están en Paraguay trabajando para Uruguay.
-Está al frente de una organización de cientos de personas. ¿Cuál es su concepto de liderar?
-El principal punto para mí es la cercanía. Claro, solo en CPA somos 650 personas en cuatro países, entonces decís, «¿cómo estás cerca?». Eso lo lográs con distintos equipos que te apoyan, pero no podés liderar una empresa hacia el crecimiento, si no estás cerca. Otra clave es escuchar. También tenés que lograr que todos se contagien de la pasión con la que querés que esto funcione. Eso es difícil, pero si aplicás la cercanía, de a poco lo vas consiguiendo. Ese tipo de liderazgo para mí es clave y es la manera de sostener las cosas a largo plazo.