Carlos Lecueder: el auge de los shoppings y el desafío que tiene Uruguay que "es difícil de resolver"

El director del Estudio Luis E. Lecueder dice que, "para crecer de verdad, el país tiene que tener más mercado", y del "triunfo de lo suburbano"

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Carlos Lecueder, director del Estudio Luis LE. Lecueder.
Leonardo Mainé

“El retail me mueve el piso”, asegura el director del estudio que ha impulsado varios de los principales centros comerciales, zonas francas y desarrollos inmobiliarios del país.

Lecueder nació en Montevideo, tiene 72 años y es contador público por la Universidad de la República (Udelar). Está casado y tiene seis hijos. Futbolero, Lecueder tiene como una máxima la filosofía de jugar en equipo (sus hijos lo acompañan en sus proyectos). El club de sus amores es Nacional.

Uruguay ofrece una estabilidad en sus reglas de juego y una coyuntura económica que lo posicionan como un mercado atractivo para hacer negocios, destaca el director del Estudio Luis E. Lecueder. Los shoppings reflejan ese entorno favorable, con un crecimiento en sus ventas, al igual que lo demuestra la expansión del real estate y de las zonas francas de servicios. Pero también hay desafíos, acota el empresario, el principal y “muy difícil de resolver” es que tiene “poco mercado” por su baja y cada vez más envejecida población, así como por la falta de mayor apertura al exterior. A continuación un resumen de la charla.

-Los shoppings crecieron entre 8% y 10% en el primer cuatrimestre del año. ¿A qué atribuye ese desempeño?
-Lo que vemos es que los shoppings están teniendo un crecimiento muy interesante. Pensemos a nivel país, un país que crece al 8% es muy exitoso y en los shoppings estamos en esa situación. ¿Cuáles son las causas? Diría que hay una multiplicidad de causas. En primer lugar, la economía tuvo, después del auge de la década de oro de 2005 a 2014, un período 2015-2019 que fue gris y por tanto lo fue para el consumo y los shoppings. En 2020 pasó lo que pasó con la pandemia, pero en 2021 hemos empezado a crecer, primero recuperando y ahora creciendo. La economía hoy ha crecido por encima de 2019, quiere decir que razonablemente el consumo debería estar entonces también por encima. Tenemos un salario real por encima, una desocupación por debajo y tenemos sobre todo un ingreso medio de hogares por encima. Si a eso agregamos, que el año pasado teníamos el factor Argentina y ahora no está más, lo que tenemos entonces es una puesta al día en el consumo y con esos fundamentos muy claros y reales.

-Desde esa coyuntura, ¿cómo ve el impacto del año electoral en las decisiones de negocios?
-Con respecto a lo electoral, me parece importante que Uruguay le ha mostrado al mundo que en los últimos 40 años hemos tenido gobiernos de los tres partidos políticos principales y el Uruguay sigue siendo el Uruguay. Es un país confiable, creíble y que dentro de los márgenes de la política y de cada partido se mantienen las reglas de juego, en general uno puede trabajar tranquilo de poder planificar en el largo plazo. Y eso nos ha llevado a que elaboramos nuestras políticas sin pensar en un cambio de gobierno.

-Ahora, ¿qué cosas le faltan al Uruguay para crecer mirando al futuro?
-El Uruguay el primer tema que tiene, y que es muy difícil de resolver, es su poco mercado. Tenemos un mercado interno muy chico y nos falta abrirnos más al exterior. Para crecer de verdad el país tiene que tener más mercado. Uruguay no ha crecido desde el punto de vista demográfico y tiene una población que se ha envejecido un poco. Eso sucede en el mundo, no sólo acá, pero es un gran límite que tenemos. También hay que crecer más hacia afuera, el Mercosur nos encorseta y a veces las políticas de apertura no son lo suficientemente necesarias. Dentro de ese poco mercado, Uruguay ha hecho las cosas muy bien, bastante bien -cada uno puede calificarlo diferente-, porque tenemos el mejor producto bruto per cápita de América Latina y un montón de indicadores muy buenos, así como otros que no lo son tanto. Uruguay tiene que ser más competitivo y para eso uno de los principales temas es bajar el costo del Estado. No digo bajar las prestaciones, sino tener un Estado más eficiente, que le pese menos a la economía. Tenemos que seguir mejorando la educación, se dieron pasos ahora. En seguridad también, hay que seguir en la línea de mejorar. En el largo plazo el desafío es educar mejor.

El Uruguay el primer tema que tiene, y que es muy difícil de resolver, es su poco mercado. Tenemos un mercado interno muy chico y nos falta abrirnos más al exterior. Para crecer de verdad el país tiene que tener más mercado.

-Ha desarrollado shoppings en el interior y la zona franca WTC Free Zone en Punta del Este. ¿La descentralización es una tendencia de futuro?
-Nosotros crecimos haciendo proyectos de cierto tamaño en Montevideo, tamaño que de pronto no sería apto para una ciudad del interior que tiene menor población y consumo. Lo que empezamos a hacer allá por 1999 fue dimensionar un proyecto, Salto Shopping, que empezó a funcionar y con esa viabilidad comenzamos a trabajar las demás obras. El interior ofrece muchas alternativas, el gran tema es ver cómo adaptarnos al tamaño de la ciudad. Una ciudad chica debería tener un mercado chico, un shopping más chico, pero si es muy chico no es viable económicamente. Es el equilibrio que tenemos que hacer, entonces por eso hemos ido creciendo. Ahora, el eje Punta del Este-Maldonado y sus alrededores es una realidad diferente, se disparó en la pandemia, no mantuvo el nivel de crecimiento que tuvo en 2020 y 2021 pero está consolidado como casi la segunda zona del país. Creo que Uruguay está siguiendo una política de descentralización en muchos aspectos, en la educación, en las empresas. Es un proceso lento pero que se irá dando.

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-El real estate y el retail se van expandiendo hacia el este. ¿Cómo lee este fenómeno?
-Montevideo creció hacia el este en términos históricos y lo que ha habido es gente que quiere vivir más en contacto con la naturaleza. Ese es el espíritu y eso se potenció brutalmente en la pandemia. En la pandemia se dio el gran triunfo de lo suburbano, y eso empezó a hacer que la demanda de metros cuadrados se dio hacia el este. Eso produce cambios, porque hay gente que deja otras viviendas (para mudarse a esa zona) que a su vez son ocupadas por otra gente y se genera una movilidad urbana muy interesante. Otro cambio que se ha dado es la disminución del tamaño de las unidades habitacionales. Influye el proceso de vivienda monoparental; la pareja que se divorcia y de tener una vivienda requiere tener dos pero dos viviendas chicas. Eso ha hecho que hoy la gran demanda es de apartamentos de uno y dos dormitorios. El de tres dormitorios ha caído en la demanda, cuando hace 30 años era el componente principal. A eso se suma la gente joven que se va a vivir sola, que tiene demanda por espacios de menor tamaño y menos posibilidad de pago también y eso cambia un poco el mercado.

-Somos pocos y cada vez más envejecidos, ¿cómo afectará esa tendencia a los negocios?
-Si no crecemos en gente, hay mercados que se van a ir frenando. La construcción hoy está edificando y mucho, y está satisfaciendo, primero, a la gente que se divorcia; segundo, a la gente que se va a vivir sola y tercero, a inversores. Eso mueve al mercado, pero si dentro de cinco o diez años la población cae, entonces en algún momento se va a parar. Eso es empleo que se frena, trabajo e inversión que no se generan. Y eso necesita Uruguay para crecer. El tema poblacional está en la base de todo lo que vayamos a estudiar del Uruguay del futuro.

El tema poblacional está en la base de todo lo que vayamos a estudiar del Uruguay del futuro.

-En el retail a veces surge casi como una dicotomía del futuro del sector: centros comerciales o e-commerce. ¿Cómo lo ve?
-La venta por Internet ha crecido mucho y seguirá creciendo. El futuro es la combinación, es la omnicanalidad. Hoy voy a comprar algo, tomo el celular, investigo y luego voy a (un local a) comprar. Internet tiene la ventaja de que me muestra todo en el acto y el shopping tiene la ventaja de que puedo probar, tocar, sentir, vivir una experiencia social de compra y de visita. Hay una complementación. Entonces, al que esté en retail físico y no atienda a Internet no le irá bien y viceversa.

-Una palabra de moda en los negocios es innovación. ¿Qué es para usted ese concepto?
-Yo a veces trato de, más que decir innovación, decir hagamos las cosas bien. Eso viene primero, porque a veces uno sabe lo que tiene que hacer, el tema es hacerlo bien. La innovación es necesaria y fundamental para un mundo que quiere avanzar. Para los que somos mayores nos cuesta más porque tenemos que estar cambiando a una velocidad que no estábamos acostumbrados. La dificultad es a veces pensar de esa innovación, qué es lo que vino para quedarse y qué es una tendencia pasajera.

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