Negocios

Silvana Nicola

Los helados artesanales de Chelato no solo conquistan a los consumidores, sino también a nuevos socios de negocio y la empresa está en plena expansión, tanto en Uruguay como en Paraguay.

Hoy cuenta con 26 locales en Uruguay. En los próximos días, abrirá uno en Carrasco, el mes próximo inaugurará otros dos: uno en el centro de Montevideo y otro en La Tahona (Canelones). Con miras a 2022, tiene cuatro aperturas programadas para marzo.

«Todos los años llamamos a franquiciados», informó su director, Nicolás Baladón, que ya concretó sociedades en siete departamentos. Los interesados podrán manifestarse hasta el 31 de octubre, cuando la empresa cerrará el período de franquicias, planificará su zafra anual y establecerá su capacidad productiva.

En Paraguay, donde Chelato aterrizó en 2019 y cuenta con 10 locales -y prevé finalizar el año con 13- la firma también crece a través de franquicias. La inversión requerida ronda los US$ 30.000. «La respuesta mágica que todos quieren oír es cuál es su rentabilidad; en Chelato la inversión se amortiza en un año», apuntó.

La franquicia se hace llave en mano: el negocio queda armado y listo. La empresa se encarga de todo el proyecto, brinda su know-how, asume la comunicación y enseña sobre la filosofía de la marca. «Nuestro distintivo es la experiencia», dijo Baladón.

La innovación en sabores es otro de los pilares. Sin ir más lejos, esta semana Chelato lanzó uno nuevo de cerveza artesanal IPA, creado con Montevideo Beer Company. La heladería tiene 36 gustos que rota trimestralmente, entre ellos los «raros», que les dieron fama. En sus inicios en el MAM, estrenaron desde el gusto yerba hasta queso de cabra con almendras.

«El sistema de franquicias crece en todos los rubros y cada vez más empresas se animan a dar el salto. Al mismo tiempo, la gente descubre las enormes ventajas y la cantidad de atajos que tiene no iniciar un proyecto de cero», reveló Baladón desde Asunción, donde ajusta detalles con tres nuevos socios.