Con una inversión de US$ 1,5 millones, la empresa uruguaya Seler, referente en soluciones de aire comprimido, gases y vacío para el sector corporativo, inaugurará su nueva sede, lo que le permitirá triplicar su área de trabajo e incrementar en un 50% su negocio en un plazo de tres años.
Para la firma, que cuenta con 30 años en el mercado local, este es un paso importante para afianzar su crecimiento, analizó Sergio Colina, su director ejecutivo.

«Hace 17 años que estábamos en ese espacio (en el barrio La Unión) por su excelente ubicación y ahora retomamos el proyecto que teníamos de la nueva sede que habíamos comenzado hace dos años pero que tuvimos que pausar. Ahora tendremos un moderno edificio, para el que hicimos un proyecto desde cero pensado especialmente para la compañía, con un taller que cumple con las últimas especificaciones profesionales para la industria. Somos líderes en el mercado y buscamos un espacio acorde a ese lugar, un edificio institucional que refleje eso», indicó.

El terreno ocupa unos 500 metros cuadrados (m2) y las nuevas oficinas casi duplicarán esa área, alcanzando los 1.000 m2 en altura con tres pisos. El plan, adelantó Colina, es que la obra esté pronta en marzo del año próximo.

El impacto de la inversión se verá directamente en la productividad, adelantó el director ejecutivo, quién estima que crecerá «considerablemente». De hecho, una de las áreas que más se potenciará es su taller, que contará con tres áreas de trabajo en simultáneo. Asimismo, sumarán un espacio destinado a sala de entrenamiento para clientes. «Ahí podremos, por ejemplo, hacer training sobre compresores de última generación. Con esta inversión, haremos el trabajo más eficiente y, con ello, atenderemos más clientes al mismo tiempo», detalló. Hoy la empresa emplea a 25 personas y, entre sus objetivos, está aumentar su equipo.

Si bien el principal negocio de Seler se centra en su producto de aire comprimido, Colina aclaró que un diferencial de la firma son los servicios asociados para que cada cliente «aproveche al máximo los recursos». «El aire comprimido es un insumo más, como lo es la electricidad o el agua, para el funcionamiento de la industria. Si falla, afecta la producción. Por ello, trabajamos mucho en ingeniería para asesorar sobre el equipamiento más adecuado para cada cliente o cuál es la calidad de aire que necesita. Luego viene la venta, pero también es importante el soporte de posventa porque estas máquinas tienen una vida útil de 10 años», dijo.

Pero la mejora de los costos no solo depende de la tecnología, sino también del asesoramiento y las auditorías que lleva a cabo Seler. «Estudiamos la situación de los clientes para mejorar sus costos. Por ejemplo, conectamos equipos que registran los datos del sistema de aire, luego trabajamos con un software y hacemos un informe sobre dónde hacer el sistema más eficiente para que baje costos y ahorre. No se trata de vender un nuevo compresor, sino de ayudar al cliente para que produzca de forma más eficiente y, por lo tanto, sea más competitivo. Hemos detectado empresas donde el 40% del aire se va por fugas en las cañerías», resumió.