URUGUAYOS POR EL MUNDO

Creció en Tacuarembó, fue contratado por Google y vela por un uso ético de la inteligencia artificial

El uruguayo Sebastián López empezó como pasante en el gigante de Silicon Valley y hace más de cinco años que trabaja en sus oficinas de Nueva York.

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Sebastián López en los headquarters de Google, en California.
Sebastián López en los headquarters de Google, en California.

A los 13 años Sebastián López empezó a trabajar en la sala de cine de su familia, en Tacuarembó. Era la única del departamento. Frente a sus ojos, en la pantalla grande, se abrió un mundo de posibilidades. «Vivía historias que no tenía acá cómo experimentarlas. Eso me despertó la curiosidad de querer conocer el mundo», cuenta de visita en Uruguay, mate en mano.

Seguramente ese niño nunca imaginó que iba a terminar trabajando en la sede de Nueva York de una de las compañías tecnológicas más importantes del mundo, Google.

Lo reclutaron para una pasantía en 2017, a los pocos meses de haber iniciado un MBA en la Universidad de Duke, en Carolina del Norte. En su primer día como pasante conoció a su marido. Y desde ahí, nunca se fue.

Sebastián López en su ceremonia de graduación de Duke University.
Sebastián López en su ceremonia de graduación de Duke University.

Estuvo dos años en el área de anuncios y luego quiso enfrentarse a un nuevo desafío, así que solicitó trasladarse al proyecto de cloud (datos en la nube). Para eso tuvo que pasar por un proceso de entrevistas casi tan riguroso como si no hubiese estado en la compañía. «Google te alienta a que cambies de área porque creen que vos traés lo que aprendés en otro lado», sostiene López.

Desde junio de 2020 ocupa el cargo de technical account manager en Google Cloud Platform donde trabaja con clientes corporativos del calibre de Spotify.

Sebastián López Google
Sebastián López en las oficinas de Google, en Nueva York.

Además, la nube, explica el ejecutivo uruguayo, es una de las bases para el desarrollo de las herramientas de inteligencia artificial (IA) que se hicieron masivas a principios de este año.

«Ya se hablaba del tema (IA) desde hace años, fue Google quien la impulsó en 2017 con la arquitectura Neural Networks. Empecé a estudiar mucho, me preparé, leí libros, quería entender, así que cuando saltó todo yo ya lo veía venir. Lo importante es hacerlo con responsabilidad», afirma el ingeniero.

Después de un viaje en solitario a Perú, donde el desafío de subir el Machu Picchu le brindó una nueva perspectiva, López se propuso estudiar el aspecto ético de esta tecnología que tiene potencial de cambiar al mundo.

«Estudié la ciencia, estudié el negocio, y ahora voy a estudiar filosofía para poder trabajar en el área de ética y desarrollar la inteligencia artificial de forma responsable. Tengo muchos intereses y está bueno formar un perfil que combine las tres áreas», adelanta. El plan queda para 2024, cuando tome su licencia paternal de seis meses.

De Tacuarembó a Nueva York

Después de cursar primaria y secundaria en la educación pública -cuya calidad de formación es destacada por López-, el ejecutivo se mudó de Tacuarembó a Montevideo para estudiar Ingeniería en Sistemas en la Universidad ORT. Se decantó por esa carrera porque estaba «en ebullición y no sabía dónde podía terminar».

Trabajó desde segundo año: fue asistente de cátedra en ORT, pasó por las empresasIsbel y Quanam, donde se incorporó por recomendación de uno de sus docentes. Al tiempo, de nuevo, tuvo ganas de ver qué había más allá y se propuso estudiar un MBA en el exterior.

Durante esa búsqueda rechazó una importante beca, porque le implicaba volver a Uruguay al terminar el máster. López no sabía «qué iba a suceder después» y prefería tener todas las puertas abiertas. «No es menor que 'salí del clóset' cuando llegué a Montevideo. Eso lo sentí muy liberador, entonces la libertad es algo que valoro mucho», reflexiona.

Evaluó distintas opciones académicas y eligió la Universidad de Duke, lo que lo llevó a mudarse a Carolina de Norte. En el primer semestre sus profesores le resaltaron la importancia de tener un buen currículum para conquistar a los reclutadores que cada año van al campus en busca de talentos para incorporar a sus equipos. A los pocos meses de haber empezado la carrera ya tenía asegurada una pasantía en Google Nueva York. Más allá de la oportunidad, lo que lo convenció del gigante tecnológico fue su espíritu descontracturado, amable y abierto. «Ahora estoy del otro lado y hago entrevistas a candidatos. Siempre nos dicen que los tratemos de forma googly, amables y con buena onda», afirma.

En 2020 fundó, junto a Victoria Suárez, Codiversity, una empresa de impacto social «con el propósito de acercar la tecnología a todas las personas». «Creamos una herramienta que ayuda a la gente a desarrollar habilidades de modo eficiente para adaptarse a tiempo al futuro del trabajo», concluye.

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