Historias de seis empresarios locales y su primer empleo; qué aprendieron y qué aconsejan a quienes comienzan

Alejandro Ruibal, Ana Inés Echavarren, Marcos Guigou, Martín Guerra, Mariella De Aurrecoechea y Marcel Burgos recuerdan sus primeros pasos en el mundo laboral y cómo influyeron en sus carreras

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Alejandro Ruibal, Ana Inés Echavarren, Marcos Guigou, Martín Guerra, Mariella De Aurrecoechea y Marcel Burgos
Alejandro Ruibal, Ana Inés Echavarren, Marcos Guigou, Martín Guerra, Mariella De Aurrecoechea y Marcel Burgos.

Por Antonio Larronda

Ya sea por un aviso del Gallito Luis, recomendación de un profesor de carrera o por emprendimiento familiar, el primer empleo de empresarios y ejecutivos consagrados coincide en algo: aparejó ansiedad, miedos y dudas de estar a la altura de las circunstancias.

Alejandro Ruibal (Saceem), Ana Inés Echavarren (Infocorp), Martín Guerra (InCapital), Marcos Guigou (Agronegocios del Plata),Marcel Burgos (Marcel Calzados y Rodelú) y Mariella de Aurrecoechea (Deloitte) se animaron a contar sus inicios, temores y aprendizajes al comenzar sus trayectorias laborales.

Al mirar en retrospectiva, el balance es positivo y las enseñanzas perduran hasta hoy. Algunos las aplican en otros trabajos, otros en la propia empresa donde hicieron carrera y llegaron a puestos de jerarquía.

Entre los aprendizajes, destacaron conocer las dimensiones de un negocio global, entender la importancia de estar a la par de todos los funcionarios, poner pasión y compromiso a la tarea, estar dispuesto a aprender, mantener la humildad y elegir bien el equipo de trabajo.

Alejandro Ruibal, vicepresidente comercial y de operaciones de Saceem
Alejandro Ruibal
Alejandro Ruibal, de Saceem.
Leonardo Maine/Archivo El Pais

En su oficina, el vicepresidente comercial y de operaciones en la constructora Saceem, mantiene encuadrada la publicación del Gallito Luis con la que ingresó a la empresa, hace 30 años. «Es para recordar de dónde vine y las oportunidades que da esta empresa», comentó. Un año antes de que eso pasara, ingresó a su primer trabajo en el rubro, en la empresa constructora Raúl Clerc. «Cursaba la carrera de ingeniería y un profesor me dice que si quería trabajar con él, fuera al otro día. Fui y el primer día comencé a dirigir una obra, a trabajar con un capataz. Tenía los miedos típicos de decir cómo hacer las cosas a uno que hace años que las hacía», recordó. Para superar esto, se propuso fortalecer las relaciones humanas. «Jugaba al fútbol en el equipo de la obra o iba a los asados de obra. El trabajo es circunstancial, las personas nos relacionamos todo el año», reflexionó Ruibal. Precisamente, de esa primera experiencia rescató la importancia de relacionarse con todos por igual y no ponerse por encima. De hecho, su consejo pasa por mantener la humildad, la paciencia de tratar de explicar las cosas y sobre todo, «ponerle pasión a lo que se hace». «Si la gente lo ve, lo valora», aseguró.

Ana Inés Echavarren, CEO de Infocorp
Ana Ines Echavarren
Ana Ines Echavarren, CEO de Infocorp.
Francisco Flores/Archivo El Pais

Aterrorizada. Así recuerda su primer día de trabajo la actual CEO de Infocorp. Sus inicios fueron en la empresa Ideacorp
cuando tenía 20 años. Esa experiencia surgió gracias a un profesor de la Facultad de Ingeniería (UdelaR) que la invitó a hacer «una pasantía de cuatro horas». Antes había dado clases particulares de matemática, física e inglés. «Ese primer día no escuché hablar de tecnología, sino de esta como una herramienta para negocios. Me hablaron de notas de crédito, de débito, y yo ni sabía que era», recordó. Pero lejos de amilanarse, tomó nota y por la noche consultó a su padre. «Él tenía libros sobre eso y me pasé estudiando para entender», explicó. En la empresa estuvo cinco años y sobre ella fue su tesis que luego se transformó en parte de un producto. Pero sobre todo, ese primer paso le permitió entender las dimensiones de un negocio global. «A partir de mi tesis surgió la oportunidad de hacer una implementación en Canadá y yo era una de las únicas que hablaba inglés y algo de francés. Gracias a la empresa abrí los ojos al mundo», analizó. A quienes recién comienzan, aconsejó «probar de todo y equivocarse». «Hoy los cambios son constantes y rápidos, y cuanto más experiencia diversa, mejor», remató.

Martín Guerra, fundador y director de InCapital
Martin Guerra, fundador y director de InCapital
Martín Guerra, fundador y director de InCapital
Gentileza InCapital

«Yo no sé otra cosa que remar mucho, todo me cuesta sacrificio», enfatizó el empresario. Hoy dirige InCapital -que también fundó- e integra el directorio de Linzor Capital en Uruguay; antes había creado y liderado Pronto! y fue country head de Scotiabank.
Pero no siempre estuvo en las grandes ligas. Sus primeras armas en el mundo laboral las hizo como DJ y al frente de una verdulería con dos amigos. A los 18 años abrió la empresa BGV servicios financieros, a la postre su conexión con ese mundo. «Fue lo que identifico más con mi primer trabajo. Duró 12 años con buenos y malos momentos. Por ejemplo, invertimos los únicos US$ 400 en dos viajes a Buenos Aires para conseguir algún cliente. Recién después del segundo llegó ese llamado», rememoró. Fue este proyecto el que lo llevó a conocerse como empresario. «Me ayudó a fortalecer aspectos que creí importantes para las nuevas empresas que fui fundando, como poner foco en tener el mejor equipo complementario a mis habilidades y corregir rápido cuando aparecen problemas», aseguró. En su carrera ha sido clave su visión de largo plazo y «pensar en grande». «Si bien no me imaginaba exactamente donde estoy hoy, puedo afirmar que era bastante similar», dijo.

Marcos Guigou, director de Agronegocios del Plata (ADP)
Marcos Guigou
Marcos Guigou, director de Agronegocios del Plata.
Darwin Borrelli/Archivo El Pais

El director de Agronegocios del Plata (ADP) es un «hombre de campo», y como tal, desde muy joven hizo tareas relacionadas al agro en el predio familiar. Su primer trabajo fue en ese ámbito. «Normalmente en el campo se trabaja para la familia, en mi caso fue diferente, se me ofreció un trabajo con una remuneración y un poco más adelante un premio por resultado», aclaró. Aseguró que al ser su primer empleo lo hizo con mucha «dedicación» por la responsabilidad de «trabajar en algo muy importante para la familia». Por eso, en sus inicios los temores pasaban por «no estar a la altura de lo que se necesitaba», si bien conocía las tareas y había terminado la carrera de ingeniero agrónomo (solo le faltaba la tesis).

Estuvo 11 años en la empresa y en paralelo desarrolló proyectos personales. Como principal aprendizaje destacó la importancia del relacionamiento humano. «Tenía mucho tiempo de convivencia en el campo, viviendo y comiendo juntos, y me hizo entender lo importante que son las personas para cualquier desarrollo». En base a su experiencia, aconsejó: «identificar si lo que uno hace está en línea con lo que le gusta, el compromiso, la superación y las ganas de aprender y aplicar» esos conocimientos.

Mariella De Aurrecoechea, directora de Estrategia e Innovación y líder de Cambio Climático de la consultora de Deloitte para Spanish Latin America.
Mariella de Aurrecoechea, directora de Estrategia e Innovación y líder de Cambio Climático de Deloitte para Spanish Latin America.
Mariella de Aurrecoechea, directora de Estrategia e Innovación y líder de Cambio Climático de Deloitte para Spanish Latin America.
Archivo EL Pais

El 1° de septiembre de 1991 De Aurrecoechea ingresaba con «felicidad y orgullo» a Deloitte. Y no se fue más. Hoy es directora de Estrategia e Innovación y líder de Cambio Climático de la consultora, en ambos casos para Spanish Latin America. Sobre sus sensaciones en el primer día de trabajo, describió: «Estaba entrando a trabajar en una de las firmas de contadores más reconocidas del país». Esa misma felicidad, sumada a su osadía, la ayudaron a superar los primeros días sin temores y con mucho entusiasmo, comentó.

Un pilar de su carrera ha sido su predisposición a aprender, lo que le ayudó a llegar a dos puestos de liderazgo internacional «que nunca imaginé ostentar», señaló. «Fue gracias a esforzarme, a estar dispuesta a aceptar las oportunidades que se me presentaron, entrenarme y adaptarme a los cambios». Esa misma actitud le sumará una nueva responsabilidad: el 1° de junio asumirá como presidenta del Board de Deloitte S-LATAM.

Su consejo para quienes empiezan es que sean «esponjas». «Estén dispuestos a aprender de todo, lo que les gusta, lo que no tanto, de sus pares, superiores y clientes. De todo pueden aprender y háganlo con alegría», concluyó.

Marcel Burgos, fundador de Marcel Calzados y socio de Rodelú
Marcel Burgos, fundador de Marcelo Burgos y socio de Rodelú
Marcel Burgos, fundador de Marcelo Burgos y socio de Rodelú
Francisco Flores/Archivo El Pais

Inquieto y con actitud emprendedora. Ya de niño, Marcel Burgos buscó tener sus ingresos. De chico vendió plantas, luego puso un kiosco y cortó pasto. Su ingreso al mercado laboral formal fue a través de un aviso del Gallito Luis. Así entró en Opec, un instituto de inglés. Allí estuvo un año y luego siguió su camino en la tienda Mango de Montevideo Shopping. Con el tiempo, emprendió su negocio, Marcel Calzados, y se convirtió en socio en las pizzerías Rodelú.
Al ver hacia atrás, recordó los nervios de los primeros días en Opec. «Tenían un sistema tipo americano que por cada venta se tocaba una campana. Comenzábamos con una charla inspiradora para salir a devorar la calle», evocó. Sus principales temores pasaban por estar a la altura de la circunstancias, algo que aún le pasa. «Sobre todo animarme a realizar ventas en frío», explicó.
Burgos rescató de sus inicios, la importancia de prepararse, motivarse y animarse a romper el hielo. A las nuevas generaciones les recomendó: «preparen su currículum para lo que les apasione hacer y en lo que estén dispuestos a dar su 100%. Si no se llega a esa oportunidad, hay que tener otro plan, del B al Z, de cosas que harían».

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