Cuellos de botella y estrategias de empresas uruguayas ante la vuelta del "made in China"

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Bajo medidas de seguridad e higiene, las fábricas de China van volviendo a la normalidad.

INFORME

Empresas locales revisan logística, costos y demanda interna para importar desde el gigante asiático

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La industria china está encendiendo sus motores luego de la pausa tan abrupta como forzosa que infligió el coronavirus. Pero para las empresas uruguayas que fabrican en el gigante asiático la reactivación es solo un factor dentro del esquema de la demanda de productos para los próximos meses, la cual adelantan bajará por la caída del consumo en Uruguay.

Ya en el primer trimestre del año Uruguay importó desde China bienes y productos por US$ 351,6 millones, un 10% menos que en el mismo período de 2019, según datos procesados por el instituto Uruguay XXI. En volumen, en cambio, se registró un aumento: 88.000 toneladas ingresaron al país entre enero y marzo de 2020 frente a 82.900 toneladas en 2019. Desde el instituto explicaron que el incremento obedeció al crecimiento de la compra de abonos, con casi 20.000 toneladas, lo que representa un cuarto del total de las importaciones.

Con esa excepción, el resto de las categorías redujeron las importaciones tanto en dinero como en kilos. En «vestimenta, calzado y otros textiles» las compras a China cayeron en un año de US$ 71,1 millones a US$ 59,7 millones, y pasaron de 6.600 a 6.400 toneladas.

Entre enero y marzo, las importaciones de Uruguay desde China totalizaron US$ 351,6 millones, un 10% menos que en el mismo período de 2019, según datos de Uruguay XXI

Ahora, las empresas de calzados están recibiendo pocos productos desde China. Esto se debe a que en realidad las tiendas recibieron la mayoría de la mercadería para la temporada de invierno antes del feriado del año nuevo chino (el 25 de enero pasado) y del brote de la pandemia, explicó Herminio Castro, presidente de la Cámara de Importadores de Calzado y director de la importadora Abiler y de Vezzo Calzados.

«La pandemia en la entrega de mercadería nos afectó, pero relativamente poco», matizó. Solo un 10% o 15% de los embarques de la empresa tuvo contratiempos, por ejemplo, demoras de hasta 30 días en llegar al país. «Esta semana me está llegando uno de los pocos pedidos que me quedaron pendientes», acotó Castro.

Al igual que el calzado, la industria de la vestimenta uruguaya depende de la factoría de Oriente. El inicio del coronavirus en China, sumado al receso de fin de año en el país, provocaron que las fábricas textiles demoraran hasta 45 días en volver a producir; hoy están en un 95% de su capacidad, estimó Fernando López, director de la cadena Urban Haus.

Cuando comenzó la pandemia en China y para evitar problemas de abastecimiento, López acordó con sus proveedores que le adelantasen la producción dos o tres semanas y pidió más turnos a la fábrica.

Castro y López coincidieron en que los contratiempos en China habrían tenido un peor efecto si las tiendas en Uruguay hubieran seguido abiertas. Al no abrir al público, no hay ventas masivas y con eso se contiene el problema de inventario.

Hay quienes creen que en una mirada de corto plazo la logística del comercio entre Uruguay y China puede enfrentarse a algunos cuellos de botella. «Hay una gran presión por ver quién consigue lugar. La pandemia retrasó todo y hay un congestionamiento de disponibilidad de barcos viniendo para estos lados importante», evaluó Antonio Bazzino, director de la empresa de agroquímicos Proquimur.

La pandemia retrasó todo y hay un congestionamiento de disponibilidad de barcos viniendo para estos lados importante"

Antonio Bazzino, gerente comercial de Proquimur
Antonio BazzinoDirector de Proquimur

«Tenía embarques para el 10 de mayo que se me están corriendo para fin de mes porque no hay lugar. Eso puede llevar a que puntualmente tengamos quiebre de stock».

Proquimur, que produce el 90% de sus materias primas en China, sorteó la pandemia porque el COVID-19 se desató en una época de baja actividad para la firma, así que se enfocaron en adelantar compras y prepararse para cuando lleguen las zafras en el campo.

El presidente de la Cámara de Comercio Uruguay-China, Gabriel Rozman, reconoce que la parte logística «está difícil» pero recalcó que los envíos desde Asia siguen llegando a Uruguay. «Vemos algunas aerolíneas que se están reconvirtiendo de transporte de pasajeros a cargo, entonces llegan, se hacen negocios», remarcó. Para Rozman, tan importante como eso es que Uruguay esté «listo para ir a China». Según cuenta, la reactivación en el gigante asiático está «bastante avanzada» a nivel de fábricas y enclaves como la oficina de Zonamerica China.

Algunas de las empresas que ya van a China con fines de producción han barajado cambiar de proveedor en plena incertidumbre derivada del COVID-19. Al desatarse la pandemia en China y mientras no se extendía a más países, Urban Haus se apoyó en proveedores de Argentina y Brasil.
Sin embargo, desistir de China es complicado por su escala, capacidad de producción y bajos costos, pero también porque el resto del mundo todavía está paralizado.

«No hay muchas más alternativas a India y China para abastecerte de productos. La industria está concentrada en esos dos países, no es sencillo», explicó Bazzino.

A distancia

El gobierno chino está adoptando medidas para reimpulsar la venta de productos dentro del mercado interno así como al resto del mundo.
El gobierno chino está adoptando medidas para reimpulsar la venta de sus productos dentro del mercado interno así como al resto del mundo. (Foto: AFP)

Más que la logística y el suministro desde China, a los empresarios locales les preocupa ahora la reactivación de la economía y el consumo doméstico.

«El problema más importante que tenemos hoy no es el de la actividad o no en China, es el problema local», zanjó Castro. Y agregó: «Hace dos meses que prácticamente hay venta cero, esto se suma al aumento del dólar que son dos circunstancias que pesan en la balanza». Sin embargo, aclara que entre sus colegas percibe preocupación pero no desazón.

El problema más importante que tenemos hoy no es el de la actividad o no en China, es el problema local"

Herminio Castro, director de Vezzo Calzado.
Herminio Castro Director de Vezzo Calzado

La crisis económica golpea directamente en las compras que las empresas uruguayas proyectan hacer en los próximos meses a China.

«Seguramente las compras en Oriente van a ser menores», proyectó Castro. La incertidumbre sobre el nivel de reactivación del consumo interno, el cierre masivo de tiendas y el stock sin colocar llevan a una reducción de la urgencia y el volumen de los pedidos.

«Hoy lo que estamos buscando es flexibilizar las compras para continuar un espejo de lo que pueda resultar el consumo en Uruguay», afirmó López.

Así como en Uruguay, la crisis causada por la pandemia se replica en casi todos los países sin excepción. Para China, reconocida como la «fábrica del mundo», la recesión global puede desembocar en cancelaciones de pedidos y ajustes a la baja de las condiciones de compra de sus clientes así como la renegociación de sus precios, con tal de reactivar su economía a plena capacidad. Dentro de fronteras se apalanca en el consumo, que hoy equivale al 90% de lo que registraba antes de la pandemia.

Hoy lo que estamos buscando es flexibilizar las compras para continuar un espejo de lo que pueda resultar el consumo en Uruguay»

Fernando López, Urban Haus
Fernando LópezCEO de Urban Haus

Tras la reapertura de fábricas en China, Bazzino nota «mucha virulencia» en los precios dentro de su rubro. «Hoy China aplica muchas medidas para reactivar su economía, por ejemplo, aumentó un 3% la (deducción) de impuestos a los formulados de origen chino para promover la exportación de productos terminados (que son competidores). Eso nos impacta», admitió.

A la Cámara de Comercio Uruguay-China están llegando mensajes desde el gigante asiático manifestando la intención de ayudar y profundizar las relaciones y los negocios con Uruguay y la región, destacó Rozman. «Soy muy optimista de que el lugar más rápido y fácil para hacer negocios en el plazo inmediato en que se abran las fronteras será China; están muy preparados para recibirnos».

"Soy muy optimista de que el lugar más rápido y fácil para hacer negocios en el plazo inmediato en que se abran las fronteras será China; están muy preparados para recibirnos"

Gabriel Rozman, presidente de la Cámara de Comercio Uruguay-China
Gabriel RozmanPresidente de la Cámara de Comercio Uruguay-China

Negociar con China siempre ha requerido de una estrategia particular, pero con la pandemia el proceso se volvió un poco más complejo. La diferencia cultural y de husos horarios persisten, pero también más de un empresario lamenta la suspensión de ferias comerciales en China, donde se cierran acuerdos, y el no poder negociar de forma presencial en vez de interactuar a través de Zoom. Como dijo con humor un empresario: «Ahora no sé quién miente y quién no».

Fábricas extreman controles

El uso de tapabocas es un requisito básico para los trabajadores (Foto: AFP)
El uso de tapabocas es un requisito básico para los trabajadores. (Foto: AFP)

La reapertura de empresas en China comenzó en febrero en medio de estrictas medidas de higiene. El Consejo de Estado de China exige desde entonces a las empresas el suministro de mascarillas a su personal y el control diario de la temperatura de toda la plantilla. También es obligatorio para los empleadores abrir las ventanas de las oficinas tres veces al día durante media hora.

A causa de la pandemia, ciertos hábitos de la jornada laboral como usar el teclado de huellas dactilares para marcar la entrada y compartir el almuerzo sentados frente a frente, quedaron en el pasado.

Algunas empresas van más allá de las medidas oficiales. Tal es el caso del ensamblador de iPhone Foxconn Technology Group, el mayor empleador privado de China, con más de 1 millón de trabajadores. En su fábrica de Zhengzhou organizó a su plantilla en grupos de 20 trabajadores que conviven día y noche para hacer un seguimiento de la salud, indica un aviso del gobierno de esa localidad, según informó The Washington Post.

Los asientos de la cafetería de la fábrica tienen etiquetas con códigos QR que son escaneados por los trabajadores de forma de proveer trazabilidad a la empresa sobre quién se sentó dónde y cuándo. En las instalaciones de la compañía no faltan las cámaras de video infrarrojas que toman la temperatura corporal de los empleados a medida que recorren el lugar. A la hora de descansar, los trabajadores que pernoctan en el complejo de la empresa deben dejar sus abrigos y bolsas en un lugar para la desinfección.

Los que salen de casa a trabajar tienen que presentar un pase de regreso al trabajo otorgado por el empleador, y son habilitados a desplazarse si el código de salud otorgado por el gobierno se pone verde en el celular. Solo así prueban que gozan de buena salud y son autorizados a viajar.

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