Por Antonio Larronda
Florencia Iglesias tiene 37 años y desde siempre le apasionó resolver problemas.
La idea de The software evolution (These), su emprendimiento. se gestó hace 12 años. Infocorp, empresa en la que trabajaba, la envió a Colombia para solucionar un problema de calidad en un banco que cotizaba en Wall Street. De ahí volvió con el plan de una empresa de calidad de software en Uruguay.
Abrió en marzo de 2012 con cuatro clientes y reconoce que el camino no fue fácil. Le llevó tres años llegar al punto de equilibro y recién en 2020 despegó. En los últimos tres años triplicó la facturación y pasó de 20 a 90 personas, el 10% de ellas supera los 50 años.
Ahora su foco está en la internacionalización y en nuevos productos. Está casada, tiene dos hijos y disfruta de ver cine y nadar.
En los últimos tres años triplicó la facturación y pasó de 20 a 90 personas, el 10% de ellas supera los 50 años.
En 2012 creó la empresa The software evolution (These) y fue su primera experiencia como emprendedora, ¿qué la motivó a hacerlo?
Dividía mi tiempo entre terminar mi carrera como docente de Biología en el Instituto de Profesores Artigas (IPA) y mi trabajo en el área de calidad de la multinacional de tecnología Tata Consultancy Services (TCS). En Uruguay no existía la formación en control de calidad en tecnología, había algún posgrado en el exterior. En TCS encontré mi lugar en el mundo, el poder trabajar en diferentes industrias dentro de una empresa, como banca, salud, seguros, entre otras. Me atrae y resulta desafiante encontrar y resolver problemas. Luego pasé a Infocorp, donde tuve la oportunidad de viajar a Colombia, a implementar un estándar de calidad en un banco que cotizaba en Wall Street. De esa experiencia traje la idea de crear una empresa en Uruguay de control de calidad.
¿Qué oportunidad de negocios detectó en ese momento para decidir dejar una compañía como Infocorp para abrir su propio emprendimiento?
Veía que la calidad no era el foco de las empresas de tecnología en Uruguay, se dejaba para lo último y vi una oportunidad. Justo el año que dejo Infocorp comienza a evolucionar, se forman las capacitaciones en el Centro de Ensayo de Software (CES), años más tarde elInstituto Nacional de Empleo y Formación Profesional(Inefop) apoya al CES para que se hagan prácticas formativas sobre esto. Y yo venía de implementarlo en Colombia, en ese banco con los estándares más exigentes. Crear la empresa fue muy inconsciente, mi vida tenía algo de caos y de una crisis vi una oportunidad. Pero la verdad es que pensé que sería fácil, que le iba a vender mis servicios a los bancos, pero no fue así.
Comenzó su empresa en algo que no era masivo, siendo joven y mujer, ¿cómo fue ganar los primeros clientes?
Salí a mostrar lo que sabía hacer, con demostraciones gratuitas, visitando clientes personalmente. Al inicio trabajaba en mi casa con una amiga, y capacitamos a mi hermano y mi primo. Además, estaba con quien hoy es mi esposo, que trabajaba para apoyar el inicio. Comencé en enero y ese mismo mes ya conseguí mi primer cliente, antes incluso de formar la empresa en marzo. Tenía contactos de los lugares donde había trabajado, compañeros que se habían abierto en forma independiente. Al inicio comencé a trabajar para empresas muy chicas que brindaban servicios específicos. Durante muchos meses formé personas en mi casa, vendía servicios de consultoría y con eso me financiaba. Cuando abrí, en marzo, logré contratos formales con cuatro clientes y en mayo ya éramos 12 personas en el equipo. En ese primer año nos dimos cuenta que el plan inicial de vender a los bancos no iba a funcionar, los clientes eran empresas de software que desarrollaban servicios o productos. Durante mucho tiempo me dediqué a sobrevivir, llevó tres años llegar al punto de equilibrio. Recién en 2020 fue el momento de despegue. De ahí hasta hoy triplicamos la facturación y pasamos de ser 20 a 90 personas.
¿Cuál es el foco de la empresa, control de calidad de productos o servicios?
Está en las plataformas tecnológicas de los clientes. Surgimos como control de calidad, hemos ido incorporando automatización y en 2020 absorbimos una empresa que tenía un know how de desarrollo de integraciones.
Hay otras empresas de testing en Uruguay, ¿cómo se diferencian de esos jugadores?
Hay otras empresas con más foco en testing y automatización. Nosotros además hacemos foco en distintas metodologías, certificaciones de los clientes y en que el conocimiento que generamos quede en el cliente. Pasamos a ser un socio de negocio. Originalmente íbamos a vender testing de software y acompañado de eso la consultoría de procesos. Comenzamos a generar cambios en los clientes que impactaban en los productos que desarrollaban. No solo encontramos errores sino que además, evitamos que lleguen al cliente final. Ahora, al automatizar, tenemos más tiempo para la parte creativa. Por ejemplo, le mostramos las métricas de lo que hacemos y proponemos estrategias. Así surge These, como una empresa de transformación digital. Tengo clientes que están desde el inicio.
¿Qué pasó en 2020 que la empresa creció tanto?
Hicimos foco en lo comercial. Nunca fue algo que me gustara, salía a vender cuando necesitaba porque lo que me interesaba era solucionar problemas. En 2020 hice una mentoría con Endeavor, ahí conocí a Sebastián Stranieri (NdR: fundador de VU) y me enseñó que debía hacer foco en lo comercial. Hasta ahí nuestros clientes venían del boca a boca, tanto en Uruguay como en el exterior. Lo hice y se dispararon las ventas. Crecíamos en forma orgánica, por recomendación, reinvertía lo que ganaba.
Tiene clientes en Uruguay y en el exterior, ¿de dónde proviene el mayor porcentaje de la facturación de la empresa?
Hoy está 50% y 50% entre mercado local y del exterior. En Uruguay trabajamos para Hospital Británico, OCA, Seguros Sura, Despegar, VU, Supermercados Ta-Ta, Grupo Disco, entre otros.
Uno de los principales problemas en este sector son los recursos humanos. Ustedes aumentaron la plantilla de 20 a 90 personas en tres años, ¿qué estrategia aplican para captar talento?
Muchos vienen por recomendación, porque son compañeros de estudio de quienes trabajan acá. También tenemos una alianza con el CES como empresa formadora del Inefop en prácticas de capacitación. Cuando comencé la empresa me puse como objetivos crear fuentes de trabajo digno, demostrar que la tecnología no es para una elite y que hay espacio para las mujeres. Yo recordaba que en mis inicios era la única mujer en un equipo de 60 personas.
Hay equiparación salarial, trabajamos en crear espacios que evitaran situaciones de micromachismo y discriminación.
¿Sintió en algún momento que ser mujer le jugaba en contra?
Sí, iba a reuniones con compañeros de trabajo en diferentes organismos en las que no me miraban. Tenía que demostrar que sabía para que me preguntaran a mí. Acá trabajamos mucho para evitar que los clientes lo hagan.
En julio de 2022 inauguraron la oficina en Río Branco (Cerro Largo), ¿abrirán más locaciones en el interior?
Durante 2020 y 2021 estuve mentoreando en el programa Sembrando TIC y me abrió mucho la cabeza sobre mirar más al interior. Eso fue clave para la posterior apertura en Cerro Largo y contratar trabajadores en Argentina, donde estamos en proceso de armar una oficina. La de Río Branco nos abre la posibilidad de ir a Brasil porque cuando fui a ese país, al proyecto Fundación Cubo de Itaú, traje muchas oportunidades de trabajar allá. En Río Branco tenemos siete personas que ya hablan el idioma y quiero llegar a 30 a fines de este año. Ahí el gran desafío es conseguir recursos. Además, me encantaría abrir en Paysandú donde ya tenemos una persona trabajando.
¿Qué proyección de negocios tiene para este año?
El plan es duplicar la facturación y sumar unas 40 personas. Esto se logrará porque automatizaremos procesos de negocios y funcionales a las organizaciones como parte de nuestros servicios. Esto permitirá optimar nuestros recursos y hacer un servicio más ágil y efectivo. Además, buscaremos inversión para desarrollar un producto que colabore con la proyección financiera de las pequeñas empresas. Es una aplicación que permite hacer el control financiero a una persona que no tiene formación. Le permitirá tomar decisiones de manera anticipada. Toma ingresos y egresos y planifica. Por ejemplo, ve qué montos no tocará la empresa y sugiere inversiones. También analiza cambios de moneda en base a la lógica de negocios.
¿Dónde proyectan crecer más?
En el exterior. Armamos un equipo comercial para ello. El año pasado participé de las mentorías Human in Tech, somos la segunda empresa latinoamericana en participar de las mismas. Tuve una gran mentora brasileña que hace negocios en EE.UU. con quien aprendí un montón, sobre todo cómo amoldar lo que hacemos al mercado norteamericano. Ahora estamos participando de Select USA (evento para promover inversiones extranjeras en ese país). Para ese mercado estamos trabajando en generar productos a través de nuestros servicios que puedan implementarse en otros clientes. Por ejemplo, un motor de control de reglas de negocio automatizado. Esto nos permitirá escalar más. También estamos planeando llegar a Perú, profundizar en Chile y Paraguay. Me gustaría también Brasil.
El avance de ChatGPT y la inteligencia artificial generativa amenaza muchos sectores, ¿cómo ve esto su empresa?
Veo oportunidades. Habrá que realocar a los recursos, pero el capital humano podrá aportar más desde lo creativo, habilidades blandas. A medida que la tecnología evolucione, tendremos más trabajo. Pero sobre todo desafíos técnicos. Venimos trabajando fuertemente en controlar motores de inteligencia artificial porque no solo hay que capacitarlo, darle insumos para que aprenda, sino verificar con controles. De hecho, gran parte del crecimiento de la facturación responde a esto.
Tienen programas para incluir jefas de hogar y mujeres trans, ¿qué resultados lograron con esas iniciativas?
En 2020 comenzamos a hacer talleres de sensibilización de género, en 2021 lanzamos el programa Mujeres jefas de hogar para madres solteras con hijos. Ese año capacitamos nueve mujeres. En 2022 fueron 10. Se hace un llamado abierto y en base a eso se hace una capacitación en testing de una o dos semanas. De ese grupo, cinco personas están trabajando hoy en la empresa. Además, como creo que una persona de más de 50 años tiene mucho para dar en una empresa de tecnología, tratamos de reconvertir de otras áreas como administración. Hoy un 10% de las 90 personas que somos en la empresa tienen más de 50 años. Hay una fuerte reconversión laboral: tenemos personas provenientes del área de química, medicina, también un cocinero, un psicólogo y un licenciado en neumoterapia. Los reconvertimos acá, hacemos llamados y los capacitamos en la empresa. Y con El Abrojo hicimos primeras prácticas sin experiencia laboral para chicas trans. Fueron cuatro personas y quedó una trabajando. El resto logró insertarse en otras empresas.