Tras conquistar en Punta Carretas, el restaurante apostó a su expansión e inauguró nueva casa en Carrasco. Ahora sus creaciones se disfrutan en Tomás Diago 879 y también en Cambará 1628.

Martín Trípodi Guerra y Rodrigo Verdes sumaron a su sociedad a Mauricio Hernández. La llegada del nuevo socio -que trabajó en cocinas de países como Italia, EE.UU., Colombia, Perú y Brasil- potenció la propuesta gastronómica.

«A la experiencia de Mauricio, también se le agregan otros condimentos porque en el nuevo local tenemos parrilla y horno de barro, que no tiene el de Punta Carretas», detalló Trípodi y destacó la renovada cava y la carta de vinos.

Las tapas y tragos de Dilema son su punto fuerte, tanto como la renovación de la carta, que está concebida para sorprender siempre a sus clientes. Desde una imponente barra, la coctelería tienta con combinaciones de bebidas alcohólicas y/o frutas. Gin macerado con té, sirope de té azul, mix de jugos, licor de saúco, Cointreau, Gancia o espuma de cedrón y sarandí, son algunas de sus alternativas.

Para quienes no probaron las propuestas de Dilema, es imperdible la carrillera braseada con cremoso de papa. «Y si tenés suerte, podés encontrar la fideuá de mariscos, especialidad de Mauri», advirtió Trípodi.

Entre los «dilemas» también hay croquetitas de cantimpalo y queso ahumado, champis rellenos con cebolla caramelizada, bondiola ahumada con salsa o empanaditas de bondiola braseada con chutney de tomate y cardamomo.

Otro plus de Dilema Carrasco es que la nueva casa tiene sushi todos los días, tanto a mediodía como durante la noche. La clave es el sushiman Toto, que es pescador y trabaja el producto directo del agua al plato. En Punta Carretas, en tanto, hay sushi las noches de jueves y sábado.

A la hora del postre, se destacan el volcán, un cheesecake de dulce de leche con helado de coco y, en Carrasco, vale la pena apostar por un crumble de manzana y pera hechos al horno de barro.

El sello de Dilema trasciende su carta y se hace patente en la puesta en escena. La casa de Carrasco -que luce su techo con tirantería y tejas francesas a la vista- también tiene espacios con mucho verde, obras de artistas nacionales y no le falta un piso damero, tal como en Punta Carretas.