Adam Satariano
The New York Times
Wayve, un fabricante londinense de sistemas de inteligencia artificial (IA) para vehículos autónomos, anunció el martes que había recaudado US$ 1.000 millones, una suma sorprendente para una startup europea y una ilustración del optimismo de los inversores sobre la capacidad de esta tecnología para remodelar las industrias.
SoftBank, el conglomerado japonés que respaldó a Uber y otras empresas tecnológicas, fue el principal inversor, junto con Microsoft y Nvidia. Los inversores anteriores en Wayve incluyen a Yann LeCun, científico jefe de inteligencia artificial de Meta.
Wayve, que anteriormente había recaudado alrededor de US$ 300 millones, no reveló su valoración después de la inversión.
La empresa fue cofundada en 2017 por Alex Kendall, un estudiante neozelandés de doctorado de la Universidad de Cambridge centrado en computer vision y robótica. A diferencia de los modelos de IA generativa, que crean texto e imágenes similares a los humanos y que están siendo desarrollados por OpenAI, Google y Anthropic, los llamados sistemas de IA incorporados fabricados por Wayve sirven como cerebros para objetos físicos, ya sean automóviles, robots o sistemas de fabricación. La IA permite que una máquina tome decisiones por sí sola en tiempo real.
«El máximo potencial de la IA se produce cuando tenemos máquinas en el mundo físico en las que podemos confiar», recalcó Kendall, el cofundador y CEO_de Wayve.
Autonomía a prueba
Las empresas centradas en la conducción autónoma se enfrentan a un período complicado. La tecnología es costosa y difícil de construir y enfrenta un intenso escrutinio regulatorio. Cruise, la filial de conducción autónoma de General Motors, retiró de las carreteras sus coches sin conductor el año pasado en medio de preocupaciones legales y de seguridad. Apple abandonó recientemente sus esfuerzos por crear vehículos autónomos después de años de desarrollo.
Wayve, que tiene unos 300 empleados, ha probado su tecnología en las carreteras británicas desde 2018 y pronto se expandirá a otros lugares. El software aprovecha cámaras, sensores y otras tecnologías modernas de los automóviles para ver y reaccionar ante diferentes entornos de conducción. Los datos recopilados mientras el automóvil circula se devuelven al sistema de IA para ayudar a los coches a aprender.
El enfoque difiere del de otros desarrolladores de vehículos sin conductor como Waymo, propiedad de la empresa matriz de Google, Alphabet. Wayve indicó que su tecnología no depende tanto de mapas de alta definición o sensores lidar, una herramienta láser utilizada para medir distancias y detectar objetos. Tesla ha utilizado un enfoque similar al de Wayve en los últimos años.
La startup londinense ha estado creando software para explicar en un lenguaje sencillo por qué un automóvil tomó una determinada decisión de conducción (por ejemplo, por qué se detuvo repentinamente o disminuyó la velocidad), una capa de transparencia para ayudar a ganarse a los reguladores.
Abriendo caminos
La cantidad recaudada por Wayve se encuentra entre las mayores inversiones recientes en startups en Europa, que históricamente se ha quedado atrás de EE.UU. en capital de riesgo y financiamiento tecnológico. En diciembre, Mistral, un desarrollador francés de IA, recaudó € 385 millones (unos US$ 415 millones).
«Estoy increíblemente orgulloso de que el Reino Unido sea el hogar de pioneros como Wayve, que están abriendo caminos en el desarrollo de la próxima generación de modelos de IA para vehículos autónomos», afirmó el primer ministro británico Rishi Sunak en un comunicado.
Kentaro Matsui, socio director de SoftBank Investment Advisers, resaltó que «la IA está revolucionando la movilidad». «Los vehículos ahora pueden interpretar su entorno como los humanos, lo que permite una mejor toma de decisiones que promete estándares de seguridad más altos. El potencial de este tipo de tecnología es transformador; podría eliminar el 99% de los accidentes de tráfico», aseguró.
Kendall dijo que la inversión de SoftBank y otros permitiría a la empresa convertir su investigación en un producto comercial completo. Reveló que Wayve estaba negociando con varios grandes fabricantes de automóviles para que su software estuviera disponible para la compra, pero se negó a nombrarlos.