Por Diego Ferreira
Los Soprano, Breaking Bad y Game of Thrones, dentro de una lista inacabable y variable según los gustos personales, ejemplifican lo que los conocedores de la industria audiovisual definen como la más reciente «era dorada de la televisión». Sin dejar de apostar también -con suerte dispar- a la ficción, el gigante del streaming Netflix está explotando con gran éxito otro formato: las series documentales basadas en deportes.
The Last Dance, que narra el detrás de escena del equipo multicampeón de los Chicago Bulls liderado por Michael Jordan, fue en pandemia uno de los hits de la plataforma dentro de este subgénero. Sin embargo, más llamativo todavía es el caso deDrive To Survive, que le ha granjeado a la Fórmula 1 una inesperada base de nuevos fanáticos.
La serie -que muestra el «lado B» de la F1- ha ensanchado el público de la competencia: la audiencia de las carreras, motorizada por Drive To Survive, creció un 41% en 2019 y un 56% en 2021, según datos de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA). También destaca que el 34% de los nuevos seguidores comenzaron a ver la F1 en los últimos cinco años, cuando comenzó a emitirse la serie. El documental ha sido un ganador entre los jóvenes y las mujeres, quienes, como consecuencia, están mostrando un mayor interés por el evento deportivo.
Y, a diferencia de lo que suele ocurrir con las series de Netflix, las temporadas subsiguientes de Drive To Survive registraron más audiencia que la primera.
El eco masivo que logró esta producción también le ha generado a la F1 mejores ingresos e interés en los derechos de transmisión de las carreras.
Alentado por el éxito de su producción para la F1, Netflix ha vuelto a repetir la fórmula con Break Point (en alianza con la ATP y la WTA, las dos organizaciones del tenis profesional) y Full Swing (en acuerdo con la Asociación de Golfistas Profesionales de EE.UU., PGA por su sigla en inglés). El objetivo de los ejecutivos del tenis y del golf, es acercar estas competencias a un público más masivo y Netflix es su vehículo para lograrlo.
Del lado de la plataforma, esta estrategia la aleja del modelo de otros competidores como Apple o Amazon, basada en las transmisiones de eventos en vivo. En cambio, Netflix se mantiene en su idea de crear contenidos deportivos, a través de un relato guionado y donde el backstage y el retrato íntimo de los protagonistas importan más que el resultado sobre el campo de juego o la pista.
Conectar a nivel emocional con el drama que se narra y sus protagonistas es la fórmula de las series documentales deportivas para atraer a los espectadores. La lógica es la misma que siguen las ficciones de la televisión.
Este tipo de contenidos se han vuelto una forma efectiva para que las ligas, federaciones y asociaciones que coproducen con Netflix incorporen personas de diferentes grupos demográficos e intereses a sus bases de fanáticos.
En un artículo de la revista Collider, el periodista Jimmy Henderson lo resume así: « Los documentales y las docuseries son la manera perfecta de entusiasmar a los introvertidos, o simplemente a las personas no deportistas, con los deportes. Esto se debe principalmente a que elimina la ansiedad del juego en sí. A diferencia de los partidos, las docuseries presentan el deporte en un formato controlado».
Próximos estrenos
Netflix está abierto a imprimirle su sello a otros torneos y deportes. Brandon Riegg, vicepresidente de series de no ficción de la compañía, dijo en un artículo de The New York Times que la plataforma podría centrarse en ligas que «no han sido cubiertas de manera exhaustiva en comparación con otros deportes».
Entre los proyectos confirmados para este año aparecen series documentales sobre el Tour de France y el torneo de rugby Seis Naciones con un tratamiento similar al de Drive To Survive.
En fútbol, Netflix ya estrenó Sean Eternos, un relato intimista de la selección argentina que ganó la Copa América 2021. El Mundial de Qatar, que también coronó a los albicelestes, tendrá su docuserie en la plataforma. Y lo mismo sucederá con LaLiga de España en 2024.
Para montar su espectáculo, la plataforma le exige a sus socios deportivos tener el acceso y control editorial total.
Por lo visto, la era dorada del documental deportivo recién está comenzando.