Jean Christophe Tijeras asumió como CEO de Grupo Disco Uruguay (GDU) en 2021. Nacido en Francia hace 57 años, ha forjado una sólida trayectoria en la industria del supermercadismo a nivel internacional, especialmente en Uruguay, donde ha liderado distintas áreas del negocio de GDU. Fue gerente de operaciones del hipermercado Géant de 2010 a 2014 y director de operaciones de la cadena Devoto de 2014 a 2016. A nivel internacional, su experiencia en retail incluye su etapa como CEO de Libertad S.A., parte de Groupe Casino Argentina.

Grupo Disco Uruguay (GDU) está en plena expansión de su marca Fresh Market, que ha logrado un crecimiento del 30% en las ventas de frescos en los supermercados, el mayor incremento dentro del conglomerado que integran Disco, Devoto y Géant. Por ello, el plan es transformar otros locales Fresh Market, llevar las soluciones de ese modelo incluso a aquellos súper que no admitan un cambio total y abrir nuevas sucursales en el interior del país.

A partir de estas apuestas, el CEO de GDU, Jean Christophe Tijeras, identifica los retos que afronta su sector para crecer, entre ellos, la posibilidad de importar más productos y el combate al mercado negro. También señala desafíos a nivel del país, como la seguridad. Sobre esto, y más, conversó con El Empresario.

—Los cambios en la composición familiar, los nuevos hábitos de compra y los avances tecnológicos están modificando la forma en que las personas consumen. ¿Qué rol tienen las cadenas de supermercado en este contexto?

—Solucionar. Muchos supermercados se olvidaron de esto. No inventamos nada, simplemente cambió la modalidad del consumidor y hay que escucharlo, ver qué necesita. Por ejemplo, el núcleo familiar cambió, es más pequeño, entonces si bien va a comprar yerba, tal vez no necesite 1 kilo, sino un paquete de 250 gramos o nuevos tipos de hierba. O si no quiere cocinar, va al supermercado y tiene la rotisería con lo que necesita: proteínas, proteínas más vegetales, o comida para celíacos (tenemos 600 productos para celíacos). Entonces, el supermercado cambió, pero mantiene sus raíces: solucionar, ahora con más diversidad en categorías o dentro de diferentes productos. Estamos desarrollando la línea Fresh Market Selection (tenemos unos 10 productos), que es más sana y natural. Por ejemplo, si hay dulce leche es porque no tiene azúcar agregado y además sabemos quién lo hace, conocemos su trazabilidad. En esto busco impulsar productos nacionales. Tenemos café que se procesa en Uruguay, textiles uruguayos y estamos trabajando con (el programa para emprendedores) Sembrando. Pronto tendremos tomates en ramo, que tienen como ventaja que nadie los toca y eso hace también que tengan una vida útil más larga. Aportamos soluciones para que el cliente gaste menos, tire menos y consuma más sano. Es nuestra responsabilidad. Tenemos que ir a buscar los productos, y si no hay una solución en Uruguay la buscamos afuera.

—Tener estas soluciones de rotisería, por ejemplo, ¿favorece las ventas de otras categorías de alimentos sin preparar?

—No, lo que generó es que ganamos clientes e incluso en secciones como carnicería vemos un crecimiento. Lo que logramos es que el cliente desperdicie menos. Por ejemplo, la fruta cortada se consume porque se ve que está bien. Cuando compro una con cáscara no sé cómo va a estar. Ahora se compra más lo que necesitas. Por eso, rotisería crece más de un 30%.

—En los últimos 10 años han realizado inversiones por US$ 200 millones y se vienen más proyectos. ¿Qué planes tienen?

—Queremos aportar las soluciones de Fresh Market a todos los locales. A los Devoto y Disco que no pueden pasar a Fresh Market por diferentes razones logísticas, les brindaremos soluciones de Fresh Market. También abriremos en el interior dependiendo de la ruta. Ahora estamos en la etapa de saber dónde. La idea es sumar 10 (locales) antes de los próximos cinco años. Quiero impulsar los strip malls, pero necesito socios. Mi objetivo es generar fuentes de trabajo en el interior, evitar que los jóvenes se vayan a Montevideo o puedan volver luego de estudiar. Pero necesitamos colaboración de las intendencias, no incentivos especiales, sino que nos ayuden a llegar.

Leonardo Mainé

—¿Qué obstáculos para el crecimiento identifica en su sector?

—Uno es tener los productos, poder importar, ya que hoy no nos dejan traer más de 10 por mes debido al LATU (Laboratorio Tecnológico del Uruguay). Al importar nosotros podemos explorar nuevas marcas que podrían ser más económicas y con ello bajar el costo de la canasta. Quiero abaratar el costo de vida, pero necesito trabajar en conjunto, porque las grandes cadenas no somos los jugadores más importantes. En ASU (Asociación de Supermercados del Uruguay) representamos un tercio del share total de los supermercados. A su vez, la asociación es un tercio del negocio de los supermercados en el país.

Otro desafío es combatir el mercado negro. Si esto baja, permite evitar además que los impuestos suban, porque al blanquear (la economía) aumenta la recaudación impositiva.

También hay que seguir apoyando a la Comap (Comisión de Aplicación de la Ley de Inversiones) para incentivar las inversiones. Gracias a la Comap estamos cambiando todo el sistema de frío a CO2, que es mil veces menos contaminante que el tradicional.

—Nuevos jugadores han lanzado supermercados digitales, ¿cómo evalúa esta competencia?

—La competencia es sana porque nos permite superarnos y hacernos buenas preguntas, como: ¿qué necesita ahora el cliente? Nuestro negocio digital es un 8% y es rentable, tiene una base sólida. Con nosotros puedes hacer tu pedido online, por teléfono o computadora, y llega en el día, por la mañana o la tarde, o en menos de una hora si son menos de 15 productos. También, a través de Rappi, lo enviamos en 15 minutos. Sin embargo, acá lo que veo es competencia desleal. No hay un marco que prohiba que tengan supermercados de más de 200 metros cuadrados. También veo competencia desleal en farmacias. Pueden vender soda y sándwiches, pero nosotros no podemos vender vitaminas. Pueden vender lentes, pero nosotros no, porque no somos ópticas, aunque sí lo permiten a los Free Shops.

—¿Qué desafíos enfrenta el país para avanzar en su desarrollo?

—Un tema fundamental es la seguridad. Tenemos seguridad jurídica, reglas de juego claras, pero la seguridad en la calle es un foco a abordar. Si un economista está al frente del ministerio de Economía, si el de Salud normalmente es un médico, ¿por qué el ministro del Interior es un político? ¿Cómo hicieron en Nueva York para solucionar este tema? Tenemos que importar las buenas técnicas.

Bajo el mismo paraguas, otro problema son los presos. Muchos de ellos cuando salen, vuelven a la cárcel porque no encontraron trabajo. Tenemos que ayudarlos. Estoy listo para firmar un contrato con el Estado que diga: «tú tomas tantos exconvictos, el primer año no pagas cargas sociales, el segundo pagas solo el 50% y el tercero el 25%». Tiene que ser lo más simple posible.

El tercer desafío es lograr una mayor integración regional o internacional, ser un hub de servicios logísticos y financieros. Debemos tener rutas aéreas más directas con el mundo, no solo para el turismo, sino para los negocios. Lo bueno es que en Uruguay se hacen las cosas bien. Por eso, cuando hablo con un uruguayo escucho muchas críticas sobre el país y tenemos que ver más allá. Viví varios años en diferentes países de América Latina y Europa, y el pasto más verde no siempre está en el campo del vecino. Hay que lograr avanzar juntos en ese sentido, la gente está preparada.

—¿Qué perspectivas tiene ante el cambio de gobierno?

—Estoy tranquilo. Uruguay tiene reglas claras, seguridad jurídica, y algo que adoro y no se ve tanto en otros países, y es que un presidente recibe a otro con entusiasmo.