En base a The New York Times
Physical Intelligence, una startup de inteligencia artificial(IA) que busca crear cerebros para una amplia variedad de robots, anunció el pasado lunes que había recaudado US$ 400 millones en financiación de importantes inversores.
La ronda estuvo liderada por Jeff Bezos, fundador y presidente ejecutivo de Amazon, y las firmas de capital de riesgo Thrive Capital y Lux Capital. Otros inversores incluyen OpenAI, Redpoint Ventures y Bond.
La recaudación de fondos valoró la empresa emergente en unos US$ 2.000 millones, sin incluir las nuevas inversiones. Ese valor es significativamente más que los US$ 70 millones que la startup, fundada este año, había recaudado en financiación inicial.
La empresa quiere crear un software básico que funcione para cualquier robot, en lugar del enfoque tradicional de crear software para máquinas y tareas específicas.
«Lo que estamos haciendo no es simplemente un cerebro para un robot en particular», explicó Karol Hausman, cofundador y CEO de la empresa. «Es un único cerebro generalista que puede controlar cualquier robot», resaltó.
Esa es una tarea complicada: construir un modelo de este tipo requiere una enorme cantidad de datos sobre cómo operar en el mundo real. Esos conjuntos de información en gran medida no existen, lo que obliga a la empresa a recopilar los suyos propios. Su trabajo se ha visto facilitado por grandes avances en los modelos de IA que pueden interpretar datos visuales.
Physical Intelligence explica en su sitio web que «está incorporando IA de uso general al mundo físico. Somos un grupo de ingenieros, científicos, expertos en robótica y creadores de empresas que desarrollan modelos básicos y algoritmos de aprendizaje para impulsar los robots de hoy y los dispositivos accionados físicamente del futuro».
Entre sus cofundadores se encuentran Hausman, ex científico en robótica de Google; Sergey Levine, profesor de la Universidad de California en Berkeley; y Lachy Groom, inversor y ex ejecutivo del gigante de pagos Stripe.
En un artículo publicado la semana pasada, Physical Intelligence mostró cómo su software, llamado π0 o pi-zero, permitía a los robots doblar la ropa, limpiar una mesa, aplanar una caja y más.
«Es un verdadero generalista», subrayó Hausman.
Los ejecutivos de Physical Intelligence dijeron que su software estaba más cerca de GPT-1, el primer modelo publicado para chatbots por OpenAI, que de los cerebros más avanzados que impulsan ChatGPT.
Groom aclaró que era difícil predecir el ritmo del progreso: un avance al estilo ChatGPT «podría ocurrir mucho antes de lo que esperamos, o definitivamente podría ocurrir muy lejos».
Sector en ebullición
El campo de la IA robótica está cada vez más poblado, con actores como Skild, que también está trabajando en IA robótica de propósito general; Figure AI, cuyos patrocinadores incluyen a OpenAI y Bezos; y Covariant, que se centra en aplicaciones a nivel industrial. Otros jugadores del sector son Vicarious, que fue adquirida por Intrinsic, propiedad de Alphabet, en 2022, Universal Robots y Seegrid.
Amazon tiene un interés personal en la industria y ha ido incorporando más robots a sus operaciones en su búsqueda de reducir los costos y hacer llegar los pedidos a los clientes más rápido. Tesla también tiene grandes ambiciones en materia de IA; su fundador y CEO, Elon Musk, aseguró recientemente que el robot humanoide de la compañía sería «el producto más grande de cualquier tipo jamás creado».
Cuatro titanes globales de la industria tecnológica, como Amazon, Microsoft, Meta y Alphabet no escatiman esfuerzos para reinar en el mundo de la inteligencia artificial, donde se estima que este año sus inversiones superarán los US$ 200.000 millones, según informó Bloomberg.
Aunque los gigantes tecnológicos han sufrido en la bolsa las consecuencias de invertir sumas estratosféricas en la IA sin haber obtenido los avances y ganancias esperados, el plan de apostar a esa tecnología se mantiene y crecerá en 2025.
Un ejemplo de esto es Amazon. Su CEO, Andy Jassy, cree que la IA es «una gran oportunidad fuera de lo común, tal vez única en la vida», y por eso la compañía está dispuesta a incrementar su inversión el año próximo. Este año desembolsará US$ 75.000 millones, una cifra mayor a los US$ 48.400 millones que gastó en 2023.
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