Por Alejandra Pintos
La inteligencia artificial (IA) tiene varias décadas, y sin embargo el ruido que ha generado en los últimos meses no tiene precedentes. Todo cambió con la aparición de ChatGPTen noviembre del año pasado, que, junto con otras herramientas que le siguieron rápidamente, la tecnología antes reservada a programadores y analistas se volvió accesible para todo el mundo.
Así, las personas comenzaron a probar esta plataforma para ver cómo podían usarla para simplificar sus trabajos, y sus vidas. No hay sector que no haya sido atravesado por los avances de la IA.
Los servicios de consultoría o de asesoramiento en inversiones se basan, en gran parte, en la detección de patrones y en la predicción del comportamiento de determinados mercados. Por eso, la industria de los servicios profesionales, liderada por las Big Four -las consultoras globales Deloitte, Ernst & Young (EY), PwC y KPMG- ha sido una de las primeras en adoptar la tecnología.
A medida
De acuerdo con Bloomberg, «tres de las cuatro firmas han invertido más de US$ 9.000 millones en herramientas de inteligencia artificial y análisis de datos».
Por ejemplo, PwC anunció en marzo que daría acceso a más de 4.000 empleados jurídicos a un chatbot que está pensado para agilizar su trabajo en áreas como auditoría, análisis de contratos, asesoramiento jurídico y consultoría legal. Esto resulta de un acuerdo a 12 meses firmado con Harvey, una startup especializada en IA.
Esta revolución tiene sus antecedentes. Pablo Duarte, Líder de Innovación en Auditoría & Assurance para Deloitte Spanish Latinoamérica, explicó a El Empresario que la primera aplicación de auditoría cognitiva que aplicaron, Argus, fue incorporada en 2016. «Aprende de cada interacción humana y utiliza técnicas avanzadas de aprendizaje automático y procesamiento de lenguaje natural para identificar y extraer automáticamente información contable clave de cualquier tipo de documento electrónico», dijo. Luego crearon dos herramientas más: Omnia, para el área de auditorías y EZFin, lanzada en enero de este año, una aplicación que elabora automáticamente los estados financieros.
El uso de IA por parte de las empresas de servicios profesionales requiere adaptaciones con capas de tecnología propia para así aportar un diferencial. Como explicó Ernesto Scayola, associated partner de EY en Uruguay: «Si hoy uso ChatGPT para asesorar a una empresa es con información pública, no es con el conocimiento de EY. Creo que lo que sucederá a futuro es que pasaremos a tener nuestra versión de esta tecnología para dar una respuesta acorde».
Si hoy uso ChatGPT para asesorar a una empresa es con información pública, no es con el conocimiento de EY.
A nivel local CPA Ferrere también se encuentra desarrollando herramientas propias. «Estamos trabajando con las API de OpenAI (NdR: empresa detrás de ChatGPT) para desarrollar nuestra herramienta para el uso interno, ya estamos en fase de pruebas y en breve realizaremos la puesta en marcha. El objetivo será la distribución de conocimiento de forma transversal en toda la firma», adelantó Gabriel Silveira, gerente senior del área de Transformación Digital de CPA Ferrere.
Qué dice ChatGPT sobre su propio impacto
Ante la pregunta de qué impacto tendrá la inteligencia artificial (IA) en el rubro de los servicios profesionales ChatGPT contestó: «En el pasado, las empresas de servicios profesionales solían depender de procesos manuales y de largas horas de trabajo para llevar a cabo sus servicios. Sin embargo, con el advenimiento de la IA, estas empresas están encontrando nuevas formas de automatizar procesos y mejorar la eficiencia.
Por ejemplo, la IA puede ayudar a las empresas de consultoría a analizar grandes cantidades de datos y a extraer información valiosa de ellos. Esto les permite ofrecer recomendaciones precisas y personalizadas a sus clientes, lo que les permite tomar decisiones informadas y tomar medidas para mejorar sus resultados. En el caso de las auditorías, la IA puede ayudar a las empresas a analizar grandes cantidades de datos financieros y a detectar anomalías y posibles fraudes. Esto les permite realizar auditorías más precisas y eficientes, lo que a su vez reduce los costos para los clientes.
En cuanto a la planificación fiscal, la IA puede ayudar a las empresas a analizar los datos de sus clientes y a identificar oportunidades».
Aliado o amenaza
«La IA tiene un enorme potencial para cambiar no sólo la forma en que operan internamente las firmas de servicios profesionales, sino también para ampliar los tipos de servicios que ofrecemos. Mediante la IA se pueden llevar a cabo tareas tanto repetitivas como complejas, así como también revisar documentos o analizar contratos en segundos, en lugar de semanas, reasignando los recursos calificados para tareas que aporten mayor valor a nuestros clientes», reflexionó el ejecutivo de Deloitte.
«Eso es una forma de automatización y sucede desde hace años, una determinada función que antes llevaba un tiempo y ahora la hace un robot. La IA va un poco en esa línea respecto a cierta parte del proceso que quizás no aporta tanto valor. Pero mantenés la parte humana, la del análisis. En algunos servicios profesionales que damos tenemos que entrevistar personas y captar el lenguaje corporal, esas cosas que se dicen a medias y ese es un valor que podemos aportar los consultores», coincidió Scayola, de EY.
Por su parte tanto KPMG como Guyer & Regules tienen un equipo de trabajo dedicado al tema que aún se encuentra elaborando protocolos para hablar públicamente, según confirmaron a El Empresario.
El uso de esta tecnología exige a las empresas nuevos cuidados.
En abril Samsung causó controversia porque algunos de sus empleados utilizaron ChatGPT para resolver errores de código de sus productos y sin saberlo filtraron datos confidenciales. Desde entonces, el gigante surcoreano, entre otras empresas, han aumentado los recaudos o han prohibido directamente el uso de la herramienta de OpenAI.
«Al poco tiempo del lanzamiento de ChatGPT, en enero, nos llegó a todos en EY un recordatorio que tiene que ver con las políticas de privacidad de la información que manejamos de nuestros clientes», contó Scayola.
Las principales firmas de servicios profesionales coinciden en que la IA no es el futuro, sino el presente y que la innovación llegará con los desarrollos a medida que se nutran de las bases de datos -confidenciales- de cada una de las empresas. De la mano del trabajo automatizado, la creatividad y el expertise serán aún más valiosos.