Una tradición de la NBA que la diferencia de otros torneos y deportes es que el trofeo del campeón no lo reciben directamente los jugadores, sino el propietario del equipo ganador. Ese honor recayó este año en el magnate Wycliffe «Wyc» Grousbeck, el dueño de los Boston Celtics, los nuevos campeones de la liga de básquetbol de EE.UU. tras vencer a los Dallas Mavericks en las finales.

Bajo el mando de Grousbeck en los despachos, del entrenador Joe Mazzulla y de Jayson Tatum y Jaylen Brown como líderes del equipo, la franquicia consiguió su título 18 de la NBA, convirtiéndose en la más ganadora (suma un anillo más que sus archirrivales, Los Ángeles Lakers). Para el millonario de 63 años, oriundo de Massachusetts y fanático de los Celtics de toda la vida, se trata del segundo campeonato que consigue luego del que conquistaron en la temporada 2007-2008.

Los Grousbeck son una familia millonaria que construyó su fortuna a través de negocios en el sector de las telecomunicaciones.

El padre de «Wyc», Irving, fundó Continental Cablevision, una de las empresas pioneras de la televisión por cable de EE.UU., en la década del 60. En los años 90, se fusionó con la empresa de telecomunicaciones US West, una operación que incrementó la fortuna de la familia Grousbeck. Actualmente su patrimonio es de US$ 1.800 millones, según la revista Forbes.

«Wyc» se recibió de abogado, hizo una maestría de negocios en Stanford y se convirtió en inversor de riesgo en empresas de biotecnología e Internet en los albores de la red. Sin embargo, el anhelo de su padre y el suyo propio de comprar una franquicia deportiva lo hicieron dejar en un segundo plano la vida corporativa para cumplir ese sueño. La oportunidad llegó en 2002 cuando Grousbeck concertó una cita con Paul Gaston, el entonces dueño de los Celtics y le pidió que le dijera un «número loco» en el que vendería el equipo. Acordaron la transacción en US$ 360 millones, una cifra que el joven empresario no reunía en su totalidad, por lo que comenzó a reclutar inversores. Un grupo de más de 20 socios lo acompañaron en la compra, entre ellos, su propio padre, el copresidente de Bain Capital, Stephen Pagliuca, el cofundador de TPG Capital, David Bonderman y el CEO de la empresa de real estate The Abby Group, Robert Epstein. Finalmente, la sociedad Boston Basketball Partners concretó la compra en el año 2002.

Cuando Grousbeck se hizo con el equipo, la franquicia estaba en horas bajas. El millonario ha contado que salía a repartir las entradas sobrantes por Boston para tratar de llenar el estadio.

Incluso hoy que disfrutan las mieles del éxito y la franquicia está valorada en US$ 4.700 millones -es la cuarta más valiosa de la NBA, según Forbes-, los Celtics dan pérdidas, ya que están excedidos en el tope salarial. La plantel acarrea un gasto de US$ 185 millones al año.

Pero el balance que más le importa al dueño, según dice, no es el financiero, sino el de hacer feliz a la ciudad. Por eso, cuando salió a buscar socios para comprar el equipo les advirtió que no priorizarían los dividendos; la meta estaba en ganar.

«Somos aficionados que compramos el equipo. Hacemos esto por amor», confesó Grousbeck recientemente al Boston Globe.

Fuera de la cancha, «Wyc» se divierte: toca en dos bandas de rock y emprendió la marca de tequila Cincoro junto a su esposa, Emilia Fazzalari, la copropietaria de los Lakers, Jeanie Buss, el copropietario de los Milwaukee Bucks, Wes Edens, y la exestrella de los Chicago Bulls, Michael Jordan. Además, es productor de una serie de televisión basada en su vida.

En estas horas la ciudad de Boston vive un verdadero carnaval con miles de fanáticos festejando en las calles el nuevo campeonato de la NBA. Se cumplirá entonces una máxima que Grousbeck les dijo a sus socios el día que adquirieron la franquicia: «Nos pagarán en desfiles» la inversión.