Las preferencias de los viajeros, la tecnología y las demandas del mercado global están transformando el turismo, y en Uruguay la hotelería boutique «evoluciona constantemente», guiada principalmente por esos factores, explicó Pablo Pesce, consultor y asesor de directorios en el sector de hospitalidad y servicios.
Extranjeros, principalmente brasileños, argentinos, estadounidenses y europeos, así como muchos uruguayos, eligen cada vez más una propuesta que ha cambiado el concepto de «lujo», no pensado como algo ostentoso, sino exclusivo e íntimo. A cambio, el costo promedio por vivir este tipo de experiencia ronda los US$ 600 por noche en temporada alta.
Este sector de la hotelería crece en opciones e inversiones, aunque operadores coinciden que elementos como los altos costos de Uruguay hacen que el país sea menos competitivo en la región.
¿Qué es «boutique»? La idea es transversal a varias ámbitos y ha cambiado con el tiempo, pero tiene como base la experiencia personalizada, cada vez más demanda, junto con «lo exclusivo», coincidieron hoteleros consultados por El Empresario. En el concepto de boutique no está la masividad, sino la cercanía, la atención al detalle y la conexión con la cultura local y la naturaleza. Este nuevo enfoque va de la mano con un cambio en el consumo. «La pandemia reconfiguró las prioridades de los turistas», afirmó Pesce, y explicó que el covid-19 impulsó la búsqueda de destinos más íntimos y exclusivos, potenciando así las iniciativas boutique.
En este sentido, «y aunque las cadenas hoteleras han lanzado marcas de concepto más ‘boutique’ para competir en este mercado, los hoteles boutique independientes mantienen una ventaja al ofrecer experiencias genuinas y quizá no estandarizadas», sostuvo el asesor, que trabaja con distintos establecimientos como Comarca Las Liebres, Haras Las Tordillas o La Baguala Hotel de Campo.
Más que una estadía
Hoy en día, los turistas buscan algo más que una simple estadía en un hotel. Los viajeros más jóvenes priorizan lo autóctono, la conectividad, el diseño y el arte.
Si bien el perfil de los viajeros que eligen alojamientos boutique es diverso, tanto en edad como en nacionalidades (aunque la mayoría son uruguayos), y depende en gran medida de la propuesta, lo que distingue a estos clientes es su interés por actividades vinculadas a la gastronomía gourmet, la naturaleza y el wellness. Esta tendencia ha ganado fuerza y por eso muchos alojamientos ofrecen programas de meditación, yoga, alimentación saludable y contacto con la naturaleza en entornos controlados.
«Las nuevas generaciones, especialmente los millennials, priorizan la experiencia por encima del lujo tradicional. Buscan autenticidad, diseño contemporáneo y están muy atentos a la sostenibilidad. Buscan actividades fotogénicas para compartir en redes sociales, como alojamientos con diseño único y experiencias inmersivas que conecten con la cultura local», agregó Pesce.
En ese contexto, se destacan varias opciones de hotelería en el entorno rural que han crecido y proyectan seguir aumentando sus negocios. La Baguala Hotel de Campo, ubicado a las afuera de Montevideo, ha mantenido en el último tiempo un crecimiento sostenido y proyecta un incremento del 6% en ocupación y del 18% en ventas para 2025 en comparación con 2024, informó Pesce. Ese hotel «combina el espíritu del campo con una estadía de lujo, ofreciendo experiencias especialmente diseñadas para conectar con el entorno, desde noches bajo las estrellas alrededor de un fogón, hasta caminatas por senderos naturales o cabalgatas por la playa», detalló.
Otro hotel que ha crecido es Sacromonte, ubicado en la Sierra de Carapé (Maldonado), que logró una ocupación promedio del 40% y un crecimiento del 20% entre 2022 y 2024. El establecimiento, que cuenta con cuatro «refugios» (casas) con varias paredes de vidrio que permiten una vista de 180° del paisaje, cinco hectáreas de viñedo, restaurante, lagos y circuitos para trekking o cabalgatas, fue elegido por la revista TIME como uno de los 100 Mejores Lugares del Mundo en 2019. El reconocimiento «va de la mano con el nuevo concepto de lujo, que es algo único, exclusivo, auténtico y natural», dijo el fundador y CEO del hotel, Edmond Borit, quien subrayó la propuesta sostenible del lugar, en el que hay carros eléctricos para los huéspedes, las casas tienen techos verdes, paneles solares, biodigestores y vidrios de baja emisividad que mejoran la aislación térmica.
Para 2026, se proyecta la construcción de tres nuevos refugios y un spa, lo que implicará una inversión de US$ 1 millón.
Historia y cultura
Este tipo de hoteles suelen estar muy ligados a su entorno, se ubican en zonas no comerciales, áreas residenciales o naturales. En Uruguay, la hotelería boutique está consolidada particularmente en destinos clave como Colonia, Maldonado y Montevideo, departamentos con grandes atractivos históricos, arquitectónicos y naturales. Pesce señaló que en Colonia del Sacramento, Comarca Las Liebres sobresale como una de las principales propuestas de lujo. Es una casona de 1920 que cuenta con seis suites, una destacada carta gastronómica, viñedo y huerta orgánica enmarcados en «un paisaje único».
En la capital del país, por ejemplo, hay propuestas con historia como Alma Histórica boutique hotel, que en Ciudad Vieja ofrece 15 habitaciones inspiradas en personajes de la cultura uruguaya, que llevan nombres como «Don Carlos», por Gardel; «Don Joaquín», por Torres García; o «Doña Juana» por de Ibarbourou. En el barrio Carrasco destaca Le Bibló, una antigua mansión de estilo inglés, con jardines y una biblioteca réplica de la del Palacio Legislativo, que, transformada en hotel, atrae a uruguayos y extranjeros.
El 50% del negocio de Le Bibló proviene de la hotelería y el 50% restante de eventos corporativos o sociales, como bodas. Roberto García Fuentes, dueño del hotel, mencionó que «la calidez es un valor» que se busca mucho, y comentó que parte del «fuerte» de su clientela son novias que eligen el lugar para prepararse antes del casamiento o parejas que festejan allí su aniversario. Durante la semana hay clientes corporativos y el fin de semana destaca lo social, con un 30% o 40% de visitantes uruguayos y el resto extranjeros de países como Alemania, EE.UU. o Bélgica, que suelen repetir su estadía. «Más de la mitad de nuestros clientes son habitués», indicó.
Mantener una estructura histórica como la de Le Bibló requiere inversión, y parte de los desafíos de la hotelería es enfrentar los altos costos impositivos del país, remarcó el empresario argentino que lidera el establecimiento.
Cercanía
García Fuentes detalló que el trato directo con los clientes es parte del valor agregado de la propuesta boutique, algo en lo que Alfonso de Freitas, dueño de Casa Flor, hotel boutique ubicado en Montoya, Maldonado, coincidió. En ese establecimiento, la cercanía y exclusividad son elementos clave para el concepto de boutique, junto con la importancia del diseño. «Hace 30 años, lujo era quedarse en un súper hotel con el mejor spa y con el mejor restaurante. Hoy en día, el lujo es tranquilidad, exclusividad, calma, trato directo, el hablar cara a cara con alguien y que te entienda desde un lado más humano», definió. La interacción directa con los clientes, conocer al huésped y brindarle recomendaciones locales, como cuál es la mejor playa según su gusto o qué tipo de plato puede probar si quiere conocer mejor Uruguay, forma parte fundamental de este hotel que tiene nueve habitaciones y planea construir algunas más.
Según contó su dueño, el público es bastante variado, y muchos extranjeros están eligiendo y «realmente valorando» este tipo de propuestas. Dependiendo la época del año, la dinámica del hotel varía. En verano resalta más la presencia de extranjeros, pero «el uruguayo nos está dando unas lindas sorpresas en las bajas temporadas», evaluó.
Maldonado alberga varios hoteles boutique. José Ignacio y Pueblo Edén son lugares en donde el lujo «se caracteriza por una exclusividad más discreta y conectada con la naturaleza, que atrae a un público también muy sofisticado», sostuvo Pesce. Anastasio Hotel & Beach Club o Haras Las Tordillas Boutique Hotel son dos actores del sector que destacan en la playa y en el campo.
La hotelería boutique crece en Uruguay, ofreciendo servicios que cuentan historias vinculadas a la ubicación del establecimiento, su diseño y filosofía. En ese marco, empresarios y emprendedores encuentran la oportunidad de desarrollar nuevos proyectos.
Alejandro Ginevra, presidente de GNV Group, firma argentina que este año comenzará a construir en Punta del Este el SLS Hotel & Residences, explicó que actualmente el lujo se asocia «a tener tiempo». Por eso, hoteles y proyectos de vivienda que ofrezcan servicios como gimnasios, piscinas o restaurantes son los más buscados.
El proyecto, que tendrá una parte residencial y otra de hotelería (con 80 habitaciones), implicará una inversión de US$ 120 millones, y permitirá que interesados en comprar apartamentos puedan invertir desde US$ 267.000 (en sexto piso) hasta US$ 1.700.000 (en el piso 23). Los interesados en invertir tendrán la opción de comprar una residencia, amueblarla con el mismo equipamiento del hotel y brindarle al operador hotelero encargarse del alquiler a cambio de un programa de renta, explicaron desde la compañía.
Recientemente la empresa lanzó el showroom para que interesados conozcan cómo será la obra, y ya se realizaron ventas.