La tienda deportiva Decathlon tiene una góndola entera dedicada al pádel, y también un espacio en la entrada, con un cartel que reza «temporada de pádel». Venden pelotas, zapatillas, camisetas, shorts y palas (no se dicen raquetas). Y no es una extravagancia del retailer, el deporte está ganando cada vez más popularidad, en Uruguay y en el mundo.
Magela Méndez, gerente comercial de Decathlon en Uruguay, contó a El Empresario que «en los últimos seis meses el pádel triplicó su volumen de facturación en las tiendas físicas, realmente se nota mucho el cambio desde que llegamos a Uruguay (en 2021) a la fecha». «En la web, es el deporte más buscado y de mayores ingresos dentro de los deportes colectivos», agregó.
Incluso, hay tiendas especializadas en este deporte, como CLUB Store, que abrió su primera tienda en diciembre de 2022 en Punta del Este y próximamente tendrá una segunda sucursal en Montevideo. «Como apasionados del tenis y el pádel, detectamos la necesidad de un lugar en el que no solo puedas comprar los productos que necesitás, sino también recibir la asesoría adecuada para comprender por qué estás eligiendo ese producto en particular», explicaron.
A algunos la sola mención del pádel los lleva inmediatamente a la década del 90, cuando las canchas eran, junto a los videoclubes, el negocio del momento. La popularidad fue explosiva -repentina y breve- y durante los siguientes 30 años fue un grupo acotado el que se mantuvo fiel.
Sin embargo, todo parece indicar que esta vez no se trata de una moda, sino de un pasatiempo que resurgió en la pandemia -era uno de los pocos que podían practicarse- y volvió para quedarse.
Segunda generación
Juan Ciganda fue uno de los primeros de subirse a esta nueva ola. En abril de 2019 empezó a importar canchas y al día de hoy lleva vendidas alrededor de 70, tanto a privados como a clubes deportivos, principalmente en el interior del país. «La demanda aumentó mucho en el último año y medio», evaluó.
La cancha cuesta alrededor de US$ 30.000, pero la inversión llega a unos US$ 50.000 incluyendo el galpón que es necesario para techar el espacio y convertirlo en un deporte «de todo el año».
De acuerdo con Ciganda, que también dirige los complejos Indoor Pádel, la inversión se recupera en unos dos años.
Indoor Pádel tiene cuatro canchas en La Cruz de Carrasco y próximamente abrirá cuatro más frente a Nuevocentro, en un predio que pertenecía a Cutcsa. En una segunda etapa de la obra el número ascenderá a ocho. «Desde que abrimos estamos llenos. La evolución es constante, pero ahora estamos ocupados prácticamente de 8 de la mañana a 12 de la noche», comentó.
Ciganda explicó que «las naves para cuatro canchas son de 1.500 metros cuadrados (m2)» y que, por eso, son pocos los complejos de pádel en zonas céntricas donde el metraje es más caro y el espacio más acotado.
Juan Pablo Boselli también se dedica a importar canchas y tiene claro que las condiciones son diferentes a las de hace 30 años. Su padre, Pablo Boselli, fue jugador profesional de pádel y campeón nacional. Entonces, desde niño, estuvo vinculado al deporte.
En 2020 detectó que en el mundo se estaba volviendo a jugar al pádel y decidió, junto a un socio, empezar a traer canchas desde el exterior. «Vimos que había un mercado», explicó.
A diferencia de las que se usaban antes, las canchas modernas son de vidrio y pasto sintético, un tipo de superficie que es más gentil con las articulaciones -muchos achacan la pérdida de popularidad a las canchas de hormigón y a las lesiones que ocasionaba-.
Además de dedicarse a la importación, Boselli abrió en 2021 sus propio club, Boss Pádel. Comenzó en el Club Hípico, en Solymar, luego sumó una sede en Carrasco con cuatro canchas -van a poner seis más- y próximamente inaugurarán en Punta del Este con cuatro canchas. Hoy tiene unos 70 socios que concurren de forma periódica.
Deporte para todos
Los entrevistados coinciden que en que el pádel tiene tres grandes atractivos: es un deporte de todo el año, no implica una gran destreza (la curva de aprendizaje es mucho menor al tenis y hay jugadores de todas las edades) y, más allá de la inversión para montar la cancha (en el caso de los clubes), no es necesario desembolsar mucho dinero.
Además, quienes practican el deporte suelen concurrir en horarios fijos, todas las semanas, lo que hace que el negocio sea constante. Cuando se libera algún turno suelen publicarlo en un grupo de WhatsApp o aplicación y quienes están interesados lo reservan. El costo del turno de hora y media de cancha ronda los $1.200 pesos, según el centro, que se divide entre los jugadores.
Hay un aspecto social que, todos en el sector subrayan, es fundamental para el crecimiento. El desarrollador Juan Balsa decidió que el pádel sea el protagonista de Carlotta Racket Club, un club social y deportivo en el barrio privado de igual nombre. El club implicará una inversión de unos US$ 6 millones y tendrá seis canchas de pádel, cuatro de pickleball y cuatro de tenis en un terreno de 3 hectáreas. Esperan alcanzar unos 5.000 socios (las puertas estarán abiertas para quienes no residen en Carlotta).
Tal es la nueva popularidad del pádel que varios han reemplazado sus canchas de fútbol con espacios para este juego de paleta. Ese es el caso de El Galpón, en las inmediaciones de Canal 4.
Sale Cinco, un complejo de Las Piedras también se subió a esta ola. Comenzaron en 2015 con canchas de fútbol 5, luego sumaron una de fútbol 7 (la primera en la ciudad) y en 2021 Andrés Sparano, su director, decidió incorporar pádel después de ver que «centros de otras partes del mundo» iban por ese camino.
La inversión fue de US$ 60.000, una suma considerable pero inferior a los US$ 200.000 que implicó la cancha de fútbol 7. Enseguida las horas se empezaron a agotar -incluso tuvieron que acortar los turnos a una hora, en lugar de hora y media que es el estándar- y para diciembre de 2022 ya tenían tres canchas. Ahora están construyendo una cuarta.
«Hace 30 años que estoy en el pádel. Nuestro deporte tuvo un poquito de mala fama en un momento con las lesiones, con el piso duro. Pero era una pasión, una locura. Y ahora las canchas son otras», explicó José Luis Araújo, socio y profesor de Reducto Pádel Center.
Para Araújo, la nueva generación de canchas es una de las claves para que el pádel no sea una moda. También señaló a la televisación del deporte y la inversión en complejos y torneos, sobre todo por parte de capitales árabes, que todos coincidieron que están «impulsando» este furor.
«Esto es algo que va a seguir creciendo. Y sí, tiene para unos cuantos años más», remató.
Negocio de US$ 2.100 millones
Se estima que la industria mundial del pádel mueve € 2.000 millones al año (US$ 2.131 millones), según el Financial Times. La facilidad con la que se aprende el deporte es señalada como la principal causa de este «boom» que tiene aficionados alrededor del globo.
Por ese botín van figuras fuertemente asociadas al fútbol como Cristiano Ronaldo, Zinedine Zidane, Virgil van Dijk, Zlatan Ibrahimovic y Francesco Totti, que han invertido millones en crear nuevas canchas y equipos.
Recientemente el astro del tenis, Rafael Nadal, también puso sus fichas en el pádel con clases en su academia y un equipo propio en la Hexagon Cup, una competencia privada. Roger Federer, su amigo y exrival, también invirtió en el pádel.
Se espera que en tres años la cantidad de canchas se duplique y lleguen a 84.000 en todo el mundo, según un estudio de Deloitte. El deporte es el más popular en España, luego del fútbol y existe un fuerte lobby para lograr que esta disciplina alcance el status de deporte olímpico, lo que le daría aún más visibilidad.