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El país nórdico donde los autos eléctricos ya superan en las calles a los vehículos a nafta

Noruega, un importante productor de hidrocarburos, solo permitirá la venta de modelos nuevos "cero emisiones" a partir de 2025. En setiembre, nueve de cada 10 vehículos matriculados fueron eléctricos

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Taxis en Noruega
JONATHAN NACKSTRAND

AFP
En Baerum, un suburbio residencial de Oslo, hay un auto eléctrico estacionado en casi la mitad de las casas, prueba de que Noruega avanza en su objetivo de ser el primer país en electrificar su parque automotor.

Bård Gundersen, habitante del municipio con una de las proporciones de vehículos eléctricos más elevadas (43%), explica que dio el paso en 2016 y ahora ya va por su segundo coche con este tipo de motor.

«Era evidente», afirma este empresario al volante de un BMW iX. «Era mucho más barato comprar un auto como este que uno tradicional, casi la mitad de precio porque yo quería un SUV».

Pese a ser un importante productor de hidrocarburos, a partir del próximo año Noruega solo permitirá la venta de modelos nuevos «cero emisiones».

Es uno de los objetivos más ambiciosos del mundo. La Unión Europea (UE), de la que el país escandinavo no es parte, no prohibirá la venta de vehículos nuevos a combustión hasta 2035.

Impulsados especialmente por Tesla, los vehículos 100% eléctricos representaron un 96,4% de las matriculaciones en setiembre, contra un 17,3% en la UE.

La cifra supone un gran salto desde 2012, cuando su cuota de mercado era solo del 2,8%, debido en parte a una política proactiva y algo fortuita en sus inicios.

En un país que nunca ha tenido un fabricante de automóviles nacional, las autoridades eximieron de impuestos a los coches eléctricos a principios de siglo con la esperanza de hacer hueco a una marca local. Pero la apuesta no funcionó: el grupo noruego Pivco (después convertido en Think), durante un tiempo propiedad del gigante estadounidense Ford, quebró en 2011.

Sin embargo, las exenciones fiscales se mantuvieron y, aunque se redujeron en los últimos años, permitieron a los vehículos eléctricos competir con los de combustión, fuertemente gravados.

«Usamos el bastón para los coches de combustión fósil y la zanahoria para los eléctricos», resumió Cecilie Knibe Kroglund, secretaria de Estado en el Ministerio de Transportes. «Es posible que otros países tengan que usar otro tipo de incentivos en función de las costumbres, su geografía y de cómo funcionan los transportes públicos. Pero en lo que nos concierne, nuestros estímulos funcionaron muy bien», destacó.

Ventajas

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JONATHAN NACKSTRAND

Además de este régimen fiscal, los coches eléctricos se han beneficiado de otros privilegios como la gratuidad en los peajes y los estacionamientos públicos. Otra ventaja llegó en 2005, cuando el gobierno permitió a estos vehículos usar los carriles reservados para el transporte público.

Estos incentivos se han ido atenuando con el tiempo, pero los coches eléctricos ya se han convertido en la norma en el país.

En 10 años su tecnología mejoró considerablemente, la oferta se diversificó y se ha creado una enorme red de estaciones de servicio eléctrico.

En setiembre, el número de vehículos eléctricos en las carreteras noruegas superó por primera vez los modelos de nafta y ya pisan los talones a los diésel.

En Oslo, todos los taxis deben ser «cero emisiones» desde el 1 de noviembre.

¿Modelo exportable?

Este cambio repercute en las políticas comerciales de los fabricantes. Volkswagen, por ejemplo, entregó su último coche de combustión en julio, un modelo Golf.

«Desde el 1° de enero hemos suprimido todos los vehículos de combustión fósil de nuestra gama», explicó Kim Clemetsen, jefe de marketing de un concesionario que importa coches de esta marca. «Solo vendemos vehículos eléctricos», agregó.

Algunas marcas como Toyota se resisten y prevén mantener modelos térmicos e híbridos en oferta durante 2025.

Y el ministro de Finanzas, Trygve Slagsvold Vedum, ferviente defensor de los intereses rurales, causó controversia al afirmar que no sería «en absoluto un problema» si se vendieran «algunos» vehículos de combustión el próximo año.

Pero en cualquier caso, el país nórdico estará muy cerca de llegar a su meta de 100% «cero emisiones».

Y eso que Noruega «no tenía especiales opciones de conseguirlo», apuntó la secretaria general de la asociación nacional de vehículos eléctricos, Christina Bu.

«Es un país con grandes distancias y temperaturas invernales muy bajas, lo que afecta la autonomía de los coches», aseguró.

«Por lo tanto, no hay razones para que nosotros podamos llegar y otros países no», cerró.

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