En la esquina de Jackson y Chaná estáEl Sótano, un bar que logró trascender sus propias instalaciones y generó una verdadera comunidad de habitués que, de tanto en tanto, se reúnen en eventos especiales.
Mañana, por ejemplo, será noche de Sótano Fest en Sala del Museo y actuarán en vivo Baciland, DJ Calientacama y Luana(la tercera tanda de entradas vale $ 570, en RedTickets).
El boliche, ubicado en pleno barrio de Cordón, es un emprendimiento familiar. La pareja de María Belén Rodríguez y Fernando Picos, junto a su hijo, Federico, impulsan el bar que conquista por su cálida atención, buenos precios y generosos platos.
«Dicen que como el chivito El Sótano no hay», remarca Rodríguez quien asegura la calidad de sus preparaciones. Lo sirve en pan Felipe, caliente, es para dos personas (tiene lechuga, tomate, huevo, panceta, jamón) y viene acompañado por una guarnición de fritas ($ 820).

Las milanesas son otro fuerte de la casa, especialmente la napolitana. «Todo se hace en el momento, se corta, se empana y se frita, el sabor de lo recién hecho es único», acota Picos.
La cocina de El Sótano está siempre abierta, de 20 horas a 3.00 a.m., y también cautiva con pizzas y picadas.
«Muchos músicos, después de sus propios shows, se encuentran acá; saben que pueden venir a cenar», comenta su propietario.

Con una capacidad aproximada para 60 personas, otra particularidad de la casa es su decoración.
«La propuesta siempre fue que nuestros clientes decoraran el lugar con nosotros», detalla Picos. Cuadros, remeras, gorros, afiches de festivales, vasos. Hay de todo en El Sótano. Como el anfitrión integra Agarrate Catalina, la murga está muy presente en la ambientación.
También hay recuerdos de Cosquín Rock, del festivales que se hicieron en el Sodre, en el Solís o en carnaval. Don Osvaldo, Callejeros y hasta Jorge Drexler. Todos se unen en la esquina.
«Tenemos una comunidad, con clientes que tienen 19 o 20 años, hasta adultos de 70, todos son bienvenidos», concluye Picos.